"CAMINOS INESPERADOS" LOS DECENDIENTES YANKELEVICH Quinta Parte

Willmar se acercó a la maleta y tomo el collar, aunque Vanessa trato de tomarlo antes que él, pero no logro quitárselo, ya lo tenía en su mano, en ese momento volteo a mirarla de una manera lasciva.

Se le acerco de manera lenta mientras recorría su cuerpo con su mirada; ella traía puesto una blusa pegada a su cuerpo de color rosa palo, de manga larga que caía a sus brazos, dejando su clavícula descubierta, el escote era discreto y tenía un cierre en medio para unirla.

Traía un short de vestir era elegante, era corto arriba de media pierna, con un cinto de piel de color negro; su cabello lo traía suelto le llegaba a media espalda, su corte hacía que algunos mechones cortos cayeran en su rostro.

Vanessa sentía su mirada en su cuerpo, se sentía extraña, ni siquiera la había tocado y ya sentía que su piel ardía; inconscientemente al verlo que se acercaba como una fiera ella empezó a dar paso hacia atrás, estaba temblando, pero no era de miedo, aunque si se sentía intimidada.

Termino chocando con la puerta del baño eso la hizo saltar y gritar porque se susto; voltea a ver con que choco y cuando vuelve a ver a Willmar, ya lo tenía enfrente respirándole en la cabeza, en ese momento le dice. – Te he deseado desde la primera vez que te mire, no olvido ese día, tu cuerpo lo deseo con locura y desde esa vez me has torturado, cada noche me he regañado mentalmente para no pensar de esta manera en ti, pensando que no era correcto, que tu pasaste por algo malo, que tenía que protegerte como si fueras una muñequita de porcelana.

Mientras que tú estás con estas cosas y creo que las has usado, sé que lo haces sola porque si hubieras salido a un club o si alguien hubiera venido ya me lo hubieran dicho.

Tantos días torturándome, cuando pude estar disfrutándote; quiero ser tu amo, ser tu dueño, ¿te gustaría ser mi sumisa? 

Al decir estas palabras le ofrece el collar y se le queda mirando, esperando que lo tomara como su respuesta.

Vanessa no dejaba de verlo, su mirada lasciva era penetrante, la hacía sentirse acalorada, lo deseaba y su petición hizo que su corazón latiera con fuerza, que su cuerpo se estremeciera por el deseo que sintió; no pensaba con claridad, el deseo la controlaba y le gustaba demasiado, no era el único que soñaba con estar juntos.

Estaba temblando, pero de la emoción y algo de inseguridad, levanta su mano lentamente, pero sin dejar de verlo a los ojos; tomo el collar y por un momento pensó en solo regresarlo a la maleta para salir de ahí, pero su deseo era mucho más grande, no quería despreciarlo, su mente le decía “aunque sea una vez, solo” trago saliva con fuerza y se puso el collar en el cuello.

Vanessa estaba nerviosa, no pudo prenunciar una sola palabra, pero ya había tomado su decisión, quería ser su sumisa y Willmar sonríe seductoramente al verla con el collar puesto.

Willmar ya había perdido todo su control, solo quería estar con ella y si era amante del BDSM, pero en ese momento las reglas, la sensates y los pasos a seguir no era algo que él deseaba, solo quería tenerla en sus brazos.

Dejándose guiar solo por lo que quería, por sus deseos, termino besándola con una pasión tan intensa, que los dos se empezaron a sentir acalorados; las manos de Willmar empezaron a tener vida propia, empezó a tocar su cuerpo sin contemplaciones, más que nada sus piernas y su trasero que era lo que más le gustaba de su cuerpo.

Ella estaba gozando de sus caricias, era una coincidencia bastante grande, pero sus piernas era su punto más sensible y sus caricias las estaba disfrutando, tanto que empezó a sentirse débil, ya no podía seguir parada, quería recostarse para poder disfrutar de lo que estaba sintiendo.

Willmar siente como ella dobla sus piernas, sus manos que rodeaban su cuello se aferraron a él, pero para sujetarse de que ya no tenía fuerzas para seguir parada; la toma en sus brazos y la lleva a la cama, con uno de sus pies tira la maleta al suelo, después la recuesta.

Por un momento se le quedo mirando, algo que le gusto a Vanessa, sentir su mirada lasciva en su cuerpo era excitante y aún seguía vestida; fue un momento, pero lo mejor fue cuando el bajo el cierre de su blusa y se la quita dejándola solo en su sostén.

Acaricio sus brazos, su cuello, su clavícula hasta llegar a su pecho que recorrió con las yemas de sus dedos hasta donde estaba su sostén, la sentó y se lo quito; lo recorrió con la yema de sus dedos, siguió con su boca, la estaba disfrutando y sabía que a ella tambien le gustaba por sus exclamaciones, que solo lo estaban excitando.

