NovelToon NovelToon
El Prisionero Y La Reencarnada

El Prisionero Y La Reencarnada

Status: Terminada
Genre:Mundo mágico / Época / Romance / Reencarnación / Completas
Popularitas:42.1k
Nilai: 4.9
nombre de autor: LunaDeMandala

Renace en la novela que había estado leyendo, dispuesta a salvar al villano..

*El mundo mágico tiene muchas historias*
* Todas las novelas son independientes*

NovelToon tiene autorización de LunaDeMandala para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Reencuentro

Así que Alban ideó un plan arriesgado.

Pero con magia, pudo hacerlo.

Dos días después, Ginger regresó a su habitación entrada la noche. Estaba cansada, por su trabajo y sus obligaciones como señorita de la alta sociedad.. Cerró la puerta con el gesto automático de siempre y dejó el bolso sobre la mesa.

Encendió el cristal de luz junto a la cama.

Y el mundo se detuvo.

Allí, recostado con absoluta tranquilidad sobre las sábanas impecables, estaba Alban..

el aire se le quedó atrapado en el pecho.

Él llevaba ropa oscura, sencilla, nada del uniforme elegante de la fiesta. Su magia era tenue pero perceptible, como un murmullo contenido. Sonreía. No una sonrisa amplia, sino esa leve curva segura que decía sabía exactamente lo que estaba haciendo.

—Buenas noches, Ginger —dijo con voz baja—. Veo que sigues trabajando hasta tarde.

Ginger reaccionó de golpe.

—¡¿Estás loco?! —susurró con urgencia mientras cerraba la puerta con llave y sellaba el picaporte

—. ¡Si alguien te ve…!

Activó una runa de silencio en la pared, otra de ocultamiento. Solo cuando estuvo segura de que nadie podía oírlos ni sentir su presencia, se giró hacia él.

—¿Cómo entraste aquí?

Alban se incorporó despacio, apoyando los codos sobre las rodillas.

—Magia de desplazamiento corta. Riesgosa. —la miró a los ojos—. Pero necesaria.

Ginger lo observó con atención. Estaba distinto. Más fuerte. Más seguro. Ya no había cadenas invisibles en su postura, ni ese peso constante en la mirada. Aun así, seguía siendo él.

—No debiste venir —dijo, con voz firme pero temblorosa—. Mercia sigue siendo peligrosa para ti.

—Lo sé —respondió sin discutir—. Por eso no vine por Mercia.

Se hizo un silencio espeso.

—Vine por ti.

Ginger apretó los puños.

—Alban —susurró—  Yo acepté que no querías contacto. Que habías seguido adelante.

Alban bajó la mirada un instante.

—Creí que era lo correcto —admitió—. Pensé que mantenerme lejos era protegerte.

—¿Y ahora?

Él levantó la vista. Su expresión ya no era distante, ni indiferente. Era honesta. Vulnerable.

—Ahora entendí algo en la fiesta —dijo—. Que seguir viviendo no significa olvidar… y que agradecer en silencio no siempre es justo.

Se puso de pie y dio un paso hacia ella, sin invadir su espacio.

—Nunca fuiste un juego —continuó—. Ni un capricho. Fuiste la razón por la que volví a nacer.

Las palabras la golpearon más fuerte que cualquier confesión esperada.

—Alban… —murmuró—. Yo solo quería que fueras libre. Feliz.

—Lo soy —respondió—. Pero no completo.

Ginger tragó saliva. El corazón le latía con fuerza, como en aquellos días en el calabozo, cuando todo era riesgo y esperanza.

—No puedes quedarte —dijo al fin—. 

Él asintió.

—Lo sé. No vine a quedarme. Vine a decirte algo que debía decirse hace tres años… y a preguntarte algo.

Alban la miró con una intensidad serena.

—Si el peligro ya no fuera una barrera —preguntó—, ¿me permitirías quedarme en tu vida?

Ginger bajó la mirada.

Buscó las palabras exactas, las que no fueran egoístas, las que no lo ataran ni lo pusieran en peligro. Durante años había aprendido a medir cada gesto, cada decisión. Pero esa pregunta… esa no estaba en ninguno de sus planes.

—Yo… —empezó, y se detuvo.

Respiró hondo.

—Si quedarte en Mercia va a ser un problema para ti —dijo al fin, con voz suave—, prefiero verte feliz en otro lugar. De verdad. Aunque no sea conmigo.

