Mi Dulce Venganza

Michael no cree lo que acaba de suceder. Admite que se dejó llevar por la atracción inexplicable que Emily ha despertado en él y aunque quizá parezca que todo sucede demasiado rápido a él le conviene más estar con ella que estar con Cynthia.

El único y gran inconveniente sigue siendo aquel hecho desafortunado del cual Cynthia tiene pruebas. Debe conseguirlas a toda costa para deshacerse de ella.

Tampoco puede levantar sospechas, necesita ser discreto y actuar con inteligencia. Aún percibe el aroma de quien fuera su esposa, es embriagador.

El deseo por volver a tenerla va en aumento. Le atormenta pensar que pudo haber tenido intimidad con otro hombre y más que pueda tratarse de Greg.

Su secretaria le informa que su madre ha llegado y quiere verle. La hace pasar molesto.

- Te he dicho miles de veces que no me busques aquí.

- ¡No te permito que me hables así, soy tu madre!

- Jajaja, vaya madre que me tocó.

- Lo mismo digo, vaya hijo que me tocó.

- Déjate de juegos y dime qué quieres.

- Mi silencio vale mucho más de lo que recibo.

- Estás de broma, tú también eres cómplice. Denúnciame, vamos. Así los dos terminamos en la cárcel. Ya te doy más de lo que mereces. Además, ¿para qué quieres más dinero? Seguro ya hay otro vividor en puerta.

- No vine aquí para que juzgues mi manera de vivir, mejor me voy.

- Excelente decisión, no vuelvas.

La mujer se marcha dando un portazo y Michael da un fuerte golpe en el escritorio.

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Emily llega a casa cuestionandose si de verdad es capaz de continuar con su plan. No puede probar bocado y se excusa con su nana diciendo que está agotada.

Se mete en la ducha, desde esa tarde siente que el aroma de Michael se impregnó en su piel. Se restriega con fuerza hasta casi hacerse sangrar.

¿Cómo hará para soportar su cercanía y llevarlo hasta dónde quiere? Apenas la tocó y fue casi imposible controlar las náuseas que eso le causó.

Permanece varios minutos debajo del chorro de agua caliente. Siente unas ganas inmensas de llorar, pero se contiene. Necesita seguir fuerte, es el principio del fin y no puede permitirse ninguna debilidad.

Seca su cuerpo con la toalla y se envuelve en una mullida bata, la necesidad de hablar con alguien se hace inminente y marca el número de Abby que contesta de inmediato.

📲 Nunca llamas tan tarde, ¿sucedió algo?

📲 No sé si puedo seguir con esto.

📲 Tranquila, salgo pata allá.

Al cabo de unos minutos Abby llega a ver a su amiga.

- ¿Qué te hizo ese maldito?

Le relata lo acontecido más temprano, Abby mueve la cabeza en señal de desaprobación.

- De sobra sabes que no estoy de acuerdo con lo que haces. ¿De verdad vale la pena? Yo lo dudo.

- Me he propuesto acabar con él y lo voy a hacer.

- ¿Aunque en el proceso termines destruyéndote?

- Él ya me destruyó, no queda nada más.

- No es verdad, eres más fuerte de lo que piensas y lo has demostrado.

- Fue horrible sentir su aliento sobre mí, sus manos tocándome...

- Es demasiado, no tienes por qué soportar esto.

- Creo que nunca podré sentir nada con ningún hombre, algo se rompió dentro de mí y no tiene arreglo.

- Eso no puedes saberlo hasta que no dejes atrás lo sucedido con Michael y te des la oportunidad con un hombre que de verdad valga la pena.

- No existe ese hombre.

- Lo has tenido frente a ti los últimos años y te niegas a verlo.

- Greg jamás estaría con una niña cómo yo.

- Te ha declarado su amor y tú lo has rechazado. Las personas no esperan por siempre.

- He intentado dejar mi venganza de lado, de verdad y no puedo. El rencor que siento es demasiado fuerte.

- Ay, amiga. Ya no sé qué más decir para convencerte. De verdad deseo que las cosas salgan cómo las has planeado. Cómo tu amiga que soy mi deber es estar para ti aunque no esté de acuerdo con lo que haces.

Abby la abraza, sabe muy bien que lo que hace no es correcto, terminará sufriendo y ahí estará ella para consolarla.

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Greg se reúne con Anne en su apartamento y conversan largo y tendido sobre Emily.

- De verdad es una chica hermosa, veo en ella tanto de Doug.

- Lo es y además inteligente.

- Comprendo por qué te trae loquito.

- Últimamente, tengo la impresión de que me evita lo más posible.

