La Protagonista Prefiere Escapar De La Trama.

—que precioso día.— Aisha estira las manos hacía el cielo mientras esta se pie en el jardín.

"¡PIO!" revolotea a su alrededor.

Su pierna ya no duele y puede caminar bien, al menos ese elfo hizo algo bien después de quitarle esa flecha como un salvaje.

《Creo que ya se porque la verdadera Aisha no se enamoro de él.》ríe.

Helios quien estaba cerca, puede ver a la chica riéndose como si le contarán el mejor chiste de su vida.

[Parece que la perdida de sangre le afecto.] Se escucha una voz profunda.

Helios baja la mirada hacía el Leopardo que estaba de pie cerca de él.

—su abuela dijo sus virtudes, pero olvido decirme sus defectos.— se cruza de brazos.

[No seas tan cruel, es joven, es normal que sea algo extraña.] Responde el Leopardo.

Helios sigue su camino hasta que, llega cerca de donde esta de pie Aisha, la cual ya se ha dejado de reír. Ella ve al rubio, pero desvía la mirada y sigue su camino, no piensa hablarle.

—al menos debería agradecer a quien le salvo la vida.— comenta Helios.

—al menos debería ser más delicado cuando salva la vida de una dama.— responde Aisha.

—¿dama?, soy amable con las damas, pero ayer le salve la vida a una pervertida.— sonríe con burla.

—no se que habla.— desvía la mirada.— yo soy una señorita decente.

—no sabía que las señoritas decentes manoseaban a los hombres.— reclama.

Aisha chasquea la lengua al escuchar su queja, parece que eso lo ha dejado marcado de por vida.

—eso fue un accidente, pero, si le preocupa que afecte su reputación en la sociedad.— toma la mano del rubio entre las suyas.— entonces me haré responsable, pediré su mano ante sus padres.

Aparta la mano más enojado, en especial al escuchar la risa de su bestia sagrada.

—no estoy desesperado. Solo no me toque de nuevo.— frunce el entrecejo.

Helios se da la vuelta para seguir su camino en compañía de su bestia sagrada. Aisha solo empieza a reír por la reacción del rubio, vaya que esta amargado con la vida, eso explica porque a su edad, sigue soltero.

Aisha llega hasta donde su abuela estaba desayunando, que era un comedor de grandes ventanales y plantas. La castaña al ver a la mujer rubia que acompaña a su abuela, hace una reverencia.

—mucho gusto, soy la nieta de la baronesa, Aisha Steiner.—

—un gusto señorita, me llamo Jade Von Lamberg, soy la abuela del joven que te salvo ayer.— se presenta la mujer.

—un gusto, veo que usted es más amable que su nieto. Disculpe que lo diga, pero, que amargado esta.— se sienta tomando un pan tostado para ponerle mermelada.

La mujer ríe por el comentario.— disculpalo, esta en esa etapa donde odia a todo mundo.

—¿que eso no es cuando se tiene catorce o más?, digo, él debe de tener unos veinte.— responde Aisha.

—Aisha querida, deja de decir esas cosas, no seas maleducada.— la regaña su abuela.

—tranquila Olive. Pero tienes razón, creo que en él se retraso esa etapa.—

Aisha y Jade ríen por lo dicho, a la castaña ya le cae bien la abuelita de Helios, hasta ella sabe que el rubio esta amargado.

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Después del desayuno, Aisha salió al campo a caminar en compañía de su pequeña ave, quien disfruta volar a los alrededores. Sin duda la vida en el campo era pacífica, ojalá no tenga que regresar a la capital, aunque debe idear un plan para no ver a Oscar cuando venga a buscarla, será molesto lidiar con sus súplicas y lágrimas de perro arrepentido. Aisha se detiene al ver a Helios de pie bajo una de las carpas que sirven para que los empleados tomen su descanso después de cosechar y atender a las plantas; junto al chico, estaba una de las que parece ser una joven doncella.

—yo estoy completamente enamorada de usted...por favor, acepte mi amor.— confiesa la chica.

—¿en serio crees que aceptaría a una simple sirvienta como pareja?— responde con frialdad.

—p-pero yo...¿no puede darme una oportunidad?, yo creí que...usted estaba interesado...ha sido tan amable conmigo que...—

—¿eso?, que sea amable no significa que seas especial. Yo solo me casaría con alguien de buen estatus.— su voz era firme y con cierto tono de enojo.

La doncella sale corriendo del lugar, así que Aisha aprovecha para acercarse más.

—la menos pudo ser un poco más amable en su rechazo, ¿no?—

—¿por qué?, esa chica creía que subiría de estatus conmigo...— sonríe.— la escucha hablando con sus compañeras, que hoy, daría su primer paso a convertirse en princesa y vivir llena de lujos.

—¡oh!, bueno, siendo así, yo hubiera hecho lo mismo.— se encoge de hombros.

—¿y usted, qué?, ¿acaso me esta siguiendo?— interroga.

—ya quisieras, Legolas— hace una mueca.— solo salí a caminar y para mi desgracia, aquí esta.

—¿Legolas?, me llamo Helios, no se donde saca ese nombre tan raro.— responde el rubio.

—claro, como diga, Legolas.— murmura eso último.

Aisha sigue su camino por el campo, pues planeaba alejarse lo suficiente para poder entrenar un poco su magia, y algunos movimientos de defensa personal que aprendió en su vida anterior. Después de buscar un poco, finalmente encuentra el lugar perfecto para entrenar, era un espacio donde solo había tierra y rocas, esas rocas que le podrían servir como objetivo.

Volt vuela cerca, así que, la castaña levanta las manos de las cuales comienzan a salir chispas, esas van aumentando y finalmente las lanza contra una roca, la cual se rompe al recibir la descarga, pero siente un golpe en la espalda, al caer mira hacia atrás, siendo el ave quien la golpeo.

—así que quieres pelear.— responde.

El ave lanza una descarga y Aisha lo detiene con su propia energía y ataca también, empezando así con su entrenamiento, aunque la pequeña ave tenía mas ventaja, porque lograba golpearla directamente.

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