Ni Una Más!!!

Doña Chonis me aconsejo viajar al pueblo por la madrugada del lunes, apenas había tiempo para empacar mis cosas y tratar de descansar un poco. Al entrar a la habitación Lorenza me esperaba sentada en la cama, quería que le platicara de que quería hablar conmigo su madrina, Le conté la charla que habíamos tenido y a la conclusión que llegamos, Nos abrazamos y comenzamos a llorar porque según ella había sido muy mala amiga y no me cuidó, pero la mala amiga fui yo al mentir y ocultarle cosas, pero eso ya no importaba, debía volver y con toda discreción. Como si nunca hubiera estado ahí, como si fuera invisible, como si no fuera nada y realmente así me sentía. Lo bueno es que estar con mi papá y con greñas era mejor que lo que me toco vivir en esta aventura desafortunada.

Mi querida amiga me ayudó a empacar todas mis pertenencias y me dio unos regalos que había comprado para sus papás y para el mío. Le agradecí ella me sorprendió al decirme - Anna Lía, yo te conozco muy bien, y se que todo esto te afecta mucho pero quiero que me prometas por favor que llegando al pueblo te olvidas de todo lo malo que pasó aquí, yo voy a tratar de visitarte seguido pero por mientras necesito que te cuides y que te recuperes, lo que pasó aquí, aquí se queda.

Se me hizo un nudo en la garganta, porque parecía que Lorenza sabía toda la verdad, pero no, solo me conocía tan bien que intuia qué algo más grande tenía, sabía que tenía el alma rota aunque no supiera los detalles del porqué, era tan linda y tan comprensiva que me apoyaba aunque yo le ocultara lo que me sucedió. Solo pude asentir con la cabeza y los ojos llenos de lágrimas, como ya se había hecho costumbre desde unas semanas.

No pude dormir, di vueltas pensando en lo injusta de esta situación pero también esperanzada en volver a mi casa, sabía que mi papá me amaba y que cuando le contará lo sucedido, o bueno más bien la versión oficial por así decirlo, me iba a apoyar en lo que había decidido y me trataría de proteger como no lo pudo hacer desde lejos.

Me levantó Doña Chonis y me apresure a alistarme, me duche y vestí, para cuando salí del cuarto ya me esperaba con una bolsa llena de comida, tortas, bocadillos, pan dulce, fruta, refrescos, jugos y un termo con café con leche. Todo esto según para el camino, le agradecí y otra vez se me salieron las lágrimas. Doña Chonis solo me dijo - Cuidate mucho muchacha, lamento mucho que esto terminara así pero espero que cuando todo se aclare te acuerdes de esta vieja, siempre serás bienvenida en mi casa. Ahora vete rápido y sin que te vea nadie. Me abrazo y me empujó hacia afuera, cerrando inmediatamente como si de sacar la basura se tratara, pero era lo que tenia que hacer, ya que nadie debía verme para que la policía no las relacionara conmigo y como no había salido de la casa en mucho tiempo ella podría decir que no había estado ahí, deslindandose de cualquier cosa.

Caminé lo más rápido que pude, tratando de que nadie me viera, así tome un camión hacia la terminal de autobuses y ya entre el trajin propio del lugar me sentí un poco más segura, claro que trataba de estar muy lejos de cualquier policía, por si las dudas, pero logré sentarme, me acomode el gorro de la chamarra para tapar mi rostro lo más posible y me tomé el café qué llevaba y unas galletas caseras, algo tan sencillo me hizo sentir mejor. Así pasó el tiempo que tenía que esperar y aborde con un poco más de esperanza, este capítulo estaba a punto de terminar y aunque rota, había salido completa de esta. El trayecto se me hizo larguísimo y estaba tan cansada que cuando llegué solo mi corazón latía a mil por hora, mi cuerpo estaba como desconectado. Me costó trabajo ponerme en marcha, nadie me esperaba porque nadie sabía que regresaba, me tocaba caminar con todo mi equipaje hasta la casa, o eso pensaba, porque a unos pasos tropecé con alguien, ni más ni menos con Vicente, que se ofreció inmediatamente a acompañarme a mi casa y ayudarme con el equipaje.

Yo recordaba lo que dijo de mi, pero dadas las circunstancias, era mejor hacer como si eso no hubiera ocurrido, además comparado con lo que me hizo Alfredo su comentario no tenía ninguna importancia. Así que acepte su ayuda y nos dirigimos a la casa, era más de medio día y no sabía si mi papá se encontraba en casa, pero esperaba que así fuera. El camino se me hizo más rápido gracias a la charla informal con Vicente, Al llegar me dejó en la puerta y se despidió con un beso en la mejilla y un te veo pronto.