¿DUQUESA RAVENNA?

Ada estoy al lado, deja a ese dormír Tranquilo - grito ARABELLA desde la otra habitación, Ada al escucharla abandono la habitación y se dirigió hacia la de su señorita.

- Ni dormir cómodamente se puede - dijo HANS levantándose de la cama para organizarse un poco y seguir su camino hacia PALACIO.

- mi señora como es que ese hombre estaba en su habitación, casi me muero del susto al verlo allí en su cama.

- Ayer le dieron mi habitación por error, mayor susto me lo lleve anoche cuando entre a la habitación y lo Vi.

- Pero no le hizo nada mi señorita - dijo Ada un poco preocupada.

- Tranquila Ada, dónde hubiera querido hacerme daño se hubiera llevado una grata sorpresa - dijo mientras sonreía maliciosamente.

ARABELLA se organizó y salió nuevamente junto con los guardias para averigüar más de los vándalos, mientras que Hans llegaba a palacio. En la entrada lo esperaba su primo Leonardo y al lado de éste había una mujer.

- Bienvenido sea a palacio primo - dijo Leonardo fingiendo una sonrisa, ya que sabía que Hans solo está detrás del trono.

- Gracias primo, espero no te moleste mi estadía acá, solo vengo a quedarme unos días por negocios importantes - le dijo con una sonrisa mientras estrechaba la mano con Leonardo.

- Claro que no puedes quedarte en mi PALACIO el tiempo que lo desees, déjame presentarte a RAVENNA mi mujer - le dijo orgullosamente, no podía presentarla como esposa ya que eso solo lo podía hacer con ARABELLA.

- Mucho gusto Duque, es un placer tenerlo en Palacio - dijo haciendo una pequeña reverencias.

- Igualmente - le respondió aunque en sus pensamientos se preguntaba porque la presento como mujer y no como su esposa.

- Pero sigue, ya mandé a qué te preparan tu habitación, la sirvienta te llevará - le dijo RAVENNA.

- Muchas gracias - respondió Hans para seguir a la sirvienta hacia su habitación.

- RAVENNA por favor encárgate de que alguien vigilé a mi primo, no sé cuáles son sus intenciones al venir a Palacio - le dijo Leonardo una vez que vio a Hans irse.

- Tranquilo querido así será - le dijo con una sonrisa.

HANS llegó a su habitación y mientras los sirvientes subía su equipaje no dejaba de pensar en el cuerpo de aquella chica en el hostal, la verdad lo poco que pudo contemplarla le pareció lo más hermoso que habían visto jamás.

- Esperó y esté cómodo duque - dijo RAVENNA entrando en la habitación de Hans.

- Lo estoy, pero por favor a la próxima toca antes de entrar no quisiera tener problemas con tu esposo - dijo HANS un poco molesto.

- Discúlpeme por mi imprudencia solo quería saber si estaba cómodo, pido y me disculpé - dijo RAVENNA un poco nerviosa pues este creía que ella era la esposa y no quería decirle la verdad porque si no la trataría como lo que es una concubina más.

- Está bien, espero no vuelva a repetirse ahora quiero descansar un poco para bajar a la cena.

- Claro duque, descanse mandaré a qué le informen cuando la cena esté lista, con permiso. - dijo para después salir de la habitación soltando un gran respiro, el duque era un hombre que producía miedo.

ARABELLA se dirigió hacia su habitación todavía nerviosa por lo que su doncella preocupada le dijo que estuviera tranquila.

- Ese hombre si que me produce muchas sensaciones - dijo sentándose frente al espejo.

- Debe tranquilizarse si el rey la escucha decir tales cosas, podría molestarse.

- Lo sé, pero yo ya estoy cansada de ésto, puede que todos en palacio me traten como la reina pero no lo soy y yo merezco también un título, no te parece.

- Que cosas dice mi señora, aunque usted sea una concubina del rey, es un estatus alto aquí no le falta nada, todos la respetan incluso más que la esposa.

- Eso está cambiando no se cómo pero ARABELLA ya no es la misma y está haciendo cambiar a los sirvientes y si esto sigue así tendré que irme y así no sea un estatus tal alto como esto pero seré la esposa principal.

- Pero de quién, con quién podría casarse usted mi señora.

- Que te parece Duquesa RAVENNA SAJONIA.

- Pero mi señora ese señor produce mucho miedo, cómo puede llegar a ser su esposa.

- Hay muchas maneras de conquistar un hombre, si pude con Leonardo podré con su primo, nadie se resiste a mis encantos.

- No creo que el rey la deje ir tan fácilmente. - dijo su doncella preocupada por los planes de su señora pues eran muy arriesgados ya que ese hombre le daba mucho miedo.

- Cuando Hans este locamente enamorado de mí, se enfrentará a Leonardo y el no tendrá más remedio que dejarme ir y así mi hermana podrá volverse a ser la Reina y yo una duquesa con igual o mayor poder que ella - dijo con una sonrisa, ya que ella estaba segura en poder conquistar a Hans y al hacerlo tendrá casi el mismo poder que ARABELLA ya que el ducado tiene casi las mismas riquezas que en Palacio.

Mientras tanto ARABELLA volvía al hostal otra vez con las manos vacías y eso la estaba empezando a enojar.

- Estos malditos están jugando conmigo o es que me parece - dijo dirigiéndose a uno de los guardias.

- De pronto escucharon que usted vendría y están escondidos, debería dejar algunos guardias y volver a Palacio no puede dejar sus obligaciones de reina.

- Esto ya se volvió algo personal, cuando lo tenga frente a frente van a ver de lo que soy capaz - dijo para después entrar en el hostal hacia su habitación.

- Mi señora calma, no puede estresarse tanto por esos vándalos - dijo Ada llegando a la habitación con un pequeño balde para que ARABELLA relajara sus pies.

- De verdad que lo necesitaba - dijo ARABELLA mientras tenía los pies en el agua caliente.

- Sabía que le ayudaría mi señora - dijo Ada con una gran sonrisa.

- acertaste muy bien Ada - dijo mientras asentía con una sonrisa. De pronto entro un guardia a la habitación.

- Majestad están robando en el pueblo, sigueme por favor.

- Ada pásame rápido mis zapatos es hora de darles su merecido.

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