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Un Esposo Para La Hija Del Presidente

Un Esposo Para La Hija Del Presidente

Status: Terminada
Genre:Contratadas / Matrimonio por contrato / Completas
Popularitas:3.3M
Nilai: 4.7
nombre de autor: Marcs Roux

Adriana hija de uno de los más importantes políticos. es obligada a casarse con uno de los hombres más poderosos del país.
empezando una relación tormentosa tanto para su esposo como para ella

NovelToon tiene autorización de Marcs Roux para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Me gustas

Tenía la cara roja y estaba muy nerviosa pero el se veía con una tranquilidad, estaba sereno. Quería saber que estaba pensando pero no me atreví de preguntar. Solo di unos cuantos pasos cuando sentí que detuvo la silla, me paralice pensé que me regañaría por lo que hice, tenía miedo, vergüenza.

Nos quedamos estáticos por unos segundos hasta que el puso sus manos sobre el respaldo de las silla, se levanto dio un paso me miro a los ojos llevo sus manos a mis mejillas y volvió a besarme. Lo del beso no me impresionó, pero lo voy a negar me gusto más que el que yo le di, pero me impresionó más el hecho que se haya levantado y que caminara.

Los dos continuamos en ese beso por un largo rato hasta que me empezó a faltar el aire, se separó de mi coloco su frente sobre la mía, me volvió a dar un leve beso y se dejo caer en mis brazos, lo sostuve una minutos hasta que llego su asistente y me ayudó a colocarlo en la silla, mientras que yo me quedé toda tonta por lo que había pasado, no sabía que decir ni que hacer, me quede paralizada y ya nose porque si por los dos besos que nos dimos o porque lo vi de pie, por unos segundos el estuvo de pie.

El se dio cuenta de mi aturdimiento.

-          Solo fue un beso si te desagrado solo dilo.- hablo un poco molesto.

-          ¡Me desagrado!- nerviosa y aturdida no sabía lo que decía – esos fueron mis primeros besos y el que tu me diste me gusto más que el primero – toque mi labio, y miraba al frente. Me quedé pensando unos segundos cuando me di cuenta lo que dije, volví a ponerme roja tomé la silla y lo lleve a la salida.

El seguía en silencio y eso hacía que el momento se pusiera más incómodo, si de todos modos ya estaba nerviosa, apenada y esa situación hacía que me pusiera más.

-          Tengo hambre, ¿quieres comer algo?

-          Si – conteste toda tímida.

-          Bien – mira en la parte de allá hay una zona de restaurantes, puedes escoger el que gustes. – mire hacia donde señaló y asentí con mi cabeza.

Eran aproximadamente las 9 de la noche y pareciera que el tiempo que estuve en el catedral solo fueron segundos, recuerdo que entramos a las 6:45 y no sentí el tiempo pasar.

Entre al primer restaurante que encontré, nos condujeron a una mesa, nos entregaron la carta y el empezó a ordenar.

-          Damián- levanto su mirada- este es un restaurante de comida mexicana.

-          Estas en México.

-          Ya lose pero, no estoy acostumbrada a este tipo de comida.

-          No conoces la gastronomía de tu país.

-          No

-          Yo me encargo.

Le ordeno al mesero, un par de platillos, y después de un rato de esperar empezó a enseñarme como comer cada uno de ellos, también me explicó más o menos como se preparaban. Yo solo lo miraba y me perdía en cada palabra que él decía. Dios mío este hombre es interesante y la forma en que te relata todo hace que me pierda en el y en su platica.

Damián

Mi país tiene muchas historia y leyendas, de hecho es uno de los países más diversos en cultura que existe, y me fascinan contarlas y aunque en muchas ocasiones trate de contárselas a las mujeres que me rodeaban ellas nunca prestaban interés, y eso era porque eran mujeres frívolas, interesadas y vanidosas, pero la mujer que estaba enfrente de mi habia escuchando una historia de la catedral en la que nos encontrábamos, y no solo eso la escuchaba con suma atención y que además se veía que realmente le interesaba. A cada palabra ella le prestaba mucha atención.

