La Luna de Ares

Jonathan estaba terminando de arreglarse en su recamará, anoche se transformó realmente en un enorme lobo, se sorprendió tanto, pero a la vez le fascino, incluso volvió a ver a la bella Venus, todo fue sensacional y ahora esa mañana se levantó con muchos deseos de ver a Hazel, se miró al espejo acomodo su cabello, se puso unos jeans claros y una playera negra de cuello redondo que marcaba perfectamente su fornido cuerpo, salió de su recamará y para su sorpresa se encontró con Hazel acercándose vistiendo unos jeans claros y top blanco que dejaba a la vista su ombligo.

- Ya regala a ese saco de pulgas- Refunfuño Ares al ver que Max estaba al lado de su bella Venus.

- Buenos días Hazel- Dijo ignorando a Ares.

- Hola, Jonathan- Contesto animada.

Jonathan dirigió su mirada a Max, su perro ya ni siquiera lo saludaba a él, sí que era un traidor, además Ares seguía diciendo que le quería quitar a su bella Venus.

- ¿Pasa algo? – Preguntó, Hazel había acortado su distancia, ella levantó su mirada sonrojada.

- Impregnare mi aroma, para que no se acerquen las mujeres a ti- Dijo e infló sus mejillas sin darse cuenta, a Jonathan se le hizo divertido ese gesto.

- Adelante- Colocó sus manos sobre su cintura, tomando por sorpresa a Hazel – Yo también haré algo para que los hombres no te coqueteen hoy- Dijo.

- ¿Qué? – Preguntó Hazel, tal vez era impregnar su aroma también, pero Jonathan no sabía cómo hacer eso.

- Esto- Jonathan llevó su rostro al cuello de Hazel, ella se puso totalmente roja, pero no lo aparto.

Jonathan le dio un húmedo beso y succiono hasta dejarle una pequeña marca roja, deslizo su lengua sobre ella, provocando que se le escapara un lindo gemido a Hazel.

- ¿Puedo hacerlo también? – Preguntó con el rostro rojo.

Jonathan rio, no podía contenerse más, ella le gustaba mucho, tal vez era como Ares decía, debido al vínculo, seguía en su mente su edad, que era una niña, pero también estaba lo de anoche, ambos eran lobos, entonces ¿La edad no era importante? ¿Verdad? A ella no parecía importarle que fuera más grande que ella.

- O un beso – Dijo y lo saco de sus pensamientos, arqueo las cejas- Bueno, es que me gustaron muchos los besos de ayer…- Continuo sin dejar de mirarlo a los ojos.

- ¿En serio? – Sonrió, ella asintió.

Jonathan se inclinó a ella y la besó de nuevo, trato de que fuera un beso tierno, suave, tranquilo, pero solo sentir el sabor de sus labios, lo descontrolaba, la arrincono contra la pared, profundizando más el beso, haciéndolo feroz, salvaje, apasionado, su lengua se adentraba en ella recorriendo cada rincón hasta encontrar con la de ella, envolviéndose en una ferviente danza.

Sus manos subieron hasta llegar a sus senos, por encima de su blusa, los masajeo, los apretujo, eran suaves, firmes, grande, le encantaban, tal vez tenía la edad de una niña, pero su cuerpo decía lo contrario, era el de toda una mujer sexy, hermosa, perfecta para él.

- Me encantan tus labios…- Susurro mientras daba suaves mordiscos, continuaba masajeando sus enormes senos, Hazel lo miraba con su rostro rojo.

- Y a mí los tuyos, me fascina cuando me besas- Colocó sus manos alrededor de su cuello.

- Tenemos que desayunar- Dijo sin dejar de masajear su busto, sin siquiera apartarse de ella, daba uno que otro beso a sus carnosos labios, Hazel se dejaba llevar, le gustaba ese acercamiento que estaban teniendo, tal vez él la aceptaría totalmente como su pareja.

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Dani estaba arreglándose, paso la noche entera con Xavier, ya tenía incluso ropa suya ahí, porque no era la primera vez que se quedaba, miro a su viejo salir del baño, solo con una toalla rodeando su cintura hacia abajo.

- ¿Ya te vas? – Preguntó acercándose a Dani.

- Si, Jonathan me pidió que lo ayude con el turno completo, creo que Lisa está enferma, ayer no se presentó – Comentó, mientras acariciaba su húmedo torso- ¿Cómo es que eres tan sexy viejo? – Preguntó con diversión, Xavier solo entrecerró la mirada y colocó sus manos sobre su redondo trasero.

- Soy un hombre lobo – Le guiño el ojo, Dani lo miró por unos segundos con su rostro confuso, después empezó a reír.

- Sí, claro y yo soy un hada- Respondió con sarcasmo, rodeo sus brazos alrededor de su cuello y lo atrajo para poder darle un apasionado beso. - ¿Me preparas algo para cenar esta noche? Será un largo y pesado día- Dijo mientras inflaba sus mejillas de manera infantil. Xavier besó su frente, no podía creer que alguien tan menor lo volviera loco.

- Bien, pero serás mi postre ¿De acuerdo? – Respondió, Dani empezó a reír y asintió.

- Te veré después mi sexy y delicioso anciano- Le dio otro apasionado beso y salió corriendo, antes de que Xavier no lo dejara salir, sabía que era capaz de pasar todo el día encerrados los dos, sin importarle el trabajo, ni nada.

Xavier solo rio y comenzó a vestirse, se acercó a la ventana y la abrió estaba en el último piso, le gustaba la altura, pues así podía observar esa pequeña ciudad, frunció el ceño manteniendo su mirada hacia el bosque, justo en dirección que daba a casa de Jonathan, en los últimos días actuaba raro, más que nada desde que esa chica apareció, Dani fue quien le contó todo, por eso había ido a visitarlo días antes a su oficina esperando que él le contara algo, pero no fue así, aunque si lo notaba extraño y ayer conoció a esa chica, Dani le dijo que es la misma que estaba en la casa de Jonathan, su nombre es Hazel.

