(+ 18 ) Alessandra, es la amada hija del gran empresario Alessandro Sandoval.
Ella hasta los 18 años vivió en burbuja, escondida del mundo real y en una vida de cuento de hadas.
Pero un día se entera que ha vivido en una mentira, se da cuenta que para enfrentar la vida, debe ser fuerte y hacer cosas que jamás imaginó, como cumplir con la voluntad de su Padre, que le pide casarse con su mejor amigo.
Ella cree que será un matrimonio ficticio, pero su deseo por el mejor amigo de su Padre, la hará empezar un juego de seducción inocente, que hará enloquecer a Nicolás su distinguido esposo, y desencadenará una pasion tan desmedida que no podrá ser controlada.
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7- Un Mounstruo...
(Nicolás)
No entiendo, que carajos hago Yo viendo la imagen que capturé en mi móvil.
No sé por qué diablos, mis ojos no se cansan de ver a esta niña.
Estoy seguro, que debe ser una loquita, caprichosa y facilíta, como lo son sus hermanas mayores.
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Pues debo actuar con cordura, estoy viendo a mi Amigo sufrir; y Yo...viendo la imagen de una de las causas de su sufrimiento.
Es mejor que borre las imágenes que capturé, y piense en otro tipo de comida...me levanto del sillón donde estoy, para ir a la cocina.
Preparo algo rápido para ofrecerle cena a Alessandro.
Empiezo a buscar la pasta que cocinaré, tratando de olvidar la tontería que estaba pensando al ver la fotografía que estúpidamente había capturado.
Ya para terminar la cena, escucho un teléfono móvil, con una llamada entrante.
Es el movil de Alessandro...
Volteo verlo y es impresionante, como su rostro cambia.
En un segundo su cara de angustia, se transforma en felicidad.
—Hola Papí.—¡¡Estoy flipando!!... Es la voz más hermosa, que ya he escuchado jamás.
La videollamada que Alessandro está recibiendo es de su hija.
—Mi Princesa... mi hermosa princesa, no sabes que dicha siento al escucharte.—Le dice mi amigo con una emoción tan grande.
Y Yo en este momento, quiero ir y ver aúnque sea por medio del teléfono a esa niña.
Dios... es que su voz es suave como un susurro melodioso, dulce pero no empalagosa, y al imaginarla hablando, recuerdo esos labios que vi en la imagen, quiero ver como los mueve al gesticular las palabras, quiero verla... Pero no puedo, ya que Ella es un tema, que Alessandro siempre ha mantenido en reserva conmigo.
... Así que me dedicaré a escuchar la conversación ajena, sin que mi amigo se dé cuenta de lo entrometido que puedo llegár a ser.
Hago como si no presto atención, para que Alessandro, no se vaya a otro lugar.
—Papí... Quiero decirte, que mi mamá habló conmigo...
Ella me contó lo difícil que ha sido todo esto, para Ella y para Ti.
Y quiero que sepas, que tengo mucha tristeza en mi corazón, esto algo que no me esperaba, y me duele saber que tienes otra familia, estaba tan acostumbrada a ser tu unica Princesa, que me cuesta trabajo imaginar que tengo hermanas, no lo entiendo, y la verdad no sé si algun día lo haga.
Pero eso no cambia mi amor por Ti, ni por Mamá
Yo los amo con todo mi corazón y no dejaré de amarlos jamás...
Necesito que lo sepas, y que lo recuerdes siempre.—Escuchar a la Hija de Alessandro me sorprende, pues la verdad creía que la escucharía hacer algún escandoloso berrinche.
Veo como mi amigo sonríe, parece que la niña es medicina para su dolor.
Lo veo levantarse del lugar donde se sentó desde que llegó...
Yo cruzo los dedos para que no se meta a su habitación, porque aunque es la primera vez que estoy de chismoso y espero que no se me haga costumbre, ahorita quiero oír toda la conversación.
Por suerte, mi amigo se levantó para tomar un vaso, saca un pequeño frasco de medicamento y toma una pastilla, tal parece que la niña le recordó que tenia que tomarlo.
Yo me quedo pensando, que no sabía que Alessandro estuviera con algún tratamiento médico.
O quizá solo es un leve dolor de cabeza.
Voltea a verme y Yo me hago el loco, como si estuviera concentrado en la cocina, y no en El, ni en su videollamada.
—Vez cariño, lo que siempre te digo, tu Madre sabe como ayudar en todo.
Es por eso que la amo tanto... como te amo a ti...
Yo quiero hablar con Ella para pedirle su opinión, con algo que he pensado, tal vez lo haga mañana.—Le dice mi amigo, después de suspirar al decirle a su hija que las ama.
