⚠️ADVERTENCIA 🔞: Contenido +16 y +18
Abril vuelve a casa después de tres años, obligada por la enfermedad de su madre.
Lo último que esperaba era reencontrarse con Elías, su padrastro, el hombre con quien compartió un amor prohibido que marcó su vida para siempre.
Mientras intentan convivir bajo el mismo techo sin caer de nuevo, viejos sentimientos comienzan a despertar, las miradas se hacen mas largas, mientras las distancias se acortan y los límites desaparecen.
Esta es una historia de pasión, culpa y decisiones difíciles....
Porque hay amores que no deberían existir… pero existen...
NovelToon tiene autorización de melodyas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Aunque Me Aleje, Arde +16
-Capítulo 6-
La casa se sentía cada vez más pequeña.
O tal vez era yo quien se hacía más grande por dentro, un nudo de emociones que no sabía cómo desatar. Todo lo que sentía por Elías me apretaba el pecho, como si respirara fuego, a veces quería huir, otras veces quería quedarme entre sus brazos y desaparecer.
No sabía cómo amar algo que dolía tanto.
Ni cómo odiar algo que me hacía sentir tan viva.
Así que hice lo que suelo hacer cuando estoy al borde… escapé.
Luciano me había mencionado que esa noche tocaría una banda en un bar del pueblo, nada grande, nada importante. Pero era justo lo que necesitaba, Ruido, Luces, Gente que no me conociera, gente que no supiera lo que escondía bajo la piel.
Me puse un vestido corto, negro, con la espalda descubierta, no para provocar, no para seducir, para mí, para sentirme otra vez la Abril de antes, la que aún no había cruzado una línea irreversible.
Luciano me esperó con su sonrisa tranquila y sus ojos llenos de ternura, me ayudó a subir a su auto y pusimos música vieja durante el camino, cantamos, reímos Y por un rato, pude fingir que todo era más fácil.
Pero la mentira no duró.
Porque aunque el bar estaba lleno de voces y canciones, mi cabeza seguía allá, en casa, con él… Con Elías.
No importaba cuánto bailara, cuánto me esforzara por desconectarme, cada hombre que me miraba no era él. Cada canción que sonaba no era su voz, Y cada vez que Luciano me tocaba la espalda para guiarme entre la gente, mi piel se tensaba… esperando otras manos.
................
Cuando regresamos, ya era tarde.
Luciano me dejó en la entrada, me deseó buenas noches con esa calma que siempre traía, con esa promesa de “aquí estoy si me necesitas”. Y cuando cerré la puerta detrás de mí, sentí el silencio como un golpe.
No estaba sola.
Elías estaba allí, de pie en la penumbra del pasillo, con una camiseta blanca, el ceño fruncido, losos brazos cruzados, como si intentara contener algo más que su cuerpo.
—¿Y eso? —preguntó, su voz era baja, pero cargada.
—Salí, con Luciano.
—Ya lo noté.
—¿Y?
—¿Y qué, Abril? ¿Me avisas ahora cuando llegues a la madrugada?
Solté una risa seca.
—No tengo que darte explicaciones.
—Tal vez no, pero esta no es solo tu casa.
—¿Entonces qué? ¿Te molesta? ¿Estás celoso?
—Estoy preocupado —dijo, pero sus ojos gritaban otra cosa— No confío en ese tipo.
—¿Luciano? Por favor, Él ha estado más presente para mí en este último mes que tú en los últimos años.
Esa frase lo toco, Dio un paso hacia mí, luego otro.
—¿Presente? ¿Y eso qué significa? ¿Que ahora vas a acostarte con él también?
La bofetada no salió de mi mano, pero casi.
—No te atrevas —le dije, con la voz temblando— No te atrevas a juzgarme cuando tú fuiste el primero en cruzar esa maldita línea.
Silencio.
Largo, incómodo, doloroso.
—Tienes razón —murmuró— Pero eso no significa que me dé igual lo que hagas.
—Pues disimula mejor.
Y entonces él me agarró del brazo, no con violencia, con necesidad, como si no pudiera evitarlo.
—No puedo —dijo.
—¿Qué?
—No puedo dejar de sentir esto, aunque me destruya, aunque te destruya.
Lo empujé contra la pared, pero él no se movió, fue como empujar una tormenta, como intentar escapar del mar.
Nuestros labios se encontraron con rabia, el beso fue más rudo que tierno, más necesidad que caricia. Sus manos buscaron mis caderas, las mías su cuello, nos devoramos, nos rompimos.
Subimos las escaleras entre roces y jadeos, tiramos con torpeza la ropa al suelo, esta vez no hubo palabras, solo gemidos, solo piel, solo la certeza de que lo que teníamos era demasiado grande para encerrarlo.
Y cuando me estremecí bajo su cuerpo, cuando supe que no había otro lugar en el mundo donde quisiera estar… también supe que esto no podía durar.
Porque nada que arde así sobrevive intacto.
Ni nosotros.
Ni lo que vendría después.
Ese Elías es el esposo de la mamá???
¿Como están?
Espero que bien. 💕
Me gustaría saber que opinan sobre Gael y Joan ¿les agradan?