En el momento que se separó su mano y me miro a los ojos pensé que ya era hora de irnos, esta dispuesto a continuar con el recorrido pero al sentir sus labios sobre los míos no me pude contener, también la besé, hice que se sentara sobre mis piernas y alargamos mas ese beso, al principio era torpe, como si nunca hubiera besado a nadie. No le di mucha importancia seguí besándola hasta que el idiota de Alan nos interrumpió. Ella se sonrojo se levantó rápido y empezó a disculparse, empezó a caminar. Estaba desconcertado, lo pensé unos segundos y me levante para segur besándola, ella me correspondió, me sumergí en ese beso que no me di cuenta que me levante, me separe de ella le di otro pequeño beso y me deje caer en sus brazos.

Alan me vio y corrió ayudarme a sentarme en mi silla. Si ya se que ya puedo caminar y que ya solo estoy en ella para que nadie se me acerque, pero no quería que ella supiera que ya puedo caminar solo, a demás se que que otra vez se ira.

Ella se quedó paralizada, pensé que le molesto el hecho de besarme, por que por más que le hable ella no reaccionaba.

-          Adriana, vámonos.

Me moleste, que le termine diciendo.

-          Solo fue un beso si te desagrado solo dilo – ella salió de su aturdimiento y un poco perdida me contesto.

-          ¡Me desagrado!, esos fueron mis primeros besos y el que tu me diste me gusto más que el primero – toco su labio, mientras que yo la miraba desde abajo.

Ella me tomo de la silla, me llevó a un restaurante, pedimos varios platillos y sin más volví a contarle historias sobre la gastronomía del país. Ella me observa con mucha atención mientras comía.

-          Damián, eres muy interesante.

-          Yo o el país – lleve el tenedor a mi boca.

-          Los dos, sabes me gustaría conocerte. – esta mujer es muy directa.

-          Adriana, para qué, te vas a regresar a tu universidad no se cuando regreses, no me quiero ver envuelto con alguien que me dejara solo.

-          Estaba pasándola de maravilla habías hecho que el fastidio de la mañana desapareciera, pero mírate otra vez me estas hablando mal.

-          No te estoy hablando mal te estoy diciendo la verdad, a demás que más quieres saber de mi solo lee una revista y ya.

-          Demonios Damián eres imposible, una revista no me dice como te sientes, que piensas, quiero conocer a la persona no al hombre de negocios.

-          Para que me dejes botado como todos los hacen.

-          Entonces para que demonios me besas, has encendido la curiosidad en mi y ahora la apagas.

-          Y que tu no me besaste primero, y yo no te estoy pidiendo nada a cambio.

-          Pídelo.

-          Adriana sabes que vámonos.

Llame Alan hice que pagara la cuenta y me saco del restaurante irritado, ella solo me siguió sin decir nada, subió al coche molesta y durante todo el camino no me dijo nada, ni yo a ella.

Al llegar a la casa, bajo del auto y se fue a su cuarto sin decirme nada. Yo me fui al mío, entre deje la silla me levante y me fui a dar un baño, hice mis ejercicios, y con los pensamientos de lo que había pasado esa tarde me fui a dormir.

Los días siguientes ella no se me acercaba ni me dirigía la palabra estaba realmente molesta, pero es lo mejor no quiero tener ningún acercamiento con ella sabiendo que me va a dejar solo, como lo han hecho todos.

Todos los días cuando regresaba de trabajar la encontraba en el jardín leyendo un libro, siempre estaba sentada sobre el césped, habeces la miraba de lejos y quería acercarme pero siempre terminaba ganando mi orgullo y la dejaba. Regresaba a mi despacho hacer cualquier pendiente.

Una semana antes de que ella se fuera, entró a mi despacho hablar conmigo.

-          ¿Podemos hablar? – la mire desde mi escritorio, regrese mi vista a los papeles que tenia en mi mano y le hice una señal para que se sentara – Damián por que me odias – levante mi vista.

-          Quien te dijo que te odio.

-          Entonces por que me evitas.

-          Adriana, ya te lo dije no quiero tener ninguna sercania a ti porque se que me vas a dejar.

-          Damián, tu pasado es muy feo, tienes complejos horribles, eres frío como el hielo, y se que también te has dado cuenta de mis defectos.

