Casada por dos años con un hombre que pensaba que la amaba, pero luego este le fue infiel y decidida se divorció, se fue del país y comenzó otra vida lejos de ese mal recuerdo.
Sin imaginar que se encontraría con un problema...
Viviendo en otro país, lo primero que hizo fue ir a un bar, tomar quién sabe cuantos tragos de tequila y un par de margaritas, termina teniendo una aventura de una noche y luego se fue sin decir una sola palabra.
Después de ello su familia busca casarla, pero antes la hacen firmar a ella y futuro esposo un contrato el cual establece que sí alguno de los dos era infiel, el divorcio sería inmediato y además de tener que pagar una indemnización que era el equivalente al valor de ambas empresas familiares.
Firmaron. Ella trataba de olvidar aquella aventura, mientras que él buscaba con desesperación hacerle saber a ella que él era el hombre al que le había dado el mejor sexo de su vida y que su aventura no es un error, si no un perfecto error.
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Capítulo 7
DMITRI
—¿Qué pasó con lo que te pedí? ¿Tienes algún avance?
"—Es peor de lo que pensó—"
—¿Por qué lo dices?—Pregunté desconcertado.
"—Resulta que el exmarido de la señorita Vanselow, nunca firmó el divorcio y se llevó el dinero de la venta del departamento en el que vivía con la señorita Vanselow, por lo tanto... el señor Sebastián cometió fraude y bueno ahora depende de la señorita Vanselow sí quiere o no presentar cargos contra él—".
—Lo hablaré con ella y después que mi mujer decida—. Jayden colgó y me quedé allí sentado en mi silla detrás de mi escritorio de madera con un acabado color avellana, miré los archivos que Jayden había enviado y como había dicho Sofía.
La tal Susana seguía fingiendo estar embarazada, ¿Por qué? Era aún un misterio. Pero era suficiente como para planear algo para hacer que a esos dos los metan a la cárcel.
Seguí leyendo y sin darme cuenta Sofía había llegado. La vi entrar sonriendo y a la vez cansada, me vio y fue directamente hacia mí, se sentó en mis piernas y puso sus brazos alrededor de mi cuello, me dio un beso en la mejilla, apoyó su cabeza en mi hombro y suspiró contenta.
—¿Pasó algo?—Pregunté.
—Sí, mi editora me dijo que acaban de firmar un contrato por bastante dinero para hacer una película sobre mi libro.
—Eso es maravilloso, mi bella amatista eres tan buena escritora así como también...—Me tomó mano.
—Ni lo pienses, me duelen caderas—. Me reí y comencé a tocar sus senos y ella suspiró deseando más, pero me detuvo al ver mi computadora.—Espera, ¿qué es esto?—Preguntó intrigada.
—Son unos archivos que envió Jayden. Tenías razón, la tal Susana no está embarazada, pero aún no sé por qué sigue fingiendo—. Sofía se quedó pensando un momento.
—Conociendo a Susana, estoy segura de que está ayudando a alguien; sin embargo..., no estoy muy segura de que sea esa persona.
—¿Quién?—Pregunté reforzando mi agarre.
—Es el CEO de Grupo Württemberg, quiso hacer una sociedad con mi Padre a cambio de que fuera su esposa, pero yo ya estaba casada y cuando le dijeron eso. Juró que haría lo que sea por hacerme suya, lástima que salí muy pronto del mercado—Dijo tocando sutilmente mi pecho desnudo con la punta de sus dedos.
—Eres MÍA, y nada ni nadie te alejará de mí...—Se sonrió negando con la cabeza.
—Eso me queda muy claro, pero... lo que dije son solo suposiciones, no tenemos pruebas de nada.
—No te preocupes por nada, las tendremos. Jayden está trabajando en ello. Ahora... ¿Por qué no jugamos un rato?—La tomé por detrás del cuello, nos besamos con desesperación, me quitó la bata y se puso encima de mí, rompimos el beso y enseguida comenzó a besar mi cuello, la tomé de la cabeza y ella empezó a darme mordidas pequeñas y placenteras que sabía que iban a dejar marcas.
Pero pronto ese momento se vio interrumpido por una llamada. Vi mi teléfono y era mi Padre. Sofía quiso quitarse y no la dejé, la tomé de la cintura y la senté en regazo.
—Hola, papá. ¿Qué pasa?—Empezó a gritarme por lo ocurrido con el exmarido de Sofía y entonces...
'"—Ese hombre es un peligro, deben tener cuidado y sobre todo ella, no la dejes sola—".
Me dijo preocupado, tomé la mano de mi mujer y suspiré pesadamente, mientras ella sujetaba mi mano también.
—No, no la dejaré sola. Ese bastardo arderá en el infierno—. Juré y terminé la llamada con mi Padre.
—¿Todo está bien?—Preguntó Sofía preocupada. Le dije la verdad.—Era cuestión de tiempo para que tu Padre se enterara de lo ocurrido, además ya es suficiente con que todo el mundo sepa sobre lo que hizo mi Tío y que espero que estando en la cárcel aprenda la lección—. Asentí estando de acuerdo con eso; sin embargo, esperaba que ella no supiera la verdad sobre el asunto.
—Tienes razón, pero ahora lo que importa es que te puedas divorciar de ese parásito. Y además...—Metí mi mano por debajo de la ropa interior de mi mujer lo cual la hizo saltar y luego comenzó a jadear y pedir más, introduje otro dedo y gritó excitada sujetándose de mi hombro. Seguí con ello hasta saqué la mano y la llevé en brazos a la habitación.
Al llegar le saqué el vestido de golpe, la miré y entonces me puse encima de ella y le metí la mano nuevamente en su interior, gritó y sonrió. Le quité el sostén dejando ver sus suculentos senos, los cuales toqué, lamí y pellizqué sin demora.
Entonces besé cada parte de su cuerpo, ella se sujetaba con fuerza de las sábanas, estaba completamente desnuda y en el momento en que estaba planeando mi siguiente jugada, ella me sacó la ropa interior sin reparo, tocó y manoseo sin delicadeza alguna mi pene, me hizo gritar deseando más, pero cuando menos me lo esperé, ella estaba arriba de mí.
Besó y lamió mi cuello, hasta hacerme suspirar. Ella se veía tan hermosa y bella en mis brazos, siguió besando cada punto sensible de mi cuerpo hasta introduje mi pene dentro de ella y ambos gritamos sin importar en absoluto que los vecinos nos escucharan.
Sofía cayó encima de mí y la abracé, no quería soltarla, en absoluto. Ella era mi mundo desde el momento en que la vi entrar en aquel bar esa expresión triste y sombría, sobre todo cuando tuvimos aquella aventura estando ebrios y sin sentido alguno de la coherencia y la cordura.
Cubrí su cuerpo desnudo y el mío con la colcha, nos dormimos y luego de eso juré que nadie le haría daño a mi bella Amatista...