EQUIVOCÓ

La noche cayó rápidamente, en el comedor estaban Leonardo y ARABELLA estaban comiendo en silencio hasta que ARABELLA decidió romperlo.

- Y tu ramera dónde está - dijo mientras miraba con burla a Leonardo.

- Será que puedes dejar de referirse de esa manera a su hermana.

- Cómo más se le puede llamar a una mujer que se mete con un hombre casado, RAMERA.

- Suficiente... Tu dañas hasta un helado - dijo parándose del comer y saliendo de allí.

- Cómo me hara de falta tu presencia - dijo con una sonrisa Aladina y siguió comiendo a gusto.

Así pasaron dos días y había llegado el momento para ARABELLA de ir a dónde los plebeyos la necesitaban así que todo ya estaba listo y ya se estaba subiendo a su carruaje cuando una voz molesta la detuvo.

- A dónde vas hermanita, puedes llevarme - dijo mientras hacia puchero.

- Oye no crees que estás demasiado grandesita cómo para que te comportes como una niña de cinco años - dijo poniendo sus manos en la cintura.

- hermana porque me tratas así, si yo solo trato de llevarme bien contigo.

- Hass dónde está Leonardo, tu solo te pones con esa actuación cuando el está cerca - dijo mientras lo buscaba con la mirada dando con él que desde el balcón las miraba.

- Bingo... Allí está, cuando maduraras - dijo mientras negaba y se miraba en el carruaje para después partir dejando a una RAVENNA furiosa.

Una vez llegó al pueblo se bajó en la casa de aquellos que solicitaron su presencia.

- Su majestad me alegra que haya podido venir - dijo una plebeya ya un poco mayor.

- es mi deber ver por mis súbitos - les dijo con una sonrisa.

- Pero díganme qué es lo que pasa.

- Majestad últimamente hemos tenido muchos robos, de repente vienen muchos vándalos amenazarnos y llevarse nuestras cosas o nuestras cosechas y ya no aguantamos más, por favor ayúdenos su majestad.

- Claro que lo ayudaré no saben cómo odio a la gente que solo quiere las cosas fáciles, mientras mi doncella les dará un dinero para que recuperen algo de lo que han perdido y tenga la certeza que su reina los ayudará - después de decir eso la gente solo aplaudo y hizo reverencia ARABELLA.

ARABELLA se quedó en un pequeño hostal y le ordenó a los guardias que llevo que hicieran guardia por el pueblo y si dectetaban algo sospechoso lo llevarán con ella de inmediato aunque ella también se unió a la búsqueda para eso se cubrió con una capa para que no la descubrieran.

HANS ya le faltaba poco para llegar a palacio, pero quería descansar un poco así que se detuvo en un pueblo para descansar y se quedó en un hostal. Apenas bajo pidió su habitación y se dirigió a ella y cuando entro vio un vestido tirado en una silla, no le presto atención pensó que como era un hostal pequeño y de pobres era común que no hicieran el debido aseo, así que solo se quitó su ropa y se acostó en la cama mientras cerraba los ojos.

- No decretamos nada majestad, de pronto está noche no la tenían planeada para asaltar - le dijo un guardia cuando se encontraron en la entrada al hostal.

- Tienes razón, vayan y descanses yo también lo haré es tarde y mañana seguiremos con la búsqueda - todos asienten y ARABELLA sube a su habitación, entrando casi a ciegas ya que todo estaba oscuro, entro y cerró la puerta y empezó a quitarse su vestido para ponerse su bata.

HANS sintió que alguien entro a la habitación pero no hizo ruido para que no sintiera su presencia, pero la oscuridad no dejaba ver nada solo escuchaba pequeños movimientos, así que busco silenciosamente el fósforo para prender la vela que había al lado de la cama, al hacerlo se sorprendió de ver un cuerpo totalmente desnudo frente a él.

ARABELLA al ver que una vela se prendió sola se asustó mucho y volteó rápidamente para mirar encontrándose un hombre en su cama mirándola de arriba hacia bajo.

- Oye!!! quien te dejo entrar a mi habitación - le gritó ARABELLA enojada mientras trataba de jalar una sábana para taparse

- La que se metió a mi habitación fuiste tú, pero si tú intención es acostarte conmigo te cumpliré esa dicha - dijo mientras se le acercaba.

- Detente!! O yo me equivoqué de habitación o fuiste tú pero yo jamás entraría a la habitación de un hombre y menos para pedir sexo ni que estuviera tan necesitada - dijo para después coger su bata y camisón y ponérselo y después salir azotando la puerta.

- Me pueden explicar porque hay un hombre en mi habitación - dijo ARABELLA al dueño del hostal.

- Lo siento señorita creo que me equivoqué cuando le di esa habitación al joven duque, perdóname por favor.

- Duque, duque qué.?

- El duque HANS así me dijo que se llamaba.

- Así que ese el primo de Leonardo, interesante - dijo en sus pensamientos.

- Está bien pero que no vuelva a ocurrir ese accidente entendiste - dijo mirando seriamente al hombre este solo asíntio nervioso.

ARABELLA subió nuevamente a la habitación y Hans todavía se encontraba allí.

- Volviste, y después dices que no te metes...

- Cállate, el dueño se equivocó y te dió mi habitación ahora vete - dijo señalando le la puerta.

- Quien te hace creer que te haré caso - dijo acostando en la cama mientras ponía sus manos detrás de su cabeza.

- Sabes no tengo tiempo para perderlo contigo si no quieres irte perfecto lo haré yo - dijo azotando nuevamente la puerta.

- wow que chica, así me gustan bravas para poder dominarlas - gritó.

- Jamás tendrás una mujer como yo en tu cama - grita ARABELLA desde la otra habitación al ser un hostal pequeño las habitaciones son muy cercanas unas de las otras.

HANS solo sonrió por sus palabras, mañana la hará cambiar de parecer dice en sus pensamientos para después acomodarse y dormirse rápidamente. Así mismo lo hace ARABELLA.

Al día siguiente Ada entra muy temprano a la habitación que se suponía que era de ARABELLA pero se encontró con un hombre en su cama.

- Hay Dios mío y su majestad - grito haciendo que Hans brincara de la cama asustado

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