LA HIJA DEL DRAGÓN

No, ningún reino tiene problemas con nosotros, Leonardo sabe lo importante que son esos acuerdos y no iba hacer nada para romperlos - dijo Samuel, ante la pregunta que le había hecho Hans.

- Entonces quien nos quiere declarar la guerra, el jefe de los guardias le informo a ARABELLA sobre movimientos sospechosos en la frontera

- Lo mejor será ir y averiguar, si alguien nos quiere declarar la guerra será mejor prepararnos, debes asumir tu puesto en el trono rápido.

- Solo es cuestión de que tú me des el papel y lo firme y me presentes ante todos como el rey.

- Está bien, se adelantara los preparativos mi hijo no podrá seguirse negando, tendrá que entregarte el trono.

- Iré a preparar el viaje hacia la frontera, cuando regrese con información, haremos la ceremonia donde me entregas el trono - dijo Hans a Samuel, este solo asíntio y Hans salió para preparar el viaje.

- Listo mi señora, su ropa y la mía están listas y montadas en carruaje - dijo Ada entrando a la habitación de ARABELLA.

- Está bien, vamos entonces - dijo saliendo de la habitación seguida por Ada, cuando llegaron al carruaje se montaron y partieron. La noche había llegado en Palacio.

- Como que se fue, mi esposa no puede irse sin mi permiso - le gritó Leonardo a un guardia, en ese momento llegó Hans escuchando todo el alboroto.

- Primo que son esos gritos pareces una señorita - dijo con burla.

- Tu cállate que el problema no es contigo, mi esposa salió de Palacio y estos incompetentes no fueron capaz de avisarme - dijo molestó.

- Ahora te preocupas por ARABELLA, lo que hace el miedo a bajarte del trono - dijo mientras negaba y salía de allí - Lo primero que le dije y lo primero que hace, hay ARABELLA - dijo en sus pensamientos mientras iba la salida de palacio.

- Necesito que me alisten un carruaje, y suban mi equipaje lo más rápido posible - dijo a uno de los sirvientes estos asintieron y corrieron a acatar la orden.

- Espero y no te pase nada mientras llego a ti - dijo Hans en sus pensamientos.

En medio de un bosque y en la oscuridad solo se escuchaba un carruaje avanzar en el iba ARABELLA y Ada.

- Mi señora, este bosque da un poco de miedo - dijo Ada temblando.

- Ada deja de temblar, no nos va a pasar nada tranquila - dijo ARABELLA restándole importancia, de un momento a otro se sintió que un cuerpo cayó encima del carruaje.

- hahaha - gritó Ada y ARABELLA al sentir el cuerpo caer, después escucharon como iban bajando y una mujer de pelo azul y ojos encantadores se asomaba por la puerta

- haha - gritaron más duro al sentirla abrir la puerta del carruaje que todavía seguía en movimiento ya que el cochero iba muy concentrado en el camino.

- Silenció!! No voy hacerles daño - dijo aquella chica de pelo azul.

- ¿Quien eres? - le dijo Ada con miedo.

- Soy hija de Adruel - dijo sentándose como si nada al lado de ARABELLA.

- Tu... Eres hi...hija... Pero si el es un dragón, como es que eres humana - dijo ARABELLA un poco sorprendida, Adruel era el dragón que ella le ayudo con sus hijos.

- Emm.. si yo soy mitad dragón, mitad humana por parte de mi madre.

- Tu padre un dragón como pudo ser capaz de tener relaciones con una humana - dijo sin pensar ARABELLA.

- Yo no voy a responderte eso, son mis padres - dijo esto último haciendo una mueca de asco.

- ¿Como te llamas? - le pregunto Ada.

- Mi nombre es Ariel, solo quería agradecerte personalmente por haberme salvado aquella vez, se que mi padre ya lo hizo pero lo quería hacer yo también.

- No tienes porque odio el maltrato - le dijo ARABELLA con una sonrisa en su rostro

- Y hacia donde se dirigen.

- Vamos hacia la frontera del reino, dicen que hay movimientos sospechosos allí y vamos averiguar de qué se trata - le dijo ARABELLA.

- Puedo acompañarlas, seré de gran ayuda lo prometo - dijo Ariel emocionado, ARABELLA al verla tan feliz solo le dijo que si.

- Pero si tú padre no se molesta.

- Mi padre al saber que estoy contigo, no pondrá problema.

- Está bien... Pero sigo con la duda como fue que tú padre pudo conceder...

- ARABELLA!!! - dijeron al mismo tiempo Ariel y Ada, después soltaron las tres la carcajadas.

En palacio.

- Padre, yo ya hablé con mi esposa y prometimos dar lo mejor de los dos para que nuestro matrimonio se salve, por favor no me quites el trono.

- Dudo mucho que ARABELLA haya aceptado eso, de todos modos ya perdiste tu oportunidad, por favor firma no quisiera utilizar la fuerza con mi propio hijo.

- Madre por favor...

- Lo siento hijo, tu padre te dio una oportunidad y no la supiste aprovechar - le dijo Romina sería. Leonardo no le quedó más opción que firmar el papel donde quedaba dicho que no sería más el rey de Emerald y pasaba la corona al duque Hans.

- Espero y esto si te haga madurar y encuentres una mujer que te haga feliz, ahora solo te queda hacer al menos una vez algo bueno por ARABELLA y eso es darle el divorcio.

- Apenas vuelva, hablaré con ella para que podamos divorciarnos - dijo Leonardo con la cabeza agachada mientras salia de la habitación de sus padres.

- me duele ver a mi hijo así, pero de alguna manera tiene que aprender - dijo Romina con tristeza.

- No creas que a mí no me duele pero no está preparado para el trono, mi amor por favor encárgate de la ceremonia, ARABELLA salió de Palacio y no sabemos cuándo volverá.

- Está bien, mañana mismo empezaré con todos los preparativos, cuando llegue tu sobrino puedas entregarle el trono.

- Ese es el carruaje de ARABELLA - dijo Hans al guardia cuando llegaron al bosque, a último momento Hans decidió mejor ir en caballo sería más rápido llegar hasta ARABELLA y no se equivocó.

- Si mi señor, ese es el de la Reina - le dijo el guardia confirmándole. Hans se acercó al carruaje, los demás guardias lo reconocieron pero Hans le hizo una señal para que guardarán silenció.

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