Anna Lía nunca tuvo suerte en el amor, su vida no fue lo que esperaba, pero con su hija la historia no se repite, sino que empeora. Será que nunca serán felices?
Es una novela acerca de la violencia de género y la desaparición forzada de personas.
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Y ahora que hago
Las semanas pasaron y yo tenía un retraso en mi periodo, sentía malestares matutinos y estaba casi segura de estar embarazada, no podía comprobarlo y esperaba que no fuera así, pedí al boticario varias pruebas de embarazo con el pretexto de tenerlas disponible para la enfermería y cuando me las consiguió me realice una. Salió positiva. No sabía que pensar, esto complicaba todo, me daba vergüenza decirle a mi papá y Vicente no aparecía, al fin él fue a verme y cuando le dije del resultado de la prueba me miró con frialdad y me dijo: - No estoy seguro de que sea mío, tú no eras virgen, no sé con cuantos hombres has estado, además yo no estoy listo para una responsabilidad de ese tamaño. Yo no podía creer lo que escuchaba, me partió el alma en un minuto y se estaba desentendiendo, pero no me permití llorar, - Está bien, si es lo que quieres pues yo me hago cargo, pero no me vuelvas a buscar. - Como quieras, me dijo. Y se marchó para no volver.
Esa noche no pude dormir pensando, que voy a hacer ahora? ¿Como le digo a mi papá?
Quería ganar un poco de tiempo para estar más tranquila cuando hablara con él. El sábado siguiente llego Lorenza de visita y cuando la vi le dije que teníamos que platicar a solas, salimos a dar un paseo y le conté todo lo que había pasado. Ella me abrazo y me dijo que siempre me apoyaría en lo que fuera, pero no me sentía mejor, incluso pensé en si sería mejor interrumpir el embarazo y sin filtro lo dije, ella me miró fijo a los ojos y me dijo, no creo que esa sea la solución, piénsalo bien, eres fuerte y económicamente independiente, tu papá es un buen hombre y seguro te apoyará. No necesitas a nadie, pero ese bebé no tiene la culpa y podrías arrepentirte después. Sus palabras me recordaron las de la tía Tere, ella se arrepintió de no haber podido tener a su bebé, y esa historia se podría repetir conmigo. Decidí luchar por la vida de mi hijo, así se lo comenté a mi querida amiga y me dijo, no esperaba menos de ti, ahora a descansar y habla cuanto antes con tu papá, me gustaría estar aquí para apoyarte. Sabes que si algo sale mal, que no creo, puedes mudarte a la casa de tía Tere y ya veríamos la manera de apoyarte.
Me armé de valor, al mal paso darle prisa, decidí hablar ese mismo día con mi padre, aprovechando como dijo Lorenza, que estaría para apoyarme, y también así se regresaba más tranquila y sin la duda a sus deberes. Así que en la noche me senté con mi papá y le solté.
- Papito, tengo que confesarte algo, espero que no lo tomes mal y te pido perdón de antemano pero estoy embarazada.
- Como que estas embarazada, y que dice Vicente?
Si, estoy embarazada y seré madre soltera, Vicente no quiso afrontar su responsabilidad y yo no quiero tener nada más que ver con él. Mi hijo no necesita a alguien que no lo quiera.
-Ese mal nacido me va a dar la cara,
- No papito, deja las cosas así. El no merece tener un hijo, yo seré suficiente para este bebé.
-Hija, mientras tu estés bien y segura de lo que vas a hacer yo te apoyo, eres todo lo que tengo y no podría reclamarte nada, eres mayor de edad, autosuficiente y responsable, así que no tengo más decir. Y me abrazo con los ojos llenos de lágrimas, yo también lloré en sus brazos, no de angustia ni dolor, sino de alivio.
Al otro día Lorenza vino temprano y nos invitó a comer con su familia, mientras me arreglaba le conté la charla con mi padre y ella se puso muy contenta. Lo sabía, me dijo, si tu papá te adora.
Fuimos caminando los tres y platicando del futuro, ninguno nombró al Vicente y yo lo agredeci, lo borramos tal y como el quiso. Al llegar nos recibieron muy entusiasmados, la señora me abrazo y me pregunto como va mi sobrino? Lorenza le dijo que no fuera indiscreta y ella le respondió que conocían de sobra a mi padre, que no esperaban menos de él que me diera todo su apoyo, mi papá solo asintió y así transcurrió la comida con una charla muy animada y mostrándome todos su apoyo. Cuando nos despedimos me adelantó mi amiga y me dijo al oído: - Anna Lía, ahora que quedo resuelto tu problema tengo que decirte la razón por la que vine en esta ocasión, vine a decirles a ti y a mi familia que tengo novio. Y que en unas semanas lo traeré para que lo conozcan. Amiga, estoy enamorada. La abrazo deseando que su relación fuera mucho mejor que la mía. También me prometió regresar seguido para no perderse mucho de mi embarazo, - Más bien yo te visitaré primero, le dije, pues tengo que ir a ver un médico por mi embarazo.
Y quedamos en que la siguiente semana viajaría para que ella me acompañará al doctor.
