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La Debilidad Del Capo

La Debilidad Del Capo

Status: Terminada
Genre:Mafia / Equilibrio De Poder / Amor-odio / Romance de oficina / Completas
Popularitas:1.7M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Mauro Farina es el Capo de la mafia Siciliana y el dueño de Lusso, la empresa de moda más importante del mundo, y quiere destronar a sus competidores con la nueva campaña que lanzará.
Venecia Messina es heredera de la ´Ndrangueta y el cártel de Sinaloa, y su nueva becaria.
Mauro no ha olvidado el rechazo que sufrió a manos de esa pequeña entrometida hace años, y ahora que está a su merced se vengará de esa ofensa. Lo que él no sabe es que Venecia viene para quedarse y no se dejará amedrentar por él.
¿Quién ganará esta batalla de voluntades?
Te invito a descubrirlo juntas.

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Problemas

Venecia

El ruido de un taladro, taladrando mi cabeza, me despierta.

Abro los ojos, y los vuelvo a cerrar cuando el taladro llega al lugar más sensible de mi cráneo.

Llevo mi mano a mi cabeza, y sorpresa, no hay taladro.

¿Qué mierda?

¿Por qué duele tanto?

Cierro los ojos y, curioso, tampoco hay ruido.

Creo que estoy imaginando cosas.

Intento abrir los ojos de nuevo y siento el mismo dolor de antes taladrando el centro de mi cerebro.

¿Qué está pasando?

Trato de incorporarme y jadeo al darme cuenta de que no llevo brasier ni blusa.

–No. No. Por favor, no –digo mientras salto de la cama.

Un escalofrío baja por mi espalda cuando no reconozco la habitación.

Quiero llorar de alivio cuando veo mis bragas en su lugar junto a una falda que está a medio desabotonar.

Reviso mis bragas para verificar que todo esté en orden. Camino, corro y salto por la habitación, y no, no tengo ningún tipo de dolor.

–Gracias, Dios mío –susurro mientras me arrodillo y elevo una oración silenciosa.

No soy católica, ni siquiera sé en qué creo, pero en este momento me siento tocada por la misericordia de un ser todopoderoso.

Mientras busco mi ropa trato de recordar qué fue lo que hice ayer, pero todo está borroso. Recuerdo el bar. Recuerdo los vasos de vodka desfilando frente a mis ojos, y luego, todo está en negro.

Me agacho y reviso debajo de la cama y nada. Gateo por todo el lugar buscando mi ropa cuando escucho la puerta abrirse a mi espalda.

–¿Quieres provocarme una embolia o algo?

Me giro bruscamente cuando escucho la voz de mi jefe.

¡Sí, mi jefe!

El mismo al que le rechacé un baile hace años.

El mismo que no me quería en su empresa.

El mismo que pudo haberme despedido y no lo hizo.

Suelto un grito y luego sollozo cuando el dolor de cabeza vuelve con toda su furia.

Todavía en el suelo, comienzo a tirar del edredón para cubrir mis pechos.

–¿Qué… qué está pasando? ¿Qué hago aquí? ¿Qué es esto? –pregunto mientras me obligo a incorporarme. En el suelo estoy en desventaja.

–¿No recuerdas nada? –pregunta curioso mientras me entrega mi ropa.

Niego con mi cabeza.

Abrazo mi blusa y mi brasier mientras lucho contra la desagradable sensación de saber que Farina tocó mi ropa.

Se acerca unos pasos y yo retrocedo, asustada.

Sus labios se elevan en una sonrisa juguetona, que hace que mi corazón comience a brincar dentro de mi pecho.

–Ayer me montabas como toda una profesional y hoy te asustas de mí –suelta con diversión.

Siento como toda la sangre abandona mi cuerpo.

–¿Montaba? –pregunto en un susurro estrangulado.

Muevo mi cadera con brusquedad para ver si siento algún dolor, pero nada.

–La debes tener muy chica si no siento nada –digo y quiero morderme la lengua en el momento en que me escucho.

Venecia, mantén la puta boca cerrada.

