Es la historia de un amor Asexual, un tributo al romance, Helen y Davis tendrán una relación fuera de lo común, dónde el sexo no se hace necesario para expresar los sentimientos ni el deseo mutuo.
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CAPÍTULO XXII: UN NIÑO HECHO HOMBRE.
Después que ya no había secretos en nuestra familia, seguimos con muestras vidas, con la intensión de que los días transcurriesen de forma normal y tranquila, pero me preocupa mi hijo mayor, quise que fuera a terapia con el psicólogo pero no quiso aceptar y no
quise obligarlo a hacerlo, entonces le pedí que saliéramos los dos una tarde juntos, necesitaba romper esa coraza y descubrir cómo se sentía después de lo que paso con Loren, lo lleve a comer hamburguesas y allí espere el momento oportuno para tocar el tema.
—¿Hijo cómo te sientes después de lo que paso con Loren y Lisa?
—No quiero hablar con de eso.
—Solo quiero saber que estás bien.
—Me siento sano.
—No, hablo emocionalmente, me refiero como esta tu corazón.
—Como te sentirías si un día te dicen que no puedes estar con el amor de tu vida—Replico Lían.
—Sé de lo que hablas, tu papá y yo tuvimos que lidiar con la presión del qué dirán.
—Pero tú y papá al final se quedaron juntos y Loren y yo no podremos estar juntos—Protesto Lían.
—Lo sé, pero son casos diferentes, ustedes comparten la misma sangre.
—Y si no me hubieras dicho nada mamá.
—No puedo ser copartícipe de un pecado tan grande.
—Porque todo tiene que ver con la religión.
—En este mundo hay normas para que podamos diferenciarnos de los animales, porque no intentas conocer a otra chica, eres un joven muy apuesto.
—No es tan fácil como parece—Afirmo Lían.
—Si inténtalo por mí.
—Ya veremos.
Después de terminar de comer, fuimos a ver una película en estreno en el cine, la pasamos muy bien en esa tarde, nuestra salida madre e hijo, sirvo para afianzar nuestro vínculo.
Dos meses después, pude notar que Lían, tenía una nueva amiga, pues se la pasaba mucho en el teléfono y se ve muy entusiasmado, lo que me llenaba de paz,
porque había puesto punto final a lo sucedido con Loren, sin embargo, pude darme cuenta, que su trato no era muy social, y me vi en la obligación de preguntarle:
—Hijo como estas con tú hermana.
—Muy bien todo con Hannah.
—No, hablo de tú hermana Loren.
En ese momento su rostro cambio, paso detener una sonrisa a una cara seria y con algo de disgusto.
—Para mí Loren es mi prima y ya.
—Pero porque dices eso.
—Tú eres mi mamá y Hannah es mi hermana, Lisa es mi tía y Loren mi prima, eso es lo único que importa—Alego Lían.
Ya no supe que replicarle a su lógica y preferí cederle la razón por esta vez, aunque en mi interior sabía que no estaba bien su forma de ver a Loren.
Luego quise hablar con Loren sobre lo que pasaba entre ellos.
—Sobrina tenemos que hablar, puedes confiar en mí, dime la verdad, ¿qué está pasando entre tú y Lían?
—Nada tía.
—¿Por qué pareciera que están peleados o algo?
—Es él que tomo esa aptitud conmigo, yo no le echo nada—Contesto Loren.
—Ok entiendo, ¿y tú como lo ves?
—Es mi primo, eso todo.
—Tú también con eso, porque no aceptan que son hermanos.
—Es difícil de explicar.
—Cómo así, tú todavía gustas de él, se sincera por favor.
—No me preguntes eso tía.
—Loren por favor—Le insistí
—Está bien, si todavía lo quiero, extraño sus besos, que me abrase, me mime y estar junto a él—Comento con lágrimas Loren.
Me sentí conmovida e identificada con sus palabras y le di un cálido abrazo y lloré con ella por unos minutos.
—Te entiendo mi niña, tú no tienes culpa de nada, pero tienes que hacer un esfuerzo por olvidar lo que paso, eres joven y hermosa, ya encontraras al amor de tu vida.
—Pero porque, tuvo que ser así.
—Es algo que no tenía que pasar, pero ya está, tienes que pasar la página y seguir con tu vida.
Dejamos de llorar las dos, le di un tierno beso en la frente y se despidió de mí con “Gracias tía te quiero”.
Tengo que reconocer que en parte la culpa es mía, por no poder tener la perspicacia para ver lo que sucedía entre ellos a mi espalda, por lo que me sentí un poco frustrada, y me propuse a estar más cerca de mis hijos
y sobrina, más que todo como una amiga, salía un día a la semana con Lían y otro día con las chicas y todos quedamos de acuerdo en dos días familiares, el viernes en la noche era el día de película y el domingo o íbamos
a dar una vuelta al centro comercial o central Park.
Termine conociendo mejor a Loren y la adopte en mi corazón como otra hija más y sé que ella también, se despedía de mi con un beso y un abrazo; una mañana
después de despedir a mi amor que iba a su empresa, me dispuse a lavar la ropa sucia, le dije a Loren que me diera su ropa para lavarla a lo que respondió:
—No gracias tía, yo la lavo después.
—Pero podemos lavar la ropa entre las dos.
—Está bien tía.
