No Seré La Patética Villana

El duque Stefan ya se encontraba camino al palacio, una vez llegó, fue guiado hasta el despacho del emperador, dónde esté se encontraba en compañía de sus consejeros.

— Saludos majestad.— dijo mientras se inclinaba un poco en forma de respeto.

— Ya era hora Stefan, te esperaba más temprano. Déjenos solos por favor.— dijo el emperador dirigiéndose a sus consejeros. Hizo señas para que Stefan tomará asiento y se quedó observando a su amigo fijamente.—Vaya amigo ¿Qué es esa cara que traes? las únicas veces que te ví así fue el día de tu boda y el día que nació Elizabeth. Así que vamos, habla.

— Ay, amigo mío, tu sí que me conoces bien. Pero bueno esta cara es de felicidad, hoy hicimos crecer la familia Cortés.

—¿Es enserió Stefan? Felicidades hermano, por fin pudiste embarazar a Lizbeth otra vez. ¿Cuánto tiempo tiene?

El emperador de la felicidad se había levantado de su asiento y se había acercado a abrazar a su amigo.

—No Federico, Liz no está embarazada. Hoy temprano fuimos al orfanato y adoptamos a cuatro niños.

Federico no podía cree lo que decía su amigó, pero en medio de esta sorpresa respondió.

— Cuatro... vaya si que son muchos, yo sabía que ustedes querían más niños ¿pero no son mucho cuatro niños? y más cuando ustedes ya están fuera de práctica.

— Eso no tiene nada que ver, como dijo mi hija Elizabeth, todavía somos jóvenes con mi esposa y resulta que Eli siempre quiso más hermanos. Hoy cuando fuimos nos encontramos con este grupo de hermanitos y la directora del lugar nos dijo que los habían querido adoptar por separado, pero que ella no quería separarlos por todo lo que habían sufrido antes de llegar al lugar. Ellos son los hijos del anterior barón Durán ¿Te acuerdas?

— Por supuesto que me acuerdo, hubo muchas suposiciones después de su muerte. El hombre había dilapidado su patrimonio. Se decía que incendiaron su casa como forma de advertencia por un ajuste de cuentas, debía mucho dinero a las casas de apuestas, pero también se decía que no hubo sobreviviente de ese incidente.

— ¿Enserió? no sabía todo esto. Por lo que me dijo la directora del orfanato, una de las nanas de los niños, logró sacar a cuatro de ellos, pero en el incendio murieron sus padres y una hermana mayor.

— Que triste todo lo que me cuentas Stefan, pero ahora esos niños están bajo tu cuidado y mejores padres que ustedes no pueden tener.—El emperador se encontraba genuinamente contento por su amigo, y mas porqué él mejor que nadie sabia lo mucho que él duque queria tener un hijo varón, ya que cuando sus hijos fueron creciendo, el duque, se habia encargado personalmente de enseñarles defensa personal y el manejó de la espada. — Cuéntame más sobre ellos.

— Bueno está Sofía que es la más grande tiene siete años, también es la más seria de todos, por lo poco que pude ver sus hermanos la respetan mucho. Luego están los gemelos Tomy y Lucas ellos tienen cinco años y estos a pesar de ser idéntico, tienen personalidades muy diferente. Mientras que Tomy es curioso y muy social, Lucas es muy tímido e introvertido. Y por último está Mía, ella tiene tres añitos, es una bebé hermosa tanto por fuera como por dentro.

El emperador saco un pañuelo de su bolsillo y extendiéndoseló al duque dijo.

— Toma limpiaste la baba, que se te cayó.

Stefan, solo sonrió por el comentario de su amigo, pero luego agregó.

— Ya déjate de tus tonterías.

— ja, ja,ja... Está bien, solo era una broma. Estoy muy feliz por ti, amigo mío. Y dime, ¿cuándo puedo conocerlos? Después de todo lo que me dijiste me entró mucha curiosidad.

— ¿Es que acaso no tiene otras cosas que hacer, no se como por ejemplo dirigir un imperio? Tu usas cualquier escusa para desligarte de tus obligaciones.

— Eso no es cierto.— dijo el emperador, fingiendo estar ofendido.

— Bueno cambiemos un poco de tema, tengo que pedirte un favor Stefan. Ayer en la noche vino mi hijo a hacerme una petición, él no quiere que la corte se entere que su compromiso con tu hija a sido rotó. Me ha dicho que no quiero que las señoritas se le tienen encima. Ahora que está en busca de otra emperatriz muchos nobles van a querer ofrecer a sus hijas y él no quiere un compromiso arreglado, aparté de que cree que es muy pronto para volverse a comprometer. Le prometí pensarlo pero ¿tú qué piensas?