Los ojos felinos de Mauro se oscurecen. Toma mi barbilla y me acerca a su cuerpo, que desprende fuego. –Ayer no escuché quejas mientras te sentabas sobre ella. Y si mal no recuerdo, te gustó lo que sentiste –dice con esa voz ronca y deliciosa.

Mi cuerpo se inclina al suyo mientras siento como su mirada ardiente derrite hasta el último de mis huesos.

–Quizá necesite un recordatorio –digo sin pensar.

Mauro ríe a mandíbula batiente. –Apuesto a que querrías.

–No. No quise decir… ¡Ah, olvídalo! –espeto y paso delante de él–. Me he convertido en una zorra –mascullo molesta mientras lucho con el brasier–. Pero yo quería olvidar a Iván… Bueno, eso es lo que obtienes cuando te comportas como una zorra.

–Yo no sería tan duro conmigo si la situación fuera al revés –dice mientras sus manos sujetan el brasier a mi espalda–. Déjame ayudarte. Generalmente, soy muy bueno sacándolos, pero siempre hay una primera vez.

Lucho contra la vergüenza, pero me rindo cuando recuerdo que hace unas horas estuve sentada sobre su polla y quizá qué más cosas hice.

–Te importaría recordarme qué fue lo que pasó –le pido. Ya que estoy en el camino de la vergüenza, más me vale recorrerlo hasta el final.

Sus nudillos acarician mi espalda y un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

–¿Tienes frio?

–No precisamente –respondo y me alejo cuando el brasier ya está en su lugar, donde nunca debió salir. Me giro para enfrentarlo–. ¿Qué fue lo que pasó?

Mauro acaricia mi mejilla con sus nudillos, provocando nuevos escalofríos.

–Bebiste demasiado.

Pongo los ojos en blanco. –Creo que eso ya lo sé –digo tocando mi cabeza.

Mauro me pasa mi blusa y me apresuro a ponérmela.

–Y Claude quería llevarte a su casa –dice mientras me ayuda a abotonar mi blusa. Al parecer no soy lo suficientemente rápida para don sonrisas eróticas–. Listo –dice y cómo no, vuelve a sonreír con esa maldita sonrisa.

Me estoy poniendo cachonda.

Miro el nacimiento de su cuello y el comienzo de sus pectorales gracias a que lleva una camisa semi abierta. Su piel brilla contra la luz de la mañana y quisiera poder recostar mi cabeza ahí, pero me obligo a retroceder.

Basta de malas decisiones.

–¿Por qué no estoy en la casa de Claude?

–¿Preferirías estar en su casa?

Niego con mi cabeza y hago una mueca cuando me duele tanto, que tengo que cerrar mis ojos por unos segundos.

–Ahora mismo, no sé qué es lo que prefiero. Lo único que quiero es un analgésico y un jugo de naranja –digo cuando siento mi boca amarga.

Mauro vuelve a sonreír y tengo que darle un palmetazo.

–Hey –me acusa.

–No sonrías así –exijo–. No es bueno para mi salud mental.

Vuelve a sonreír, y ahora su sonrisa alcanza sus ojos. Unas hermosas arruguitas surcan sus ojos y puedo sentir como caigo por esa maravillosa sonrisa.

Papá tenía razón. Los hombres como Mauro vienen con un arsenal completo diseñado para conquistar a chicas ilusas como yo.

–Antes de que me golpees, bajaré unos minutos a la farmacia de la esquina y te traeré un analgésico. En el refrigerador hay jugo fresco de naranja.

–¿No tienes nada para el dolor?

–No. No me gusta tener analgésicos a mi alcance.

–¿Por qué no? –pregunto confundida mientras me siento en un enorme sofá de cuero color crema.

–Porque no puedo controlarme –susurra tan despacio, que dudo que haya querido que yo escuchara–. Vuelvo en diez minutos –dice antes de desaparecer por, el que creo, es el hall de acceso de este enorme departamento.

