Como toda chica; Jasmin sueña con encontrar un buen trabajo, conocer un hombre que se fije en ella mas allá de su apariencia y poder tener una vida feliz y amada. En busca de un mejor porvenir para si misma y su mamá, para estar más cerca de cumplir su sueño, Jasmin se ha mudado de país y ha encontrado un trabajo en una prestigiosa compañía.
Su nuevo jefe es el Sr. William Cole, es un hombre apuesto con un problema peculiar; debido a su intensidad como hombre de negocios suele parecer cortante y desagradable con sus empleados y compañeros; todo esto sin mencionar la fama que tiene de ser seductor y mujeriego. Debido a estos rumores infundados, William ha vivido gran parte de su vida sin crear confianza con nadie, esto es hasta que Jasmin llega a su vida. Durante su relación profesional, Jasmin y William descubrirán que tienen mucho en común y aprenderán muchas cosas el uno del otro.
Jasmin estará más cerca de cumplir sus sueños, y William quedará obsesionado con sus curvas...
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Encanto
En el momento de bajarnos en el Hotel, quedo sin palabras por lo elegante y gigante que era. Tantas personas saludándonos y acercándose me vuelve un ocho. Nunca imaginé que, para ser asistente, una de mis tantas responsabilidades era asistir a este tipo de lugares. Ser asocial y haber escogido asistente de profesión es algo contradictorio.
—¿Te sientes cómoda? — pregunta William repentinamente al notar lo nerviosa que estaba observando los alrededores.
—Un poco fuera de ambiente, es la primera que vengo a un lugar así.
—Esto es nada comparado a donde estaremos asistiendo cada vez. Deberá acostumbrarse. Cuando le toque viajar, será entretenido también.
—¿Viajar?
—Sí, las reuniones no siempre se hacen en un mismo lugar.
—Debe ser muy agotador para usted, ¿verdad?
—Cuando uno se acostumbra a llevar esta vida, no es complicado. Por otra parte, ahora no tendré que viajar solo.
—Tiene algo de razón.
—Llevaba años sin una asistente. A decir verdad, es la primera que me soporta. Las demás se han ido porque no soportan mi forma de ser o decir las cosas. Si algún día le hago sentir mal o digo algo tonto, le ruego que me disculpe. La mayoría del tiempo me he defendido solo y una asistente es fundamental para mayor funcionamiento. Digamos que es como un matrimonio, pues se dividen las cargas y son más livianas. Está comprometida con el trabajo y con lidiar conmigo, la tarea no será fácil— su risa me contagia.
Tiene una sonrisa muy encantadora. Al principio da la impresión de ser alguien demasiado serio, pero resultó ser más amable y buena persona de lo que imaginé. Tiene su temperamento, pues ya lo exploré en dos ocasiones en lo que va de días, pero creo que eso lo hace lucir más encantador de lo que ya es.
—Tome— extiende una copa de Champagne, y agito la cabeza.
—Yo no tomo y menos en horas de trabajo, Sr. Cole.
—Se la estoy ofreciendo yo, ¿quién más que su jefe? No va a embriagarse solo por una copa.
Su encantadora sonrisa me convence, cuando hace esa expresión es difícil negarse. Mientras tomaba de la copa, escucho varios murmullos y aplausos al unísono.
—Va a conocer a mi madre, Srta. Díaz.
Una hermosa mujer camina entremedio de varias persona, en su apariencia luce muy joven, cabello castaño, delgada, con un traje color oro y sumamente hermoso. Las lentejuelas doradas en el área de los hombros se ven espectaculares y radiante. Las personas se encontraban saludando y aplaudiendo. Debe ser muy amada por todos.
—No pensé que estarías aquí tan temprano, hijo. ¿Y esta joven es…? — fija su mirada en mí y sonríe amablemente.
—Mi nueva asistente, mamá. Ella es Jasmin Díaz.
—Mi nombre es Jade, es un placer conocerla. Se ve muy hermosa, Srta. Jasmin.
—Gracias. Es un placer conocerla, Sra. Jade— mi voz se entrecorta por los nervios.
—No tienes que estar tan nerviosa. Espero te sientas cómoda en la fiesta. Gracias por hacerle compañía a mi hijo. Se ve que se llevan muy bien. Espero no te dé problemas. Es alguien difícil de entender, deberás tener mucha paciencia con él. Si te da problemas avísame, yo me encargo — su guiño viene acompañado de una sonrisa.
—Gracias. Cuente con ello— le sigo la corriente.
—Claro, puedes ignorar el hecho de que estoy aquí escuchando lo que dices, madre — el comentario de mi jefe le provoca una risa burlesca.
Es una mujer muy amable, todo lo contrario, a su padre. Me trata como una persona normal, algo que me hace sentir a gusto.
—Les pido permiso, iré a buscar a mi esposo.
—Fue un placer conocerla.
—El placer fue todo mío, linda — sonríe dulcemente antes de alejarse.