—Bueno, y si me dices a mí. Si es buena idea, Yo la convenceré; ya sabes ese poder que tengo Papi.—Le dice la niña y empiezo a ver que si es una niña mimada, que al parecer, hace lo que quiere con sus Padres.
Lo peor de todo es escucharla como dice "Papi", solo me la imaginó diciéndomelo a mí...
Ah carajo, ya no puedo más, tengo que ver a esta niña...
Pienso en aprovechar que Alessandro está cerca del grifo y paso detrás de Él, según para alcanzar un plato, pero lo que hago es ver la pantalla en la mano de mi amigo.
...Moustruo... Carajo es una divinura...
—Papá... ¿quién es ese hombre, acaso tienes un hijo también?, tienes que contarme todo de tu gente, pues aunque me duela tienes más familia y quiero saber, quienes son.—Le dice la hermosa criatura, y quiero que el tiempo se detenga, para no dejár de ver la pantalla.
Carajos esta niña es hermosa, muy hermosa y mi mente pecaminosa solo piensa en una cosa...
Pero no, Nicolás Grecco nooo, ella es hija de Alejandro... Además, acuérdate que es casi una niña.
Maldición... parezco un depravado, es mejor que me alejé de aquí; me digo y me aparto.
—Ahh... no hija, Él hombre que acabas de ver es un vejestorio, no puede ser mi hijo; él es mi mejor amigo, me quedaré unos días en su apartamento.
Pero no hablemos de Él, créeme que no tiene nada de interesante.
Mejor te diré lo que he pensado.
Que te parece si para el proximo fin de semana, nos vamos a New Jersey, buscamos un apartamento cerca de Princeton, para que no tengas que quedarte en la Universidad los fines de semana y así tienes un lugar para que tu Madre te visite, también quisiera dejarte instalada, son 5 años los que pasaras en New Jersey y quiero saberlo todo del lugar.—Escucho como la alegría de la hermosa niña, se esfuma en un segundo.
—¿Papi... es que acaso Tú no vas a visitarme?.—Le dice custionante.
—Por supuesto princesa, Yo estaré en Princeton siempre.—Le dice mi amigo a la niña, que se queda queriendo entender igual que Yo, que también estoy anonadado.
Esta criatura irá à Princeton...
Como es posible, si para entrar allí, hay que tener un promedio alto.
La niña, no solo me sorprende por su belleza, ahora sé que también tiene cerebro...
—Papí, a mi me parece muy buena idea, tener un apartamento, asi no me quedo el fin de semana en las instalaciones de la universidad.
Pero, no te parece que sería mucho tiempo irnos desde Ya.
Faltan 4 semanas para el ingreso, y pienso que tu tienes compromisos en tu trabajo.—Le dice la Criatura.
—No hija, mi mas grande compromiso eres tú y tu madre, asi que mañana hablaré con Ella para arreglarlo todo.
Te amo hija, no olvides que te amo y estoy muy orgulloso de ti.—Le dice mi amigo y veo como se despide de su hija...
Al terminar la llamada, Alessandro da un largo suspiro, la verdad no sé si deba preocuparme, pero eso no es normal en mi amigo.
Pienso que ahora que estemos cenando le preguntaré que pasa.
Sirvo los platos y le digo que se acerque a la barra.
— ¿Asi que soy un vejestorio y no tengo nada de interesante?.—Le digo al pasarle un plato servido al hombre que con una llamada se le levantó el ánimo por un momento, pero que al terminarla vuelve a estár silencioso.
—Ah está susceptible el niño, pero es la verdad y llegando a la conclusión, Tú ¿por qué te entrometetes en conversaciones ajenas?.—Me dice observándome un poco serio.
—Mira Abuelo, acuérdate que tú te acercaste a la cocina, yo allá estaba concentrado en hacerte la cena, pero en lugar de irte a tú habitación para hablar tranquilo, fuiste a donde yo estaba.
Así que mejor no digas nada, y come, que hasta aqui escucho el rugir de tu estomago, pidiendo comida.—Le digo evadiendo el cuestionamiento, para que no note el interés que tengo en saber de su princesa.
Él solo me mira, y empieza a comer como si tuviera tres días sin probar bocado.
Lo dejo que disfrute la cena, pues la verdad yo cocino muy bien.
—Gracias Nicolás, estaba comestible, te doy un 7 de 10.—Me dice siempre serio, pero sé que ya está bromeando.
—Ah el abuelo, tiene ganas de joder, bueno eso significa que ya te sientes mejor y que lavaras los platos.—Le digo.
Él se queda viéndome y sonríe.
—Nicolás... Necesito hablar contigo de algo muy duro.
Pero real...
Y quiero que me hagas un juramento...