- Huele a Windsor-

Y esa voz resonó en su mente, era su lobo, Hermes.

- ¿Crees que Ares despertó? – Preguntó mientras se colocaba una playera blanca.

- A lo mejor, él se liberaría del sello si su pareja destinada aparecía frente a él – Respondió con su ronca voz Hermes.

- Entonces, esa chica, Hazel ¿Es su destinada? – Preguntó de nuevo sin dejar de mirar hacia la casa de Jonathan.

- Posiblemente- Contesto y empezó a reír- ¿Te imaginas? Se vuelve a repetir la historia, la hija de un Alfa de Alfas es nuevamente destinada a un Alfa legitimo- Respondió Hermes con diversión.

- Bueno, tal vez ese es el destino- Cerro la ventana- Por ahora solo vamos a observar, tenemos que saber ¿Por qué ella está aquí? Y si realmente es la pareja de Jonathan y asegurarnos que Ares este despierto- Comentó mientras caminaba hacía la puerta.

- Si lo es, entonces debemos entrenarlo, Jonathan no está a la altura de un verdadero Alfa de Alfas- Dijo Hermes con seriedad, Xavier asintió su lobo tenía razón.

- Pero, lo estará, por eso es que estamos aquí- Respondió con una leve sonrisa. – Esa es la promesa que le hicimos a Joel, proteger a su hijo y volverlo un poderoso y digno Alfa de Alfas y libere al Clan Windsor de la tiranía de Caspian – Terminó con firmeza, sus ojos soltaron un brillo extraño, hacía mucho que esperaba ese momento, en que el verdadero heredero del clan Windsor despertará para cumplir con su destino.

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Jonathan abrió la cafetería normal, aunque incluso él estaba más feliz que cualquier otro día, no podía dejar de ver a Hazel, quien atendía a los clientes de manera amable, pero ellos se limitaban a ordenar su pedido, algunos disimulaban y otros no podían apartar sus miradas de la marca roja que tenía en su cuello.

- Muy bien, ya vas aprendiendo a ser posesivo- Dijo Ares emocionado- Ahora, pensemos donde iremos a tirar al saco de pulgas- Agregó recordando a Max, para Ares seguía siendo su rival.

- No lo vamos a tirar- Comentó mirando su celular- ¿Quieres que Hazel se enoje con los dos? – Preguntó, Ares suspiró pesadamente.

- ¡Jefecito! ¿Con quién carajos habla? – Preguntó Dani llegando de sorpresa, Jonathan negó, siempre llegaba de manera silenciosa, ni cuenta se daba de su presencia hasta que hablaba.

- Dani, un día de estos te voy a golpear- Soltó mirándolo de reojo.

- Ay, no, no dañe el tierno rostro de esta hermosura de hadita- Dijo de manera dramática, Jonathan puso los ojos en blanco, siempre bromeaba con eso de ser un hada, se creía que era uno, dado a que siempre se pintaba el cabello de diferente color. – Por cierto, ¿Hazel vive con usted? - Preguntó, Jonathan suspiró - ¿Cuántos años tiene? – Pregunto una vez más, eso lo desanimó, si se enteraban de su edad sería juzgado y le entraba de nuevo el remordimiento de lo que estaba haciendo y sintiendo por ella.

- ¿Cuántos le calculas? – Preguntó con nerviosismo, Dani miró a Hazel de pies a cabeza sin perder detalle.

- Dieciocho- Dijo con una gran sonrisa, Jonathan abrió los ojos de sorpresa y se puso pálido, Dani al verlo así empezó a reír- Solo bromeaba, parece que ronda los veintitrés- Le dio una palmada.

- Vete a trabajar- Soltó pesadamente, pasando ambas manos por su cabello.

Tenía que controlarse, controlarse, le gustaba Hazel era un hecho, no podía simplemente verla como una niña así que debía empezar a averiguar más sobre su verdadero origen, era un hecho que era un lobo, ya lo comprobó, incluso estaba el loco de Ares molestando día y noche en su mente, era una tortura solo escucharlo quejarse de todo.

- Jodete, cabrón- Dijo al escuchar sus pensamientos.

Si, así era Ares, pero no solo debía saber de él, también de Hazel, ¿Por qué huyo de casa? Ella dijo que su madre se sacrificó, no quería indagar en eso al principio, pero ahora sí, tenía que saber que le paso a ella, ¿A qué le tenía miedo? ¿A alguien del clan? Ares le dijo que él debe asesinar al padre de ella, ¿Cómo reaccionaría si se lo dijera? ¿Lo odiaría? ¿Se alejaría de él? De solo pensar en respuestas positivas, su corazón dolía, no quería que ella lo odiara, que se alejara de él ¿Por qué se sentía así?

- El vínculo de parejas, se hace cada día más fuerte- Respondió Ares a sus pensamientos- Descuida, nuestra Venus no se alejará de nosotros, ella es nuestro destino- Agregó con firmeza.

Se acercaba el momento de decirle la verdad, pero necesitaría ayuda para preparar a Jonathan, ahora solo era un mocoso inútil y sumiso, no podía seguir así, porqué él es el verdadero Alfa de Alfas de clan Windsor.

Las puertas de la cafetería se abrieron y entro Xavier, Ares empezó a reír, al fin podía sentirlo, ese lobo viejo que lo ayudaría en su misión.

Hermes,el Alfa solitario era el único que podía entrenar a Jonathan para que despertara ese poder que poseen los Alfas del Clan Windsor.