Rindiendome A Tu Piel

Will y Sebastian caminaron a la mesa, Vannesa los vio venir se levantó y se dirigió hacia el.

Sebastian siguió adelante y los dejó solos.

—¿Puedo saber de donde conoces a Alicia?.

Preguntó Vannesa.

—Ayer la conocí en un club nuevo y estuve con ella en una sesión y pasó a mayores.

Dijo Will mirando la reacción de Will.

—Ya, bueno, habíamos quedado que cada quien debía hacer su vida, ya que tu no diste para superar lo ocurrido.

Dijo Vannesa desinteresadamente.

En ese momento escucharon murmullos.

Vannesa volteó sintió una opresión en su pecho, pero debía ser fuerte.

Will se llenó de irá, por que no sintió nada, ¿o acaso de verdad ya lo había superado? Respiro indignado y llegó a la mesa.

—¡Ya llegó!.

Murmuró Sebastian, para que todos en la mesa escucharan.

En ese momento un hombre de contestura delgada, pero musculos fornidos, entro por la puerta, con un traje latex, enterizo pegado a su cuerpo, en su cuello tenia un collar de sumision, lo unico que no estaba cubierto por el latex negro era su rostro.

En el momento que el hombre entró.

Alicia y Isabel exclamaron juntas.

—¡Jhordan!

*Itzel Petrok* entró, muchos murmuraban y en su mano izquierda posaba una manilla dorada.

Will al instante observó a las dos chicas que exclamaron el nombre del sumiso de Itzel.

—¿Lo conocen?

Preguntó Vannesa.

—¿Es mi novio?.

Respondió Isabel observando a su novio de pies a cabeza no logrando entender lo que sucedía.

—¡Vannesa tendremos un problema el día de hoy!

Exclamó Will al ver la actitud de Isabel.

—Isabel por favor no ahora, espera que él llegue a casa y lo conversas.

Dijo Vannesa tratando de controlar la ira que se le veía a su prima en el rostro.

Vannesa miró a la entrada viendo a Jhordan, no creyéndolo la magnitud del problema.

—¡Es el novio de Isabel!.

Exclamó Lila, que había permanecido en silencio.

—Si.

Contestó Alicia

Will permaneció en silencio analizando el panorama que se veía venir.

—Esto está mal.

Dijo Vannesa.

Isabel se colocó de pie y caminó directo a donde se encontraba Jhordan.

Alicia quiso ir detrás.

—Quédate con Sebastian y Lila, yo soluciono esto.

Dijo Will tomando a Alicia de la muñeca.

Alicia lo miró y miró a la pareja.

—Es lo mejor, así que conversamos un poco.

Dijo Lila.

Alicia miró a su amiga y Vanessa a la distancia.

—Confío en ustedes.

Dijo Alicia acomodándose nuevamente en la silla.

Will camino directo al lugar donde se encontraban todos.

—¡Jhordan!.

Exclamó Isabel.

Jhordan miró a Isabel y palideció.

—¿Quién eres niña?

Preguntó Itzel, con una actitud arrogante.

Y miró la reacción de Jhordan.

Vannesa llegó.

—Señora Itzel, podemos arreglar el inconveniente, en un lugar privado.

Dijo Vannesa, temiendo la represaria.

Will llegó detrás de ella.

—¿Eres Vanessa supongo?

Dijo la fría mujer.

Vanesa, asintió con la cabeza, intrigada de donde la conocía la mujer.

—¡Aléjate Vannesa! Esto es algo privado.

dijo volviendo a poner sus ojos en Isabel.

Luego miró a Jhordan.

—Arrodíllate.

Ordenó Itzel.

Jhordan obedeció al instante, dejando caer su cuerpo de rodillas ante la mujer con las manos en los muslos y la cabeza agachada, sin emitir ruido alguno.

Isabel quedó sorprendida por lo que observó, “la ignoró”, enseguida analizó el collar puesto en el cuello de Jhordan y retrocedió, Vannesa sostuvo a Isabel.

La cual empezó a derramar lágrimas por la actitud de su novio, no era tonta y sabía lo que estaba ocurriendo,¿por que no confío en ella?.

Itzel miró a Will y no tuvieron necesidad de pronunciar palabra alguna, cuando él le dijo.

— Puedes usar mi oficina.

Ella miró a Isabel y le dijo.

— Sígueme.

Se agachó y ajustó la correa en el collar y lo jalo suavemente; sin embargo, por su cabeza ya pasaba todo lo que iba a hacer con él, por faltar a su contrato.

Vannesa salió de su asombro, se acercó a Isabel y le preguntó.

—¿Estás segura de ir?

Ella, en medio de su dolor, ni le respondió, solo se encaminó hacia dónde se dirigía esa mujer, con el amor de su vida caminando en cuatro patas como un animal.

