Te Cuento Un Secreto

Mansión Hunter:

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El siguiente había llegado, y con él mucho trabajo hasta que llegó la tarde y volvieron a la mansión, cuando los Hunter entran a ella, Dennis suspira frustrado al verlos entrar, su lobo interior, no le estaba dando tregua, los celos tenían a su lobo aullando de enojo por salir, ¡Pero es que no entendía que ese hombre ya tenía su vida hecha así como ellos!.

Sonríe cuando la puerta es abierta de nuevo y sale de ella su niña gritando su nombre acompañada de Jackie —¡Papi!, ¡Por fin llegaste!,¡La tía Jackie hizo unos pasteles deliciosos!— dijo Esmeralda logrando distraerlo de su dilema.

—¿Más que los míos?— dijo con diversión a lo que la niña ríe.

— Mi papá es el mejor chef del mundo — dijo para luego alzar sus brazos queriendo que su padre la cargue y eso hace.

— Gracias por cuidarla Jackie, te lo voy a recompensar — dijo él sintiéndose apenado.

— No hay que agradecer, tu niña ya parece una adulta, sabe cuidarse, yo solo estoy pendiente de vez en cuando, logró ganarse el cariño de todos, tu niña es muy dulce — dijo Jackie a lo que él no discute, porque su niña era muy extrovertida, era un loro con piernas y brazos, lo cuál era parte de su escencia.

En ese momento tres camionetas negras llegan a la entrada de la mansión, de la del medio sale un alfa alto seguido de una mujer omega igualmente bella, por sus apariencias, podría decir que son familia dej jefe, así que baja a su niña y hace una leve reverencia — Bienvenidos — música nada más al no saber sus nombres los demás imitan su saludo con una gran sonrisa.

— ¿Eres nuevo? — pregunta la mujer cautivado por la belleza del omega y la tierna niña que estaba su lado.

— Bienvenidos señores Hunter, el es el nuevo guardaespaldas encargado de la seguridad de nuestro jefe, el señor Philips — dijo Jackie con una gran sonrisa.

— ¿Te gusta el trabajo?,¿Cuánto llevas aquí?— pregunta Paul con una gran amabilidad, como si no fueran jefe y empleados, se nota, que la buena educación, viene de familia.

Responde con una sonrisa dejando la incomodidad a un lado — Estoy bien con él, no es algo que no haya hecho antes.

— ¿De quién es la pequeña?— dijo Alexandra cautivada por la pequeña.

— ¡Oh!, ella Esmeralda Becker...— en ese momento es interrumpida por su hija que se abraza a su pierna para luego alzar la voz emocionada y decir:

—¡Soy su hija y pronto seré su nieta!— dice ella sin saber la vergüenza que ha hecho pasar a su padre que se sonroja bastante al escuchar esas palabras.

Mientras que los mayores se sorprenden, Pero en vez de tomarse esa frase mal, es todo lo contrario, ellos estaban muy felices en su interior creyendo en lo que la niña dice es cierto,¿Tal vez su hijo les ha mentido y ahora sí se va a divorciar?.

— Hay una equivocación, señores Hunter, mi niña está tan emocionada por qué yo le eliga a un padre que él que ver a mi jefe le ha creado fantasías, lamento mucho esto, no va a volver a pasar — dijo rápidamente con una sonrisa, pero sinceramente sus mejillas rojas lo delataban de lo avergonzado que estaba.

Mientras que ellos solo pensaba que tal vez estaba tratando de ocultarlo.

— Sabes que cualquier cosa puedes contar con nosotros, nuestro hijo es un buen hombre, y no merece estar casado con un omega ese, tu lo sabes — dijo Alexandra muy cerca de su rostro para que nadie mas escuchará, esa mujer había mal interpretado todo y ese hombre también, pero al parecer no se lo tomaron mal.

¿Eso es bueno o malo?, ¿No sé supone que al sacar una conclusión así reaccionarías de forma agresiva?, bueno, ellos y sus rarezas.

Pero algo llamó su atención —"¿Que habrá querido decir con: no merece estar con un omega como ese"— las dudas le llegaron pero no nada, tal vez la mujer es como su antigua suegra, piensa que cualquier omega que esté con su hijo es malo para él menos un omega que su intimidad sea como un baño público.

Osea, todo el mundo entra. 💅

Dicho muchas veces por su amiga Alexa Whatson, cada vez que se ponen a recordar cosas del pasado y para que no se lamente, le da unas cachetadas de inspiración por medio de frases.

Pero bueno, otro día investigará sobre eso, debe ir a estar pendiente de su piedra preciosa, lo único bueno que tiene.

—¿Que tal si vamos a comer por ahí en la calle, amor?— dijo Dennis a los que la niña asiente emocionada.

—¡Si vamos y le traemos a papá Hunter!— dijo ella.

—¡Deja de decir eso, mocosa!

— ¡Déjame ser feliz!— dijo haciendo un puchero.

— Yo que para que fueras feliz te iba a llevar con tus abuelos, pero ya ni modo _ dijo a lo que la niña empieza a insistirle para que la lleve con su manipulación de mejor actriz de los Oscar.

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Al entrar la pareja a la gran mansión, bajando las escaleras venía nada más y nada menos que su yerno Alan, sus sonrisas se fueron al verlo —Que alegría verlos, suegros.

— Nosotros no somos hipócritas, así que si te diremos la verdad, no nos alegra verte, y menos aún casado, no sé como nuestro hijo no de ha dado cuenta de la serpiente que duerme junto a él — dijo Paul.

— No se de que hablan, pero me duele mucho que piensen así de mí, por lo menos mi esposo me conoce tan bien, que nunca dudaría de mí — dijo con un puchero en sus labios fingiendo tristeza que para otros sería muy real, pero ellos saben que es una máscara más.

— Te llegará tu hora y no habrá alguna máscara que te salve esa vez, pero nosotros no seremos quienes rompan este matrimonio, tal vez sea mi hijo, o lo más probable, seas tú — dijo Alexandra mirándolo con suficiencia.

Ellos son amables con quienes se lo merecen y los tratan igual, pero desde siempre supieron que algo malo traía ese omega, y luego descubrieron un video que su hijo jamás se permitió ver porque ama demasiado a ese omega, así que ellos se resignaron a que aprendería a las malas.

Solo esperaban que ese omega sonrojado y dulce sea el indicado para salvarlo del oscuro pozo de la realidad donde caería su hijo

Ahora venía su hijo y sus ojos se les iluminaron al ver a su pequeño grandote — Mi hermoso hijo — dijo Alexandra y cuando se acerca le besa la mejilla mientras que él lo abraza.

Alan en su interior fingía arcadas, sintiendo la envidia correr por sus venas al ver esa cena.

— Vamos y hablemos un poco mientras esperamos la cena — dijo mientras saluda a su padre con el mismo amor que a su madre.

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