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Burn Notice

Burn Notice

Status: En proceso
Genre:Terror / Romance / Pérdida de memoria / Salvando al mundo / Apocalipsis / Zombis
Popularitas:521
Nilai: 5
nombre de autor: B.E.M

En un mundo roto por criaturas sin alma, un chico despierta en un bosque, su mente vacía, con solo un cuaderno para anclar su existencia. Rescatado por Ana, una joven arquera, y su hermano León, se une a su peligrosa búsqueda de un refugio seguro en Silverpine.

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El Gobernador capitulo 7

Los rebeldes avanzan en silencio por el bosque, sus pasos amortiguados por la hierba húmeda. El amanecer tiñe el cielo de un gris sucio, y la tensión se siente en cada respiración. León camina junto a Zoe, el cuchillo corto apretado en su mano, los nervios a flor de piel. El rebelde delgado con una cicatriz en la cara, Liam, marcha adelante. León lo alcanza y pregunta, la voz baja pero firme:

—¿Cómo sabés del juicio? ¿No sabés si el culpable es hombre o mujer?

Liam se detiene, girándose con una mirada cansada pero astuta.

—Me llamo Liam —dice, ajustándose la mochila—. Lo sé porque tengo una amiga dentro del pueblo. Escapó y me lo contó todo antes de esconderse de los soldados del Capitán. El juicio es ahora, y el Capitán está furioso.

Entrecierra los ojos, estudiando a León.

—¿Vos sos León, el amiguito de la hija del Gobernador?

León frunce el ceño, confundido.

—¿La hija del Gobernador es Zoe?

Zoe, que escucha desde atrás, da un paso adelante, la katana lista.

—¿Qué sabés de eso? —pregunta, cortante.

Liam levanta las manos, conciliador.

—Solo lo que ella mencionó. Dijo que el Gobernador de Grayskull estaba antes de que todo se viniera abajo. No sé más, lo juro.

León, curioso, insiste:

—¿Grayskull es el pueblo?

Zoe ríe, seca.

—Sí, es el nombre del pueblo.

León traga saliva, procesando la información.

—No importa ahora —dice Zoe, cortante—. Si el juicio está en marcha, tenemos que llegar antes de que sea tarde.

Los rebeldes retoman la marcha, el sonido del río quedando atrás mientras el pueblo se perfila en la distancia.

El taller está envuelto en el zumbido de las herramientas y los murmullos de los soldados desprevenidos. Mark, con los ojos fijos en el momento perfecto, agarra el martillo del banco con un movimiento rápido. Sin dudar, se lanza hacia el primer guardia, que revisa un motor de espaldas. El martillo cae con un crujido seco contra su cabeza; el hombre se desploma, la sangre extendiéndose por el suelo de concreto. Mark, con furia contenida, se arrodilla y le acierta otro golpe en el brazo, rompiéndolo con un chasquido nauseabundo. La sangre salpica su ropa y el piso, su rostro endurecido por la determinación.

Robb, al otro lado, actúa con menos violencia. Toma un tubo de metal y golpea al segundo guardia en las piernas, haciéndolo caer con un grito ahogado. El hombre se retuerce, gimiendo. Robb lo observa, el tubo temblando en sus manos. Mira a su padre, los ojos abiertos de par en par, un destello de miedo cruzando su rostro al ver la brutalidad de Mark.

—Pa... —murmura, la voz quebrada.

—No hay tiempo para dudas, hijo —gruñe Mark, limpiándose la sangre de la cara con el dorso de la mano.

Agarra las llaves del guardia caído y corre hacia la puerta. Robb duda un segundo, luego lo sigue, el peso de lo que hicieron asentándose en su pecho mientras el taller queda atrás, manchado de rojo.

Ana avanza por las calles, el corazón latiéndole con fuerza mientras se acerca a la iglesia, donde una bandera con un cuervo ondea bajo el cielo gris. El murmullo de la multitud se intensifica, pero pasos pesados la detienen. Se gira y ve a dos soldados del Capitán siguiéndola, sus figuras imponentes recortadas contra la luz del amanecer. Son grandes, con rostros curtidos y armas colgando de sus cinturones.

Ana acelera, pero la acorralan en un callejón sin salida, las paredes derrumbadas cerrando cualquier escape. Los soldados la miran de arriba abajo, con sonrisas torcidas y expresiones perturbadoras. Uno, con una cicatriz en la mejilla, da un paso adelante, lamiéndose los labios.

—Vaya, mira qué tenemos aquí —dice con voz rasposa.

El otro suelta una risa baja, desabrochándose el cinturón. Ana retrocede, el miedo y la rabia chocando en su interior, el vidrio roto apretado en su puño. El primer soldado le arranca parte de la remera, dejando su hombro expuesto.

—No te muevas, pequeña —gruñe el segundo, acercándose con una mirada hambrienta. con una sonrisa perversa, le manosea el pecho con rudeza, riendo

Ana, paralizada, llora, el vidrio temblando en su mano. Su mente se nubla, atrapada en pensamientos de León. No puede reaccionar, su espíritu quebrado por el terror.

De repente, un destello metálico corta el aire. El soldado que la tocaba cae, la garganta degollada por un machete. Sangre salpica el pavimento. El segundo, con los pantalones bajos, recibe un golpe brutal en el abdomen, atravesado por una lanza improvisada. Ambos caen muertos en un instante, el callejón silencioso salvo por el jadeo de Ana.

Una figura emerge de las sombras: una mujer joven con cabello rubio y un machete ensangrentado.

—Hola, soy Emma —dice, firme pero calma—. Sígueme.

Ana, aturdida, mira los cuerpos y luego a Emma, las lágrimas corriendo por su rostro. Asiente débilmente, levantándose con esfuerzo, y la sigue fuera del callejón, dejando atrás la pesadilla.

León, procesando las palabras de Liam sobre el Gobernador y Zoe, toma los prismáticos y los ajusta con manos temblorosas. Desde un claro en el bosque, observa el pueblo entre la niebla, calculando unos quince minutos a pie. De repente, algo capta su atención: una figura gigantesca y borrosa cruza su campo de visión, corriendo a una velocidad imposible desde las afueras del pueblo. Es enorme, con movimientos erráticos, y desaparece entre los árboles.

León baja los prismáticos, pálido, los ojos abiertos de par en par.

—¿Qué mierda es eso? —susurra, la voz quebrada.

Liam, a su lado, se tensa y agarra su arma, escudriñando el bosque.

—No lo sé —dice, cauto—, pero no es un caminante común. Podría ser una de las bestias.

Mira a León.

—Sea lo que sea, tenemos que movernos rápido o nos encontrará.

León traga saliva, el corazón latiéndole con fuerza, mientras los rebeldes avanzan hacia el pueblo.

Nota 7

Nombre: El Capitán (así lo llaman)

Edad: 30-40 (no lo se)

Ojos: Negros, detrás de su máscara

Pelo: Negro, corto

Historia: Los guardias susurran que el Capitán era el protector del Gobernador, un líder que quiso salvar Grayskull (el pueblo) antes del caos. No sé si era su amigo o solo un soldado. ¿Dónde está el Gobernador? ¿Muerto? ¿Huyó? Nadie lo sabe. El Capitán ahora reina con puño de hierro, y su bandera de cuervo está por todo el pueblo. No me rendiré, aunque este calabozo me mate.

1
Kino No Tabi
¡No te detengas, por favor!
Glenda
Me has dejado en suspenso, necesito saber lo que va a pasar, ¡actualiza pronto por favor!
B.E.M: gracias mañana temprano salen 2 capítulo más
total 1 replies
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