Alexander y Sofía. dos enemigos mortales que acaban con sus vidas al mismos tiempo. sin imaginarse que sus destinos se unirá en una época diferente, en un siglo moderno, como el XXI
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Capitulo 6: Tregua.
Iván llegó al set donde se estaba grabando la última escena del nuevo proyecto de Sofía. Era una tarde calurosa, con el sol comenzando a descender en el horizonte.
La atmósfera en el set era tensa. Los técnicos ajustaban luces y cámaras, pero el verdadero drama no estaba en las tomas, sino en el enfrentamiento que se desataba entre Sofía y el director. Iván, con una mirada decidida, observó desde la entrada, sintiendo el peso de la situación. Sabía que tenía un plan, un plan que podría cambiar sus vidas, pero ahora todo dependía de cómo se desarrollaría este enfrentamiento.
— ¡¿Cómo que me tengo que desnudar?! —gritó Sofía, su voz resonando con una mezcla de indignación y desafío que captó la atención de todos los presentes.
Su rostro, enrojecido por la molestia, reflejaba su determinación de no ceder.
— Es solo una escena... Además, no es la primera vez que lo haces. ¿Qué te ocurre hoy? —respondió el director, su tono exasperado y autoritario.
Sofía, con los brazos cruzados y la mirada fija, replicó.
— No me importa. No lo haré. Y no tengo por qué darle explicaciones de mi cambio.
Las palabras de Sofía eran firmes, como si estuviera proclamando su derecho a decidir sobre su propio cuerpo y su carrera. El director, sin embargo, no parecía dispuesto a dejarse intimidar.
— Sofía. Si no haces lo que te digo, tendré que buscar a otra estrella. Puedo cumplir con tus caprichos, pero no exageres —dijo el director, su voz elevándose en un intento de recuperar el control.
— ¿Ah, sí? Entonces, búscala. Me voy. —respondió ella, dando un paso hacia la salida.
— ¡No puedes irte! ¡Firmaste el contrato! —gritó el director, pero Sofía ya había tomado su decisión.
— Despídeme, me ahorrarás las molestias de discutir —dijo, y al volverse, sus ojos se encontraron con los de Iván. La sorpresa y la tensión se mezclaron en el aire entre ellos.
— Príncipe... —murmuró ella, su tono cambiando de desafiante a confuso.
— ¿Qué ocurre? —preguntó Iván, riendo de manera casual, como si la situación no fuera tan grave como realmente era— ¿Problemas en tu nueva vida?
— Cállate, no es tu asunto —respondió Sofía, tratando de mantener su compostura a pesar de la incomodidad que sentía.
A medida que Sofía se dirigía hacia la salida, Iván la detuvo con un gesto. Sabía que este era el momento oportuno para ofrecerle algo diferente, algo que podría cambiar la dirección de sus vidas.
— Vengo a ofrecerte algo mejor. ¿Quieres oírlo? —dijo Iván, intentando suavizar la tensión entre ellos.
— ¿Qué se trata? —preguntó Sofía, su voz llena de desconfianza, como si cada palabra de Iván pudiera ser una trampa pero estaba preparada para todo.
— Vámonos a un lugar mejor. Aquí el ambiente está tenso —sugirió él, haciendo un gesto con la mano hacia la salida, invitándola a escapar de esa situación.
Los ojos de los demás en el set estaban fijos en Sofía. Sabían que su puesto era deseado por muchos, y el director no podía permitir que una estrella se marchara tan fácilmente.
— Si te vas... Las puertas al éxito se te cerrarán —dijo el director, con un tono casi amenazante.
— Si se cierra, entonces la pateo hasta que se abra. Así de fácil. No seré lo que ustedes quieran. Por más ficticio que sea este lugar, son iguales o peor que en mi época —respondió Sofía con dignidad, su voz resonando con una firmeza que sorprendió a todos.
Iván asintió, sintiéndose identificado con su lucha.
— Concuerdo contigo —dijo Iván, y juntos, salieron del set, dejando un ambiente cargado de tensiones y expectativas no cumplidas.
Genoveva, la asistente, se quedó mirando, incómoda ante la actitud desafiante de Sofía.
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Una vez en el automóvil, la atmósfera cambió. El chofer encendió el motor y condujo hacia un lugar más tranquilo por órdenes de Iván. Sofía estaba callada, procesando lo que acababa de suceder.
— En algo tenemos en común —comenzó Iván, rompiendo el silencio— No nos gusta la vida en la que ocupamos ahora. La tuya te dominan, la mía por igual. En un mundo donde si no tienes aliados, tienes enemigos, es mejor confiar entre nosotros, tú y yo, Santa.
Sofía lo miró de reojo, desconfiada.
— ¿Qué?... Pero...
— Entiende. Nosotros somos enemigos, nuestras familias nos inculcaron eso desde niños. Aún así, estamos en una época diferente, un mundo en el que no sabemos en quién confiar realmente. Por eso te pregunto, ¿Quieres trabajar conmigo?
— No —respondió ella con rapidez, casi sin pensar.
— ¡Tan siquiera ten la decencia de analizarlo! —exclamó Iván, frustrado pero aún dispuesto a seguir adelante.
— Déjame terminar. No trabajaré contigo al menos de que me pagues el doble. Claramente trabajaré a la par contigo, pero me gusta el dinero —dijo Sofía, su tono desafiador aún presente.
Iván sonrió, sorprendido por su respuesta directa.
— Eso no será problema. Te conozco. Amas las joyas, el dinero y las tierras que recibes a cambio del trabajo. Tus gustos los puedo manejar y darte lo que quieras —dijo, sintiendo que estaba acercándose a su objetivo.
Sofía lo miró con incredulidad. La oferta de Iván la sorprendió, y él se dio cuenta de que había cruzado una línea.
— N-no me malinterpretes. Solo quiero utilizar tu ayuda —aclaró él, intentando suavizar la situación.
— Aja. Supongo que también te enseñaron sobre lo que más odio, ¿Verdad? —replicó Sofía, cruzando los brazos.
— Me dieron información solo para matarte, incluidos tus gustos. Supongo que eso ya no importa ahora —dijo Iván, su tono volviéndose más serio.
Sofía lo analizó durante un momento, concluyendo sus palabras. La tensión entre ellos comenzó a disiparse a medida que la idea de una tregua se asentaba.
— Ya no tenemos la presión de nuestros, por ende, no debemos seguir con la idea de matarnos. ¿Bien?... ¿Por dónde quieres empezar con todo esto de esta tregua? —preguntó ella, su curiosidad despertándose.
Iván se sintió aliviado. La conversación había tomado un giro inesperado, y aunque sabía que el camino no sería fácil, al menos había una posibilidad de colaboración.
— Por mi empresa. Está en quiebra, pero haré lo posible para levantarla desde un principio.
Sabía que este era un riesgo, pero también una oportunidad para ambos.
Sofía lo miró, su mente trabajando rápidamente para procesar todo lo que estaba en juego. La idea de unir fuerzas con Iván, su antiguo enemigo, era tanto tentadora como aterradora. Pero no había nada más que divertido que destruir nuevos obstáculos y con el dinero por medio, Sofía lo hará.
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Muchas gracias por leer no olviden dejar su preciado me gusta.
Nota: disculpa el retraso, concluía la otra novela. Ahora sí habrá capítulo seguidos.