Siempre fui señala pues vivía en un pequeño pueblo lleno de supersticiones y creencias
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cárcel
Vivir en esa casa era peor que estar en una cárcel Angélica hacia todo lo posible por molestarme, y que decir de su tía su trato era hostil, la comida que me daba era horrible, si de por sí con los ascos no soportaba comer menos así, no se cuál era el odio de ellas hacia mi, se que Angélica siempre me tuvo envidia por ser mi familia adinerada pero su tía porque?, me sentía derrotada, triste las pocas alegrías eran las cartas de mi abuelo, pasaron los meses ya estaba en el sexto mes de embarazo, mi semblante era igual al de un fantasma la falta de alimentos y las pocas ganas de vivir me hacían tenerme así, en estos meses no había conocido al que era mi marido, este día el llegó de un largo viaje, la ama de llaves me pidió que bajara a desayunar el señor me estaba esperando, no le podía ver la cara ya que la cubría con el periódico, de hecho no sabía ni siquiera su nombre, que clase de matrimonio era este, quizá no le preste tanta atención ya que en la mesa estaba el desayuno por fin iba a tener una comida decente, solo me dedique a comer, sentir los sabores dulces de la fruta era muy bueno, no se comparaba con la horrible comida que me servían la ama de llaves.
--- Te ves muy pálida, ha comido bien?, ya te ha revisado algún medico?--- dijo aquel hombre, su voz era grave y me dada un poco de miedo.
--- No señor no la ha revisado ningún médico, y lo pálida es estado natural del embarazo--- dijo la ama de llaves, ni si quiera me dejó hablar, al parecer esas horribles comidas eran idea de ella y de Angélica.
--- Podrás salir de tu habitación, pero solo dentro de la casa puedes pasear en el jardín, ahora puedes retirarte--- dijo aquel hombre que en ningún momento me dejó ver su rostro, al día siguiente el doctor fue a revisarme, el hizo una cara extraña se que algo le preocupaba, pero solo me dijo que tenía que alimentarme bien, me dio algunas vitaminas y se retiró, se que hablo algo con aquel hombre ese que era un misterio para mí, no me dejaba ver su rostro a lo mejor estaba deforme, o era feo porque ocultarse, el rara vez estaba en la casa cuando el estaba solíamos desayunar pero nunca se dejaba ver la cara, los desayunos eran en silencio, estaba muy cerca la llegada de la fecha del parto, ese día en el desayuno note algo en su mano un anillo se me hizo familiar pero no recordaba de donde, por más vueltas que le daba no lo recordaba, sentí un pequeño dolor que me hizo gritar.
--- Ach, hay me duele--- grite, lleve mis manos a mi vientre, la ama de llaves me llevo a la habitación más cercana.
--- Está en labor de parto señor--- dijo ella, pero todavía faltaba un mes, los dolores se hicieron muy intensos.
qué hará con el bb o bbs?