- Es natural, debe de tener sentimientos encontrados. Ha vuelto a ver al que creía era el amor de su vida y el coraje de haber perdido parte de su herencia. Es demasiado.

- Temo que sus sentimientos por él perduren.

- Desde ya te digo que no. De hecho me atrevería a decir que está enamorada de ti, pero le cuesta aceptarlo. Seguro tiene miedo de volver a confiar.

- ¿Tú crees?

- Sí, me miró con recelo.

- En París me comentó que creía que tú y yo teníamos una relación.

- Está celosa de mí. Punto a tu favor.

- Ojalá estés en lo cierto.

- Mi consejo es que le des espacio, no la persigas.

- Ok, ahora hablemos de Richard y de ti.

- No entiendo.

- Por favor, Anne. Él estaba enamoradísimo de ti.

- Tú lo has dicho, estaba, tiempo pasado. Además, no es mi tipo.

- Nadie será tu tipo mientras no sueltes el recuerdo de Doug. Es hora de poner los pies en la tierra, entiendo que lo amaste, pero no fue real. Era un amor unilateral, es hora de avanzar.

Anne se queda pensativa, sus ojos se llenan de lágrimas al recordar los años que ha vivido amando a un hombre que ya no está en este mundo y que mientras permaneció en el jamás noto su presencia.

- Quizá tengas razón, no puedo seguir viviendo en el pasado.

- Así se habla, amiga.

Greg le cuenta muchas cosas que ella ignoraba sobre Richard. No puede creer que estaba tan cegada que nunca se dio cuenta de lo que él sentía por ella.

- Siento que hablas de alguien más y no de mí.

- Vivías en otro mundo, lo hiciste por mucho tiempo.

- Sí, ahora me doy cuenta del tiempo que perdí por un amor no correspondido.

De alguna manera Greg siente que puede pasarle lo mismo. Quizá Emily jamás corresponda a su amor y habrá perdido tiempo valioso.

A la mañana siguiente en cuanto llega a la oficina va en busca de Richard para animarlo a invitar a Anne a cenar.

- No me lo dices dos veces. Ya la llamo y la invito. Gracias, amigo. Te debo una.

Se despiden y siguen su camino. A la distancia logra vislumbrar a Emily llegando a la oficina. La escena transcurre en cámara lenta; su cabello se agita levemente a cada paso, sonríe amable a las personas que se cruzan con ella.

El encanto termina cuando aparece Michael y se acerca a ella, demasiado, está demasiado cerca y puede notar que ella disimula su incomodidad y esboza una sonrisa forzada.

Los ve intercambiar algunas palabras antes de seguir su camino. Odia verlos cerca, ese tipo le hizo mucho daño y no entiende cómo tolera su presencia.

Necesita claridad y solo ella puede dársela. Decidido a obtener una respuesta camina decidido hasta la oficina de la chica.

- Buenos días, Lucy. ¿La señorita Benton podrá recibirme?

- Buenos días, señor Carter. Adelante, usted está autorizado a pasar sin ser anunciado.

- Gracias, Lucy.

Llama a la puerta y espera a que le autoricen ingresar.

- Adelante.

- Buenos días, Emily.

- Buenos días, Greg. No necesitas llamar, puedes entrar sin problema.

- Gracias, pero prefiero anunciarme.

- Como tú quieras.

- Necesito hablar contigo y es un asunto personal.

- Tomemos asiento.

Lo guía hasta el sofá y se acomodan uno frente al otro.

- Dime, te escucho.

- ¿Parte de tu venganza incluye seducir a Michael?

La franqueza con la que se dirige a ella la hace sonrojar y baja la mirada avergonzada.

- Sí y no me enorgullece hacerlo.

- ¿Entiendes qué te estás metiendo en la boca del lobo?

- Lo sé y debo tomar ese riesgo. Solo así lograré tenerlo en mi terreno.

- No estoy de acuerdo y también sé qué mi opinión te tiene sin cuidado. Sin embargo, me siento obligado a advertirte lo que puede suceder si continúas con esto.

- Entiendo de sobra los riesgos, créeme.

- Quiero dejar claro que no permitiré que juegues conmigo. Mis sentimientos por ti sin sinceros, pero no estoy dispuesto a que me utilices para llevar a cabo tu venganza.

- Greg, entiéndeme.

- Lo intento y de verdad no lo consigo. Creo que hay otras maneras de recuperar la productora y no implican que te relaciones con él de esa manera. Seguiré ayudándote en lo que pueda, pero no me pidas que no reaccione al verte con él.

Greg se pone de pie y da por terminada la conversación dejando a Emily sumida en un mar de confusión.