La recostó en la cama y quito su short lentamente mientras besaba sus piernas, que eran hermosas, termino quitando sus bragas; una vez que la dejo desnuda empezó a quitarse la ropa mientras la miraba, estaba tan excitado, que no podía ir más lento, estaba tan desesperado por hacerla suya.

 Apenas se quitó toda la ropa, empezó a besarla, abrió sus piernas, se acomodó y sin perder el tiempo solo entro en ella, pero al sentir su estreches, sintió la necesidad de ir lento, a moverse despacio.

Vanessa se sentía en las nubes, disfrutaba de sus movimientos lentos, sentía un placer tan intenso que lo abrazaba con fuerzas; sus manos en su pecho, en sus piernas y su beso tan apasionado, solo hacían que aumentara la pasión, fue una entrega larga.

Lo que sintieron en esa entrega fue algo tan hermoso y único, fue como si fuera su primera vez, pero sin sentir ese dolor solo el placer; llego un punto donde le estorbo el collar termino quitándoselo, deseaba besar su cuello mientras ella estaba encima de él.

Ese día no importo si era una sumisa o un amo, solo importo el deseo que se tenían, no interesaba quien controlaba a quien, por que el placer era tan intenso que nada de eso importaba.

Fue una entrega tan larga, que en el momento que los dos quedaron satisfechos solo cerraron sus ojos y se quedaron dormidos; era media noche cuando Willmar despertó, estaba todo oscuro, se sentía algo confundido, ni siquiera sabía dónde estaba.

Se iba a levantar cuando siente el cuerpo de Vanessa a su lado, eso lo altero y se levanta a toda prisa, prende la lampara que estaba en el buro que estaba al lado de la cama.

Ella se despierta alterada, pensando que alguien los ataca, toma la otra lampara y se pone en guardia lista para defenderse; busco con la mirada, esperando ver el peligro, pero solo miro a Willmar que al verla se empezó a reír.

Él se deja caer en la cama que al verla recordó lo que había pasado y lo lindo que fue todo, pero ella algo insegura baja la lampara y le dice. - ¿Qué paso? 

Willmar frota su rostro con sus manos y le dice. – Nunca había dormido con alguien.

Desperté en medio de la oscuridad, sentí tu cuerpo a mi lado y me asuste, no sé qué me paso, pero ya recordé lo que hicimos, ahora solo quiero un poco más de ti, gozar de ese cuerpo que tienes.

Vanessa regreso la lampara al buro, no le contesto nada solo se dio media vuelta y fue al baño, lleno la tina quería darse un baño, su cuerpo lo sentía cansado, le hacía falta estar en esa agua caliente.

Mientras la tina se llenaba se mira al espejo, se sorprendió un poco al verse el cuerpo, tenía marcas de sus besos en sus hombros, en su cuello, en su pecho, hasta un par de mordidas y piernas tenían las marcas de sus enormes manos.

Se giro para cerra la llave, la tina estaba llena y en ese momento Willmar la sorprende, la abraza por la espalda, deja unos besos en su cuello, estaba listo para bañarse con ella.

Vanessa se gira y lo aleja un poco, pero en ese momento mira que no solo ella tenía marcas en su cuerpo, él tambien estaba marcado, aunque las mordidas que le había dejado en sus hombres tenían algo de sangre, lo había hecho con algo de fuerza y no lo recordaba, hasta tenía rasguños en sus pectorales.

Al ver eso prefirió no decir nada y solo lo hizo entrar a la tina junto con ella, empezaron a besarse a encender esa pasión, ese deseo que se tenía; lo que empezó en el baño termino en la cama, pero esta vez no se quedaron dormidos, solo abrazados, besándose y disfrutando de estar juntos.

Se quedaron dormidos en la madruga y a las 6 am, Willmar se levantó sin hacer ruido, le preparo un desayuno completo a Vanessa; para cuando ella despertó él ya tenía todo listo, la sorprendió con la comida en la cama y los dos comieron juntos en la habitación.

Al terminar de desayunar, Willmar quita todo de la cama y lo lleva a la cocina, al regresar a la habitación toma su ropa, se cambia, al mismo tiempo que le dice a Vanessa que se cambie.

Una vez que estuvo cambiado le dijo que la esperaba en la sala para hablar y solo salió de la habitación con la idea de darle espacio, pero ella no lo sintió así, la forma tan fría en que le hablo, que más parecía una ordenes, la hizo sentir algo inquieta, hasta triste.

Tomo un pantalón de mezclilla, una playera de manga larga y ropa interior que era un estilo deportivo; se puso sus tenis, el cabello se lo dejo suelto, una vez que estuvo lista salió, lo miro sentado en el sofá grande estaba hablando por el celular, se sentó a su lado y se quedó callada, esperando a que terminara.