Alban la observó en silencio.

No había ironía en sus ojos. No había reproche. Solo una atención absoluta, como si cada palabra de ella pesara más que cualquier juramento que hubiera hecho antes.

Dio un paso hacia ella.

—Siempre decides pensando en los demás —dijo—. Incluso ahora.

Ginger levantó apenas la vista, sorprendida.

—Eso no es malo —respondió, casi en defensa.

—No —concedió él—. Pero tampoco es justo… contigo.

Se acercó un poco más. No la tocó. Aún no. Pero su presencia llenó el espacio entre ambos.

—Cuando me sacaste de ese calabozo —continuó—, me diste una vida nueva. Yo creí que lo correcto era desaparecer, no mirarte atrás, no arrastrarte conmigo nada de lo que fui. Pensé que el silencio era una forma de protegerte.

Sus manos se cerraron lentamente a los costados.

—Pero verte anoche… —su voz se volvió más baja— me recordó algo que había olvidado.. que renacer no significa huir para siempre.

Ginger tragó saliva.

—Alban…

—James, si prefieres —corrigió con una media sonrisa—. Aunque contigo nunca supe fingir del todo.

Alzó una mano, despacio, como preguntando sin palabras. Sus dedos rozaron apenas los de ella, una pregunta muda.

—No te pido promesas —dijo—. Ni que pongas en riesgo lo que has construido. Solo quiero saber una cosa.

La miró directamente, sin máscaras, sin magia.

—Si no existiera el peligro, ni el pasado… ¿qué querrías tú?

Ginger cerró los ojos un instante.

Y por primera vez desde que había llegado a Mercia, desde que había sido Ginger Evenhart, desde que había salvado a Alban Mortis… dejó de pensar en lo correcto.

Cuando volvió a abrirlos, su voz fue un susurro honesto, tembloroso:

—Querría que te quedaras.

El silencio que siguió no fue pesado.

Fue claro.

Verdadero.

Irreversible.

Alban sonrió entonces, no con arrogancia ni ironía, sino con algo nuevo, algo que solo existía cuando estaba frente a ella.

—Entonces —dijo— quizá esta vez… también pueda elegir yo.

Las palabras quedaron suspendidas entre ambos, frágiles y temblorosas. Ginger no levantó la mirada; sentía que, si lo hacía, todo aquello podría desvanecerse como un sueño mal sostenido. Alban dio un paso hacia ella, despacio, como si temiera asustarla, y alzó la mano para acariciar su rostro.

Sus dedos fueron más cuidadosos de lo que él jamás había sido con nada. La piel de Ginger era tibia, real. Demasiado real.

—Eres tú… ¿verdad? —susurró ella, con un hilo de voz—. No es magia… no es una ilusión.

Alban tragó saliva.

—Es magia —admitió—, pero no para mentirte.

—Entonces… —Ginger respiró hondo—. Quítala. Por favor.

Él asintió. Un leve pulso de energía recorrió la habitación, casi imperceptible, y el hechizo de apariencia se deshizo como una sombra al amanecer.

Ginger abrió los ojos con asombro.

Frente a ella estaba el hombre que había conocido en su primera vida a través de historias y rumores: alto, de hombros anchos, piel morena marcada por cicatrices que hablaban de guerras y decisiones crueles. El villano. Alban Mortis. Y, aun así, sus ojos… esos ojos seguían siendo los mismos que la habían mirado en el calabozo con desconfianza y dolor.

—Así soy —dijo él, inseguro por primera vez—. Sin máscaras. Sin nombres falsos.

Ginger lo observó en silencio. No había miedo en su mirada, solo una emoción profunda que le apretó el pecho.

—Eres real —repitió—. Y estás aquí.

Alban sintió que el corazón le golpeaba con fuerza. Dio otro paso, cerrando la distancia. La miró como si buscara permiso, como si por una vez en su vida no quisiera imponer nada.

Ella no retrocedió.

Él apoyó la frente contra la de ella, respirando el mismo aire.

—Si me quedo en Mercia… —murmuró—, será porque tú me elegiste. Y si me voy… será porque así lo decidas tú también.

Ginger alzó finalmente la mirada. Sus ojos brillaban, llenos de todo lo que nunca se había atrevido a decir. No respondió con palabras.

En cambio, apoyó una mano en el pecho de Alban, sintiendo el latido firme bajo sus dedos.

Eso fue suficiente.