-          A que quieres llegar.

-          Me gustas – levante mis cejas, me sorprendió escuchar eso- y no estoy rogando tu atención, y no quiero que digas que te estoy buscando por que aunque lo parezca no es así. Pero el punto es que me di cuenta que me gustas y quiero conocerte, yo no soy igual que la otras mujeres.

-          Lose puedes ser peor,

-          No soy como las mujeres que te dejaron cunado tuviste el accidente.

-          Es por eso que puedes ser peor, tu puedes enamorar a cualquiera y después simplemente cuando quieras dejarlo.

-          No Damián, eres el primero que me gusta, y se que también te gustó.

-          Tan segura estas de ti.

-          Si, por que me he dado cuenta como me miras, porque se que me observas cuando estoy leyendo y se que quieres que desayune, coma y cené contigo pero no te atreves a decirlo. – la mire- Damián tu tienes tu pasado y se que te da miedo que te deje, pero aunque me vaya a la universidad seguiré siendo tu esposa y regresara a tu lado, solo deja que te conozca.

-          Según tu no me estas rogando pero escuchaste.

-          Damián te lo vuelvo a repetir pareciera que te estoy rogando pero no es así, yo solo quiero ayudarte, quiero que en tus días haya una chispa de alegría, quiero que se te quite lo amargado. A demás yo también tengo un pasado doloroso, y sabes si no me hubieran ayudado no se que hubiera sido de mi. – la mire – mira no me digas nada solo piénsalo.

Esas palabras me sacaron de onda, un pasado doloroso, pero si ella se ve feliz, siempre está sonriendo, además es segura de sí misma, tiene una inteligente increíble, es sincera, directa y muy hermosa que le pudo haber pasado para que dijera que tenía un pasado doloroso.

Y además el hecho que me dijera que era el primero que le gustaba también me sorprendió, yo una persona que tiene que usar una máscara para cubrir unas cicatrices horribles, que tengo el carácter fuerte y da miedo con solo una palabra, frío y como ella lo dice un poco amargada, como puedo gustarle.

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Magdalena Molina Rojas
Felicidades autora linda novela.
Mercedez Peréz
bueno asta aquí dejo me aburrió nada como pensé se volvió aburrida asta una próxima novela espero que sea mejor y de paso no tan larga así es como se asen tan rutinarias
Mercedez Peréz
pero que paso no se explica nada pero es seguro que la putizorra de la ex y el profesor tienen que ver y como siempre el tonto cree lo primero que ve veremos que pZa muy interesante asta aqui
Salomé Páez
pero ni modo
Salomé Páez
Ya te digo yo chico, ya media que la conozcas te impresionará más de lo que tu crees.
Salomé Páez
tomó, sacó
Salomé Páez
Pobre,
Salomé Páez
hacía
Salomé Páez
quité, sequé, sábanas
Salomé Páez
bajé, caminé, hasta
Salomé Páez
casé
Mercedez Peréz
como se dice amigos a montones mientras ay dinero todo joda después son dinero quedan solo los Migos que están en las buenas y malas si es que ay como decía mi mamá con la plata baila el mono
Salomé Páez
Lo sé
Salomé Páez
miró, tomó
Salomé Páez
aún existan
Hilda Cabrera
bastante cansona..
Hilda Cabrera
y pensar que apenas vamos por el capítulo 45, después de Harry, Michelle e Ivonne, saldrán más enemigos para Adriana y Damián? en esta etapa ya le historia debería estar en la recta final... veremos qué pasa ahora...
Hilda Cabrera
me encanta el carácter y la personalidad de Adriana, creo que no le será fácil al suegro manajarla, ya te veré Agustín...
Hilda Cabrera
yo me concentro en la historia, no en los errores que tengan, y aunque podría corregir soy muy respetuosa con las demás personas, si fuera cercana a las y los escritores de repente podría ganar un sueldo corrigiendo, pero corregir por joder es unA falta de respeto y para corregir primero deber ver sus propios errores, yo leo para disfrutar...
Patrcia Sandoval
se perdió la trama inicial, no voy a seguir leyendo, no sabes como alargarla, iba bien pero ya no me gustó, buscare otra novela que leer
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