Willmar estaba hablando con su padre, que estaba en la isla, le estaba dando unas indicaciones, querían que él empezará a viajar por todo el país, tenía que asegurarse de que no hubiera más enemigos en el país de Rusia, dejarlo limpio y lo podía hacer de la manera que quisiera.

Fue una llamada larga, entendió muy bien lo que tenía que hacer y una vez que colgó la llamada, tomo las manos de Vanessa y le dijo. – Vamos a hablar de lo que quieres hacer.

Quieres trabajar como soldado, ser parte de la gente de mi familia, ser alguien que participe en los ataques y entrar al cuartel, pero no va a poder ser, vamos a cambiar un poco esa meta de vida.

Apoya en los ataques con las victimas rescatadas, siempre hay que asegurarnos de que lleguen a la asociación para que se les den el apoyo necesario, regresarlas con su familia; sería algo administrativo para empezar y no me pongas esa cara, deja termino de hablar.

 Sigue entrenando, prepárate mejor y cuando estes realmente lista te prometo que entraras a la acción, podrás cubrir mi espalda, ser mi apoyo en esos momentos donde la vida está en peligro.

Tengo que decirte que no soy un jefe muy amable, soy demasiado exigente y siempre pido lo máximo de cada uno de los que están a mi lado, porque de eso depende la vida de muchas personas, como las de mi familia.

Esto es lo que te propongo laboralmente, tendrás un salario como todos y esto es independientemente de lo que pase entre nosotros.

Eso es en cuestión de trabajo, ahora quiero que hablemos de nosotros, de algo más personal.

Yo pensé que después de estar contigo, este deseo se iba a terminar, que me iba a pasar lo mismo que siempre; terminaría olvidándote, pasarías de largo como muchas otras, pero apenas han pasado unas horas que nos levantamos y ya quiero regresar a la cama contigo, lo más extraño es que ni siquiera estoy pensando en algo lujurioso, solo quiero tenerte en mis brazos, darte unos besos, eso esto lo que deseo.

A mí siempre me ha gustado disfrutar del placer que se siente cuando he estado en las secciones del BDSM con alguna mujer y nunca pensé que hacerlo tradicionalmente, llegara a sentirse tan bien.

Aunque esto no tiene nada que ver como lo haces o la posición en la que te puedo poner, creo que tiene que ver con lo que una vez mi tía Paola trato de explicarme; en ese tiempo me parecía una tontería, hasta tengo que decir que no le creí nada de lo que me dijo, pero después de lo que paso a noche, empiezo a comprender sus palabras.

Vanessa te estoy hablando de mis sentimientos por ti, creo que es lo que llaman amor a primera vista, aunque claro ya tenemos 2 meses y dos semanas juntos; tengo que decir que me encanta como eres, hasta como piensas, tambien esta este sentimiento y esta necesidad de protegerte, de verte feliz.

Lo escuchaste bien, creo que estoy enamorado de ti y quiero empezar una relación seria contigo; tienes todo lo que puedo buscar en una mujer, puedo hablar contigo del trabajo, conoces la crueldad de las personas, sabes por qué hago lo que hago, creo que podemos hablar de lo que sea sin limitaciones.

Tambien esta la parte física y me encanta tu cuerpo, es lo primero que me llamo la atención de ti, me entraste por los ojos y me enamoraste con tu hermosa voz; lo que quiero decir es que no eres una mujer hueca, eres alguien que piensa y que tiene aspiraciones en esta vida.

Lo último que tenemos en común y que no es menos importante es que compartimos ciertos gustos que no cualquier persona acepta, como el BDSM; si tú me aceptas contigo tendré todo, pero tambien puedes negarte y eso no va a cambiar nada sobre el trabajo que te ofrecí, esa parte no tiene nada que ver con aceptarme como tu pareja.

Lo que te estoy pidiendo es que empecemos a vivir juntos como una pareja, que tratemos de ver si realmente podemos hacer vida juntos; te podría pedir que seamos novios, pero después de lo que ya paso entre nosotros, la verdad no creo tener esa paciencia, me gustas demasiado y deseo como un loco, no quiero solo tomar tu mano.

Si me aceptas y yo te prometo que no habrá más mujeres en mi vida, solo tu y un principio de mi familia es que la palabra dada es para cumplirse; te seré fiel y siempre te hablare con la verdad; si en el futuro tú te das cuenta de que no puedes quererme como yo lo hago, lo respetare, solo me are un lado y dejare que sigas tu camino.

Vanessa no se podía creer lo que escuchaba, ese hombre tan perfecto le estaba pidiendo tener una relación y ella solo se le quedo mirando, pensando que eso tenía que ser un sueño loco de su mente, que la engañaba con una encantadora ilusión.