Shanan es una enfermera profesional que se dedica especialmente a los niños. Ella fue recomendada por los altos directivos de ese hospital para cuidar a un niño enfermo. En cuanto ella entra a esa casa, siente una presencia extraña. Veamos como se va sucediendo esta historia...
NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Encerrados
Pues fíjese que no le creo, Shanan vino a cuidar a un niño que está en coma o algo así. Ella ya lleva dos meses aquí, ¿por qué dice que no hay nadie?
Ya me cansé de escucharlos, si quiere pueden pasar, pero bajo su responsabilidad.
Está bien, aceptamos, dijo Mateo después de cruzar una mirada con Irina.
En ese caso síganme. El hombre los llevó por atrás de la casa. Hicieron un rodeo, bajaron las escaleras que estaban atrás de la casa.
Un momento, ¿por qué vamos a entrar por atrás y no por la puerta principal?, preguntó Mateo lleno de expectación.
Si bien recuerdo, hace un momento le dije que no había nadie en la casa, por lo tanto, la puerta principal está cerrada con llave y con candado.
Y si no hay nadie, ¿qué cuida usted?, ¿quién le paga?
La antigua patrona dejó establecido que yo recibiera una paga, tipo pensión por el resto de mi vida, lo malo es que ella murió o eso es lo que cuentan. Yo no sé nada.
El mayordomo les flanqueó la entrada. Ellos caminaron casi a tientas, la luz no era el fuerte en esa casa. Entraron en un cuarto muy pequeño que Mateo pensó que era un pasillo por lo angosto que estaba.
Pero, de pronto, una reja cayó "del cielo", dejando encerrados a Irina y Mateo.
¿Qué es esto?, dijo Mateo.
¡Dios mío!, dijo Irina.
Ustedes son muy necios, aquí no hay nadie, no existe ese niño que dicen.
Sáquenos de aquí, o llamaremos a la policía, nos buscarán en cuanto se den cuenta que no regresamos.
Mateo hurgó entre sus ropas; el hombre le enseñó un celular, ¿acaso buscas esto?
En este momento su patrón va a recibir un mensaje muy conmovedor...
"Doctor Moro", así se llama, ¿verdad?
"Irina y yo hemos decidido darnos una oportunidad. Estamos enamorados y decidimos irnos de viaje un tiempo. Le encargo a nuestros pacientes, sé que los cuidará bien. Regresaremos pronto".
¿No se les hace muy conmovedor?
¿Por qué hace esto?
¿Por qué se empeñaron en buscar a esa mujer que no existe, al menos en esta casa?
Shanan sí existe, no sé por qué usted niega que vino aquí. De seguro la tiene encerrada como a nosotros.
Ya déjense de tonterías, tal vez nunca salgan de aquí, ese es el precio por su curiosidad.
No puede tenernos aquí secuestrados, dijo Irina muy nerviosa.
Pues lo siento, no puedo ofrecerles un cuarto cómodo.
Y, ahora... El hombre picó en enviar. Se fue dejándolos en un mar de incertidumbre.
.
.
El doctor Moro ya estaba en su casa cuando recibió el mensaje.
"Qué raro, aquí dice que están enamorados, pero si bien recuerdo, él estaba enamorado de Shanan, ¿cómo cambió de pronto?"
"Además, Irina amaba mucho a sus pacientes, ¿cómo es posible que los haya abandonado así como si nada?"
"Mateo es un hombre muy responsable, él tampoco abandonaría a sus pacientes como si nada. Estoy seguro de que algo malo está pasando. Tendré que avisar a la policía, esto no me cuadra".
El doctor Moro no sabía qué pensar y había decidido avisar a la policía a primera hora de la mañana.
Él vivía con su esposa y dos hijos mayores, pero estaban en una convención de doctores, ya que ellos estaban estudiando, porque querían ser doctores como su padre.
Su madre los había llevado, ella también era doctora, pero en otro hospital no muy retirado.
Por lo tanto, el doctor estaba solo en su casa.
Se durmió con la idea de ir a la policía al día siguiente.
.
.
La noche estaba cubierta de estrellas, la luna iluminaba con sus destellos blancos y amarillos haciéndola lucir hermosa.
Todo era quietud, solo se escuchaba alguno que otro perro ladrando. Y el ruido de los coches que a esa hora transitaban aún por la ciudad.
El ruido de algunos aviones surcando por el aire también era muy común.
Pero fuera de eso la mayoría de la gente *normal" dormía plácidamente.
Ni siquiera se imaginaban lo que estaba pasando en esa casona a las afueras de la ciudad.
.
.
Y ahora, ¿qué va a pasar con nosotros?, preguntó Irina, muy preocupada y nerviosa.
No lo sé, ese hombre parece ser de otro mundo, contestó Mateo, él tampoco tenía idea del destino que correrían sus vidas.
¿Crees que Shanan está encerrada igual que nosotros?
No lo sé, pero como están las cosas, yo creo que sí. Tal vez esté muy cerca de nosotros y no la vemos ni nos damos cuenta tampoco.
Lo mismo pienso yo, dijo Irina. ¿Tienes alguna idea de lo que haremos?
Para empezar no sé en dónde estamos, necesitamos pensar bien las cosas.
¿Crees que se den cuenta de nuestra desaparición y nos busquen?
No creo, ya viste lo que le mandó ese señor al doctor Moro.
¿Crees que el doctor se trague el cuento de que estamos enamorados?, dijo Irina llena de temor.
Eso tampoco puede ser, porque él sabía perfectamente bien que yo estoy enamorado de Shanan, bueno, antes, ahora a la que amo es a ti.
Mateo, discúlpame, pero no es el lugar ni el momento para hablar de amor.
Lo sé, solo trato de suavizar un poco la situación. Y el amor es la mejor medicina para estas cosas. Tal vez tú no me ames, pero te prometo que lucharé con todas mis fuerzas para que logres amarme. Y, entonces, la vida nos sonreirá, ya verás. Es cuestión de tiempo de que podamos salir de aquí.
Mateo, yo te amo desde que te vi por primera vez, pero tú estabas entusiasmado con Shanan, por eso no lo di a notar nunca. Antes que nada ella es mi amiga y jamás le causaría daño.
Pero tú has visto que ella no me ama, me lo ha dicho y además, solamente quiere ser mi amiga.
¿Crees que podremos vivir una vida juntos tú y yo?, como novios, por supuesto.
De pronto Irina se puso a llorar.
Mira cómo fuimos a ser novios, encerrados en este lugar y que sabrá Dios donde estamos, o si podremos salir algún día de aquí.
Eso es lo se menos, lo importante es que tú me correspondiste; y diciendo eso, le dio un beso en la boca que ella aceptó encantada.
El resto de la noche Irina y Mateo no pudieron dormir, estuvieron abrazados sentados en una pequeña banca destartalada que estaba en ese cuarto que más bien parecía una cárcel.
Solo dormitaban a ratos y se volvían a despertar y así.
Ningún ruido perturbaba la noche.
No había señas de más vida en esa casa que la de ellos dos, ni siquiera se veía a Shanan caminando por aquí o por allá.
El mayordomo no apareció en toda la noche.
🥹😢😥😱😱😱