Alban se inclinó lentamente, dándole tiempo, dándole elección. Sus labios se encontraron en un beso suave, contenido, como si ambos temieran romper algo sagrado. No hubo prisa ni urgencia, solo la certeza de que aquel momento había esperado años para existir.

Cuando se separaron apenas unos centímetros, Ginger sonrió con los ojos húmedos.

—Esta vez —susurró—… no es una historia escrita.

Alban respondió con una pequeña sonrisa, rara y sincera.

—No —dijo—. Esta vez… la estamos eligiendo.

El silencio que siguió no fue incómodo, sino cargado de todo lo que nunca se habían dicho. Alban retiró lentamente la mano de su mejilla, como si temiera abusar de ese permiso recién concedido.

—No vine por gratitud —dijo—. Ni siquiera vine para despedirme. Vine porque, sin darme cuenta, todo lo que construí en estos tres años tenía tu sombra detrás. Cada decisión… cada paso lejos del calabozo… eras tú.

Ginger alzó la mirada, sorprendida.

—Pero nunca respondiste mis cartas.

—Porque si lo hacía —confesó—, habría regresado antes. Y Mercia aún no era un lugar seguro para mí… ni para ti si me acercaba demasiado. —Respiró hondo—. No quería arrastrarte a mis sombras.

Ella cerró los ojos un segundo, dejando que esas palabras sanaran una herida antigua.

—Yo nunca quise salvarte para que me debieras algo —dijo con suavidad—. Solo… no quería que murieras solo, odiado por mentiras. Y quizá —añadió, con una sonrisa triste— 

Alban tomó sus manos con cuidado, como si fueran algo precioso.

—Ginger Evenhart, tú me diste una vida nueva cuando yo ya estaba muerto. —La miró con una intensidad que la hizo contener el aliento—. Y ahora que por fin soy libre de mi pasado… quiero saber si en tu futuro hay un lugar para mí.

Ella rió bajito, nerviosa, emocionada, y apretó sus manos.

—Siempre lo hubo. Solo que pensé que no lo querías ver.

Alban sonrió, esta vez sin máscaras, sin hechizos, sin sombras.

—Entonces esta vez —dijo—, no me iré.

A lo lejos, el cristal de luz seguía brillando con suavidad, guardando el secreto de dos almas que, después de dos vidas marcadas por el dolor, por fin se habían encontrado en el momento justo..

1
Sabri Nahir Zapata Zini
Hermosa novela autora ☺️
Kaori
hermosa historia 😍😍😍
Kaori
haaa faltó anunciar que estaba embarazada y que los meses pasaron llegó el dolor y el máximo, haaaaa
Kaori
una pregunta, la verdura ginger.de murió, no mencionan
Kaori
siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii aceptoooooooooooooooo
Kaori
🤣🤣🤣🤣, padres así no existen
Kaori
g😍😍😍😍😍 siiiiii
Kaori
jaa estos locos 🤣🤣
Kaori
el no se menciona en la otra historia, no me acuerdo
Kaori
ojalá lo salve, senti ese capítulo muy vivido
Kaori
waoo difícil si , pero no imposibles te apoyamos
Kaori
el tema de la ansiedad por la lectura es complejo, también me he trasnochado por leer más y mas me a tocado que aprender a controlar incluso dejo semanas sin leer para tener una mente tranquila y menos ansioa,.o habeses me pongo a leer porque estoy ansiosa y quiero olvidar es complejo
Vianey Hernandez Ortiz
Ecxelente Novela 💯💯💯, mucho romance, comprensión, emoción y elecciones para mejorar, me encantó ❤️❤️❤️🎉🎉🎉🎉
Ginna Gamez Sauceda
Hermosa historia de principio a fin felicidades autora. Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo 💐🙏
Marisela Celiz
me encantan!! seguí así!! felicidades por el talento que tenés!!! y felices fiestas!!!👏👏👏👏👏🥂
Marisela Celiz
me encantan!! seguí así!! felicidades por el talento que tenés!!! y felices fiestas!!!👏👏👏👏👏🥂
Melbryl
💕💕💕💕💕
Margarita Acuña Cerda
/Rose//Wilt//Kiss//Rose//Wilt//Kiss//Rose//Wilt//Kiss/
Margarita Acuña Cerda
Maravillosa novela muy pero muy romántica y encantadora 🥰🥰🥰
Nelida Fuenteseca
👏
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play