Al entrar a la oficina, Itzel se sentó detrás del escritorio con Jhordan al lado como un perrito. Isabel se quedó mirando esperando que iba a hacer la endometriz frente a ella.

—Niña, puedes tomar asiento.

Dijo Itzel.

Isabel obedeció sin pensarlo por el hecho de no saber cómo actuar. Solo sabía que amaba a Jhordan y no sabía qué hacer para no verlo como estaba.

Itzel tocó la cabeza de Jhordan mirando a Isabel, dando a entender que ella era su dueña, porque en el fondo creía que Isabel era el ama nueva, que se había encontrado.

—Jhordán, levántate y dame una explicación

Ordenó Itzel.

Él se levantó y con la cabeza agachada dijo.

—¡Perdón mi ama!, sé que falte a mí contrató, y merezco lo que me fueras a dar. Pero me enamore, sin quererlo, también sé que pensarás que cambie de ama. ¡Pero no es así! Isabel es la primera vez que viene acá y la manilla te lo puede verificar. Perdóname te pido no le hagas daño a ella.

Terminó de decir Jhordan con la cabeza aún agachada.

Isabel no aguantó más y sin pensar en las consecuencias, gritó.

—¡Basta!!! No tienes que abogar por mí.

—¡Cállate, Isabel!, no sabes lo que dices ni como son las cosas, se que te debo una explicación.

Dijo Jhordan rápidamente.

—Se callan ya los dos.

Ordenó Itzel.

Jhordan hizo silencio y agachó la cabeza. Sin embargo, una alterada Isabel gritó.

—¿Por qué tienes que hacer esto? ¿Por qué no piensas que puedes salir de esto? Rompe ese estúpido contrato.

— ¡Que te calles ya!

Gritó Itzel.

Isabel, con un poco de temor, hizo silencio; sin embargo, miraba con altanería a Itzel.

Itzel miró a donde Jhordan y dijo.

— ¡Ven acá!

Él obedeció al instante, cuando llegó a donde ella, le quitó la cadena que guindaba de su hermoso collar.

— Ve a la zona VIP, sentada en el piso está Marisol. Llamé y le ordené estar en ese lugar. Van los dos a las mazmorras, allá me esperan. Otra cosa, pon a Marisol en la cruz de San Andrés, me esperas sentado al lado de ella, en un momento iré necesito hablar con esta niña.

Dijo cruzándose de piernas.

Jhordan empezó a caminar hacia la salida mientras, su corazón estaba partido en mil pedazos, sin embargo esta era una práctica libre y el decidió pertenecer a ella y firmó un contrato que debía cumplir, jamás pensó conocer a Isabel y que quisiera cambiar de vida en algún momento.

Isabel no podía creer lo que estaba viendo, él se iba a ir dejándola sola.

Su corazón sintió dolor, rabia, rencor y tomó una decisión, que cambiaría su vida por completo.

Ambas mujeres cruzaron miradas una más fría que la otra por la tensión del momento vivido, hasta que Itzel tomó la iniciativa y dijo.

—Quiero tu versión de esta absurda historia.

Isabel se sentó con una postura fría, decidida en lo que quería hacer debido a que, desde el día de hoy, su vida cambiaría por completo.

Mientras tanto, en el lado de afuera todos vieron a Jhordan salir y Alicia quiso ir a preguntar qué había pasado, pero se detuvo, ya que pudo observar que el joven mantenía el collar puesto.

Alicia sabía que esta práctica tenía reglas y nadie era obligado a portar ese collar.

—¿Sabes que si te acercas a él no podremos defenderte?.

preguntó Will mirando a Alicia.

—Lo sé.

Contestó sin dejar de mirar los pasos el sumiso.

Vannesa tocó la mano de Alicia.

—Conoces a mi prima tanto o más que yo, sabes que es una mujer fuerte y decidida, si no regreso es porque ha podido manejar la situación.

—Lo sé, pero es que no entiendo a Jhordan, Isabel es su novia, según la ama con su vida, yo soy su mejor amiga y aun así nos mintió.

Dijo mirando como él paso por una chica que se encontraba de rodillas a unas mesas de ellos.

—Él les dará una explicación, vamos a estar tranquilas, yo voy a averiguar que paso,por que Isabel no ha salido de la oficina.

Dijo Vannesa palmeando la mano de Alicia.

—¿Estás loca o qué?.

preguntó un irritado Will.

—Yo sé lo que hago, tengo mis métodos.

Respondió, Vannesa despreocupada.

Will se sintió más furioso cuando Vannesa se puso de pie y meneando sus curvas, se dirigió al pasillo que llevaba a la oficina sin importarle la opción de él.