— Sabés que algo similar me dijo mi hija, dijo que no tenía planeado casarse tan pronto. Me pidió que hablara contigo para que todavía no anunciarán la disolución del compromiso, puesto que ella tampoco quiere que se le acerquen por interés.

— Es una lastima que no se lleven bien. Tu hija es muy inteligente, yo estoy seguro que sería una buena emperatriz. Por mi parte no hay problema, pospondremos el anuncio.

— Perfecto entonces, le comunicaré esta decisión a Eli más tarde.

Luego de esa pequeña charla, ambos siguieron hablando de temas del imperio y otros asuntos, como siempre lo hacían entre bromas y risas, ya que ambos siempre solian trabajar así.

***

Mientras tanto, en el Ducado Cortés la duquesa y su hija tomaban el té mientras que los niños corrían por el jardín.

— Nunca imaginé volver a ver niños corrieron por mi jardín, ya había perdido la esperanza de volver a ser madre.—Decía Lizbeth mientras se le cristalizaban los ojos .

— Ya madre, no se ponga así. ¿Qué le parece si mejor vamos a jugar con ellos?

La duquesa al ver que su hija no queria verla triste, asintió y sin perder tiempo las dos se levantaron de sus asientos y fueron junto a los niños.

— ¿Podemos jugar con ustedes?

— Si mami hada, ven, siéntate conmigo.— Dijo Mía haciéndole espacio en la mesita donde ella y Sofía se encontraban tomando él té.

— ¿Como me llamaste?— contestó la duquesa, al escuchar lo lindo que sonaba como ella le decía mamá.

— Mami hada ¿está mal?

A la duquesa le causó mucha ternura la manera tan dulce en que la llamó la niña, este día ella estaba muy sensible y casi no podía contener las lágrimas.

— Claro que no cariño, tú me puedes llamar como quieras.

Mía le regaló una hermosa sonrisa y se dispuso a seguir jugando.

— Yo también te quiero decir así mami — Dijo Tomy, al ver que a la duquesa le había gustado como su hermanita la llamó.

— Por supuesto tesoro, todos me pueden decir así si quieren.

A Tomy le brillaron los ojitos igual que a sus otros hermanos.

Elizabeth se unió también al juego y así pasaron toda la tarde entre risas y corridas.

***

Faltando una hora para la cena, el duque llegó, se acercó al living y allí encontró a toda su familia reunida. Mientras que Elizabeth leía un cuento, los niños estaban a su alrededor, prestando toda su atención al cuento que su hermana mayor les leía.

Stefan al ver esto se acercó sin interrumpir a su hija y beso la mejilla de su esposa. Con este acto la duquesa recién se percató de la llegada de su esposo y este sin querer interrumpir la trama de la historia que Elizabeth leía, se sento en silencio junto a su esposa y espero a que su hija terminará el capítulo.

Una vez Elizabeth acabó se encontró con la sonrisa de sus padres y con con la mirada llena de curiosidad de sus hermanos.

Tomy — ¿Y qué más pasó hermana?

Lucas — Sí, ¿Qué más?

Sofia — ¿Lograron salir del bosque?.

Mía— Cuéntanos más, por favor.

— Nada, nada... A lavarse las manos que ya vamos a cenar. Mañana continuamos con la lectura.

– <>— dijeron todos, mientras se iban de la mano de su sirvienta personal para que los ayudarán a asearse antes de comer.

— Ay hija, veo que esto de ser hermana mayor se te da natural.

— ¿Pero que dices papá? ja,ja, es solo que me gustan los niños y más estos que son sumamente tiernos. ¿No es así madre?

— Por supuesto que si cariño. Esos niños son un amor .

— Me alegra entonces verlas así de felices. Por cierto Elizabeth, hoy hablé con el emperador y acordamos no anunciar la ruptura de tu compromiso por un tiempo. Me dijo que el principe tampoco quería que está información se hiciera púbica por ahora .

Elizabeth solo asintió a lo que dijo su padre y se quedó en silencio. Y está sin saber que decir únicamente agregó.

— Entiendo, bueno iré a asearme también para la cena. En un momento estaré con ustedes.

Los duques pudieron notar que su hija se había comportado algo extraña, pero dejaron que marchara sin decirle nada. Por otro lado, Elizabeth mientras se dirigía hacia su habitación pensó.

— ¿Qué estarás tramando príncipe Erick? Según la novela él era el más interesado en cancelar este compromiso, ¿por qué no querrá que los demás lo sepan?

Sin pensar más en ello, solo se dispuso a prepararse y volver junto a su familia. No iba a darle muchas vueltas a ese asunto por el momento.