Fiera

Después de lo sucedido en el río, Luis José intentó muchas veces acercarse a Teresita, pero la condenada era muy buena en evadirlo, siempre estaba acompañada por alguien, hasta había dejado de ir al río y por las noches salía con Pedro Emilio, el cual la llevaba hasta la puerta de su casa rompiendo en pedazos todos sus planes.

Eso tenía exasperado a Luis José, en toda una semana no podía hacer ningún movimiento con esa mujer, <> pensó a primera hora de la mañana de aquel día con una sonrisa maliciosa.

Llamó a su capataz Don Fulgencio y le pidió que enviara a las demás criadas para que se ocupen de otras cosas, Doña Florencia y Teresita se encargarían del desayuno, además de atender a la familia Mendoza.

En lo que Doña Florencia y Teresita llegaron a la casa patronal, se llevaron la sorpresa de que ambas estarían solas en la cocina, aunque ya estaban acostumbradas a hacerlo, algo no les parecía correcto, tenían un mal presentimiento.

Doña Florencia: mijita, en lo que este el desayuno yo iré a servirle a los patrones.

Teresita: no mamacita, yo lo hago, no te preocupes por mí, estaré bien, de todos modos estará la prometida del Patrón Luis José, él no podrá hacer nada. (comentó con seguridad, su madre sabía lo ocurrido en el río, entre ellas no había secretos)

Doña Florencia: está bien, entonces apresuremos el paso.

Teresita: sí.

Ambas se enfrascaron en los quehaceres mientras que, por otra parte, Luis José se encontraba terminando de arreglar su atuendo con una gran sonrisa en la cara, lo cual llamó la atención de su prometida.

Samantha: parece que alguien amaneció muy contento hoy. (cruza sus piernas sentada en la cama sin dejar de mirar con curiosidad mientras se secaba el cabello húmedo)

Luis José: Así es, pronto voy a casarme con la mujer más hermosa del mundo (sonríe pícaro)

Samantha: ¡Cariño! ¡Me halagas! (se levanta y deja un beso coqueto cerca de sus labios)

Luis José: bajemos a desayunar (toma su cintura con delicadeza, pero por dentro estaba ansioso por tener cerca a aquella mujer rubia de ojos claros)

Samantha: ¿qué tal si nos quedamos un poco más y hacemos cositas sucias en la cama?

Menciona sensual frotando su pecho contra él, lo mira con deseo mientras él ve como la mujer lleva sus manos a su cuello y va deslizando sus dedos coquetamente hasta abrir el albornoz y dejar al descubierto el valle de sus senos llenos, sus ojos brillan al ver cómo sigue bajando soltando la cinta amarrada a su cintura y al dejar al descubierto su delicioso vientre plano, mira mas abajo y muerde sus labios al ver lo que esconde entre sus piernas tan perfectas como a él le gusta.

Luis José: mmmm, aunque desee tanto enterrarme entre tus piernas cariño, hoy tengo mucho trabajo, dejémoslo para después (susurra cerca de sus labios)

Esto no le gustó para nada a la mujer, ella tenía dos días siendo rechazada por ese hombre cuando se ha ofrecido abiertamente para tener intimidad, nunca se había sentido tan humillada, todo es culpa de haber llegado a ese pueblo de mala muerte, cuánto desea volver a la rutina de la ciudad, pero si se iba, quien le garantiza un futuro lleno de lujos como le ofrece ese hombre frente a ella.

Samantha: está bien, como quieras (dice de mala gana)

Luis José: prometo que te recompensaré (dice abrazándola y dándole un beso ardiente)

Samantha: eso espero cariño (aunque no está contenta, lo disimula, porque sabe cómo son las recompensas de su prometido)

Si, lo sabía claramente.

En unos días tendría nuevas joyas, zapatos, bolsos y ropas de lujo, él conocía su forma de vida y como le gustaba ser recompensada, por el momento tenía que aguantar su desplante, para ella el sexo solo lo mantendrá alejado de otras fulanas; en cambio, lo más importante es no perder la vida que está acostumbrada a llevar.

Una vez todos sentados en la mesa del comedor, Teresita entro a servirles el desayuno, lo hizo lo más rápido y cauteloso posible, Luis José estaba disimuladamente enfrascado en una conversación con su madre, quien estaba sentada a su derecha mientras que su prometida estaba a la izquierda, aunque seguía el hilo de la conversación sus ojos se deleitaban en mirar a Teresita.

Señora Margaret: querido, ya dentro de unos meses se comenzará a notar el embarazo de Samantha, creo que es prudente que se casen dentro de un mes, ¿qué piensas al respecto?

Luis José: Excelente madre.

Samantha: yo también estoy de acuerdo suegra (dice tomando la mano de Luis José sobre la mesa)

Este al percatarse que ha dicho algo imprudente sin prestar atención no le queda de otra que sonreírle a su prometida, mira la mano entrelazada entre ellos y vuelve la mirada a la joven que les atiende, esta mira a todos un poco incómoda por estar escuchando la conversación.

Luis José: Teresita, sirve otro vaso de café para mi.

Teresita: si patrón.

Diligentemente, ella toma la jarra de café y lo sirve en la taza de Luis José, este al tenerla cerca roza su mano disimuladamente por el muslo de Teresita, esta pega un salto derramando un poco café.

Teresita: lo siento, iré a buscar algo para limpiar.

Se apresura a retirarse en lo que lo hace Samantha se da cuenta de dónde tenía la mano su prometido, eso la enfurece, pero disimula para que su prometido quien la mira con una sonrisa coqueta no se dé cuenta que lo ha pillado.

<\> piensa fingiendo una hermosa sonrisa.

Después de acabado el desayuno y con los planes de la boda en mente, Luis José decide retirarse al despacho, mientras que la Señora Margaret invita a su nuera a hacer las elecciones para la boda, se entretiene con la elección del vestido, el color de la decoración y otras cosas.

Samantha: suegra, me da un poco de pena, pero me gustaría descansar un poco, este embarazo me da mucho sueño.

Señora Margaret: oh querida, eso es normal en el embarazo, con Luis José tuve muchas náuseas, sueño y antojos raros, pero míralo es un hombre muy saludable.

Samantha: así es, me disculpo, iré a tomar un poco de aire fresco y luego tomaré una siesta si no le molesta.

Señora Margaret: para nada querida, ve tranquila.

Samantha: gracias.

Una vez fuera de la casa se dirige a la puerta trasera de la cocina, irá a poner las cartas sobre la mesa con aquella campesina, camina viendo que nadie se fije en su presencia, para su suerte no hay empleados cerca, entra a la cocina, pero no hay nadie, lo que la hace fruncir el ceño.

Samantha: ¿Dónde se metió esa mocosa? (murmura)

Camina alejándose de la propiedad para ver si la encuentra, ve a un chico que está recogiendo la basura y se decide a preguntar por Teresita, este le señala el establo de los caballos, camina hacia el lugar, cuando llega trata de entrar lo más silenciosa posible.

Una vez adentro se queda paralizada, lo que ve la enfurece demasiado, su prometido está sobre la chica con una mano en la boca y otra levantando su vestido, lo peor es que este la está besando por su cuello con pasión.

Samantha: ¿¡Que significa esto!?