Si no fuera por el dolor de cabeza que tengo, correría a la terraza y disfrutaría de las vista de Milán. Pero no creo que sea saludable salir a la luz directa. Apenas puedo soportarla desde esta distancia.

Trato de recordar qué fue lo que hicimos anoche, pero todo está bajo un manto de niebla. Recuerdo los dedos de Claude sobre mi trasero.  Recuerdo haber querido irme con él para intentar olvidar a Iván, recuerdo…

–Oh –jadeo cuando retazos de mi memoria comienzan a volver.

Estuve sobre el regazo de Mauro rogándole que me besara.

Oh, mierda.

Estoy en tantos problemas.

El timbre suena, distrayéndome del festival de autocompasión.

Suena varias veces sin detenerse.

Camino buscando el interfono y por suerte lo encuentro. Ese sonido solo hacía empeorar el dolor.

–¿Sí?

–Es su madre, señor.

–Oh. Mauro no está aquí –digo cohibida–. Pero hágala pasar.

Farina me matará si dejo a su madre esperando en la calle.

Camino buscando el hall de acceso y mi boca cae abierta cuando en vez de una puerta hay un elevador.

¡El elevador llega a su propia sala!

Las puertas se abren y una mujer de más de cincuenta años, pero muy atractiva, sale furiosa de él.

–¡¿Dónde está mi dinero?! –grita antes de empujarme a un lado y entrar a la sala–. ¡Mauro!

Sus ojos, iguales a los de Mauro se clavan en los míos, y sé, antes de que abra la boca, que esa mujer y yo tendremos problemas.

Graves problemas.

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Evitaser
bonita la historia
Evitaser
bonita la historia
Daviangel Ortega
que historia más hermosa me encantó mucho es excelente sigue escribiendo lo haces muy bien muchas bendiciones y éxitos 💗🌹🙏
Marisa Arenas
Que bueno que a mi vida si llego un Mauro😋🤤😋🤤🤤
Marisa Arenas
Dios mio es que todos son hermosos 😍🤩💘
Santa Bello
Excelente
Jesica Aquino
Leo muchas historias de Mafia y pensé que esta seria igual pero no fue lo qje suelo leer realmente para mi le faltaba un pelin de acción pero bueno no está mal
Gladys Batista
Me.envsnto la.historia.
Santa Bello
Dios que capitulo
Yeraldin Meza Gonzalez
esperando por tu pronta historia..
se que se vendrán más
porque tiene una mente maxima
Maribel
😂😂😂😂😂
Mony Ortiz G.
Linda historia hermosos hijo igual hubiera Sido lindo un niña hermosa en esa familia . Es lindo compartir el amor con los hijos. de padres.
Breimerlis
Amén me encanta todas tus novelas, estoy ansiosa esperando la próxima saga 🙂‍↔️😘 gracias por todo, Dios te bendiga🙏🏽
Luz Stella Cárdenas Pérez
me cautivó está historia me encantó y voy a seguir con la q viene sin duda se q será igual de fascinante
Adriana Sanchez
Espíritu que no tardes, ya leí todas tus novelas y la SAGA 2 veces creo había dejado inconclusa la de Farina porque no estaba terminada y yo no se porque me pasa pero leo una que no esta terminada luego me dicen que solicite autorización lo hago y NADA, no vuelvo a saber de esa novela, por eso mejor las dejo hasta que las terminen y las suban así no hay pierde, esperare la de los gemelos con ansias autora gracias por tan maravillosas novelas 👍🏻👏❤️💯
Adriana Sanchez
Ame la novela, me encantó la historia de Farina y Venecia, si ya está terminada la de los gemelos pues a seguir viendo la SAGA que esta genial.
Yubisa Milena Guzman Benitez
excelente
Roxana León Sanguino
Excelente
Coralia
Mauro es todo lo que está bien en este mundo de fantasías! He leído todos los libros en menos de una semana!!!! Gracias, gracias escritora por inspirarme y deleitar mi imaginación! ❤️
Leidi Coronado
excelente me enamore de tu novela eres la mejor mami dios te bendiga siempre 🤩❤️
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