Pusimos manos a la obra y le pide que me ayudara a revisar los bolsillos de los hombres de la familia.
—En algunas ocasiones tu tío deja unos billetes o caramelos en los bolsillos—Le comenté a Loren.
Mientras revisaba el bolsillo de un pantalón de Lían, encontré algo insólito para mí, no podía creer lo miraban mis ojos, era un preservativo, me era increíble de creer como mi hijito no era el niño inocente que yo espera.
—Qué es esto, me lo va a tener que explicar—Dije con asombro.
En eso Loren me quedo viendo con una profunda tristeza, y al instante me dijo “Tía lo siento me duele la cabeza, voy para mi habitación”, supe que quería estar sola y la deje ir sin ponerle ningún pretexto.
Antes de comentarlo con Davies, decidí primero encarar de forma frontal a Lían.
—Hijo que significa esto.
—Mamá y tú de donde sacaste eso.
—Con quién te estás acostando, aún no tienes edad para eso, apenas cumpliste los 16.
—Tú misma me dijiste que me olvidara de Loren e intentara con otra chica, no entiendo cuál tu molestia—Replico Lían.
—Indignada es lo que estoy, no tienes edad para tener relaciones, y si contraes una enfermedad o dejas embarazada a alguien.
—Nada de eso va a pasar, para eso es el preservativo.
—Quiénes, la quiero conocer.
—No como crees, tampoco me voy a comprometer.
—¿Quieres que te castigue o qué?, ¿de seguro quieres pasar un mes sin tu móvil o sin salir?
—Claro que no, te la presento y todo bien, verdad.
—Sí, tráela a cenar pasado mañana.
Llego el día de la cena con una invitada especial, pensé que se podía tratar de la futura esposa de mi hijo, tenía serias expectativas que todo saliera perfecto, llego Lían acompañado de una joven mujer de cabello castaño de unos 17 años, delgada y muy linda.
—Mamá y papá, les presento a: Nicole Alicia Prieti.
Algo si pude notar rápidamente, fue la tensión entre Loren y Nicole, la comida estuvo lista y nos sentamos todos en la mesa, supe allí que conocía a sus padres de mi tiempo trabajando como Doctora, no hubo mayor
conversación, Lían me dijo “Voy enseñarle mi
Habitación” a lo que respondí “Con puerta abierta”.
—Mamá es en serio.
—Si—Confirme con voz firme.
Antes de llegar a la habitación de Lían se toparon con Loren y ella lanzo un perjurio contra Nicole llamándola golfa, los tres se fueron aparte y empezaron a discutir, a los pocos minutos, todos escuchamos el alboroto como de una riña, las dos chicas se habían tomado por el cabello y en el medio se encontraba Lían tratando de separarlas, intervino Davis y se acabó tan lamentable escena, tome por la mano a Loren y la lleve con Lisa para la cocina y allí le dimos un fuerte sermón.
Al final Lisa quedo poniéndole un castigo a Loren por su aptitud, trate de abogar por ella, pero su mamá estaba molesta por lo que había hecho, al siguiente día, quise ser algo para que mi sobrina no se sintiera tan
mal, entonces, con la ayuda de Hannah le prepare un pie de manzana que tanto le gustaba, fui a llevárselo, pero lo la vi recostada en su cama, deje su porción sobre
su peinadora “Loren te traje algo”, no recibí ninguna respuesta, rápidamente pensé que si había salido, luego recordé que no podía salir por unos días, me acerque y
toque la puerta de su baño y aun no hubo señales de ella, allí me preocupa, sin más cautela, abrí la puerta, y la encontré tirada en la ducha, desangrándose lentamente, grité de la impresión y llame a Hannah que estaba en la cocina, pero entro en pánico, así que dependía de mí socorrerla, cubrí sus muñecas y la llevé para una clínica.
Al llegar Lisa a la clínica, en vez de estar preocupada por su hija, estaba algo molesta, pensaba que todo era parte de un plan de Loren para llamar la atención, pero yo si entendía, que mi sobrina está herida
emocionalmente y todo eso la llevo a una fuerte depresión.
Pero alguien que si estaba afectado era Lían, que quiso pasar a solas y hablar con ella.
Luego de ese susto, le pedí a Lían que fuera lo más cordial y amable posible con Loren, quede de acuerdo con Lisa en llevarla a terapia, yo misma me hiciere responsable de atender la y estar pendiente de que cumpliera el tratamiento que le receto el psicólogo.
—Lían, sé que tal vez es mucho pedir que la quieras como hermana, pero sé que ella te importa, por eso te pido, que trates de ser su amigo.
Una vez los encontré dormidos los dos abrazados muy tiernamente, me hizo recordar a lo que vivía con Davis de adolescentes, ellos volvieron a tener un mejor trato, tanto que vi compartir la risa y su alegría entre ellos, pero sabía por mi experiencia que se encontraban en una delgada línea entre la amistad y el amor.
Una vez más intuición no me traiciono, había más tacto entre ellos, abundaban los abrazos, besos en las mejillas y jugueteos, pensaban que nadie lo veía, pero puede ver mientras Loren miraba su celular Lían por debajo de su falda le ha acariciaba su muslo derecho y ella lo permitía sin objeción alguna y él le dio un largo beso en el cuello.
Fingí demencia, y no les dije nada, aunque en verdad tenía cierta molestia, pero más me preocupaba la salud mental de Loren.