Una sola noche, cambio mi vida para siempre.
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7
Un sentimiento de tristeza comenzó a extenderse dentro de mí. No había sido más que el desfogue de Jared, un polvo más en una noche cualquiera.
Me sentía sucia, vacía, usada.
La ira comenzó a apoderarse de mí y cogí mi móvil furiosamente.
Busqué entre los contactos de WhatsApp el número de Jared y comencé a escribirle:
Lya
Hola, Jared. Soy Lya, necesito que me expliques un par de cosas.
Tiré el móvil contra la almohada y empecé a dar vueltas en círculos por mi habitación mientras me mordía las uñas.
Al cabo de unos segundos, el móvil vibró.
^^^Jared^^^
^^^ Hola, princesa. Dime.^^^
Princesa. Esa palabra que susurraba en mi oído horas antes mientras me usaba como él quería.
Del enfado que tenía, solo era capaz de escribir dos palabras seguidas antes de mandárselas.
Lya
Cómo. Le dices. A mi hermano. Que yo. ¿Te he robado?
^^^Jared^^^
^^^ ¿Qué? Yo no le he dicho a tu hermano que me hayas robado nada. Solo le dije 2000$ que tenia en mi cartera ya no estaban. – unos segundos pasaron. ^^^
^^^- ¿Quieres que te llame?^^^
Lya
¡No! ¡No quiero nada de ti!
Tiré el móvil de nuevo a la almohada y me tiré bocabajo en mi cama, con la cabeza cubierta entre mis brazos. No sabía por qué estaba tan triste.
No entendía esos sentimientos hacia Jared. Hasta la noche anterior, Jared solo era el mejor amigo de mi hermano, que se preocupaba por mí, que siempre me acariciaba el pelo cuando pasaba por mi lado, que siempre me hacía alguna broma.
Pero ahora todo había cambiado.
Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, pero esta vez de tristeza.
El móvil comenzó a sonar a la vez que vibraba. Lo cogí y vi el nombre de “Jared” en grande en la pantalla, justo encima de su número. Rechacé la llamada y me tiré de nuevo encima de mis brazos.
El móvil empezó a sonar de nuevo. Alargué el brazo y lo cogí otra vez. Tomé aire y descolgué, acercándome el móvil a la oreja.
- ¿Hola? ¿Lya? ¿Estás ahí? – escuché decir a Jared.
- Sí. ¿Qué quieres? – dije yo, intentando que no se notase que estaba llorando.
- ¿Estás bien? – su voz se notaba preocupada.
- Pues, la verdad, estaría mejor si anoche no… - comencé a decir, dolida.
- ¡Shh! ¿Estás loca? ¡Te va a escuchar tu hermano! – dijo Jared, alarmado.
- Ah, ¿te importa lo que piense Chris pero no lo que yo piense? – me estaba enfadando de nuevo
.
- ¿Qué? ¿Por qué dices eso? – mis últimas palabras parecían haberle afectado.
- ¡Le has dicho que te arrepentías de haber dormido conmigo! – grité en voz baja.
- No es como tú te crees, princesa… - empezó a decir Jared.
- ¡No me llames así! – dije muy enfadada.
- Vale, vale. No quise decir eso, en serio. Déjame explicártelo. – guardé silencio, por lo que él continuó hablando. – Ven a mi casa después de comer. Te prometo que te lo explicaré y lo entenderás perfectamente, ¿vale?
No sabía si tenía ganas de verle de nuevo, pero sí que necesitaba alguna explicación.
- Vale. – dije cortantemente y colgué el teléfono.
Unos segundos después, un solo mensaje con cuatro números llegó hasta la barra de notificaciones:
^^^Jared^^^
^^^16:30. ^^^
Las cuatro y media. Esa era la hora en la que tenía que estar en casa de Jared.
Las horas siguientes pasaron muy lentamente. Comí desganada y me fui a arriba a prepararme para salir. Me di una ducha, y me lavé los dientes, para después irme a cambiar a mi cuarto.
Me puse una camiseta blanca y unos pantalones negros rasgados. Me até los cordones de los zapatos y me dirigí al salón.
Le dije y a mi madre que iba a casa de Diego, un amigo del trabajo, a mi hermano ni siquiera lo mire, estaba muy enfadada con él. Y salí de mi casa en dirección a la de Jared.
me gustaría ver el final