Esther es una mujer llena de luz, apasionada por el ballet y la vida. Su mundo parece perfecto al lado de Lucas Belmonte, su esposo y el amor de su vida. Pero todo cambia en un instante cuando un trágico accidente automovilístico le arrebata al amor dejándola rota, perdida y convencida de que jamás volverá a amar.
En busca de sanar sus heridas, Esther emprende un viaje por el mundo, decidida a reencontrarse consigo misma. Cada lugar, cada rostro, cada paso la confronta con su dolor, pero también le abre puertas a nuevas emociones, aprendizajes y posibilidades.
¿Será capaz de reconstruir su vida? ¿Podrá abrir su corazón otra vez y volver a amar?
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Duelo...
...Nombre: Beatriz Durand...
...Edad: 25 años...
...Ocupación: Bailarina de ballet...
...Beatriz su mejor amiga había estado ahí desde el principio. Desde aquellos días en Lisboa, cuando Esther era apenas una bailarina novata, con zapatillas rotas y sueños desbordados. Se conocieron en la academia, compartiendo una barra de ballet y muchas risas nerviosas....
...Beatriz era fuego: decía lo que pensaba, amaba sin reservas, lloraba sin miedo. Era todo lo que Esther necesitaba, ahora que ella misma no era más que cenizas....
...Desde el accidente, Beatriz no se apartó de su lado. No llegaba con consejos ni frases de consuelo. Solo con café caliente, mantas suaves y una mirada que decía: “No hables, si no quieres, estoy aquí.”...
...Una tarde, Esther despertó con los ojos hinchados y la garganta seca. Había pasado la noche abrazada a una camisa de Lucas. Desde la cocina, Beatriz canturreaba bajito mientras preparaba sopa....
—¿No tienes trabajo? —preguntó Esther, con voz rasposa.
^^^—Te recuerdo que también soy bailarina. Mi horario es un poema caótico —respondió con una sonrisa suave^^^
^^^—Y además, no pienso dejarte sola en esta cueva.^^^
...Esther se sentó a la mesa. Por primera vez en días, aceptó un plato lleno. Comieron en silencio....
—No sé cómo seguir —murmuró Esther, sin atreverse a levantar la vista.
...Beatriz, con toda la naturalidad del mundo, le sirvió más sopa....
^^^—No tienes que saberlo ahora. Solo respira. Lo demás vendrá.^^^
...Después, se recostaron en el sofá como en los viejos tiempos. Beatriz le acariciaba el cabello con movimientos lentos. No hablaban mucho. Pero el silencio entre ellas no era vacío: era refugio....
—¿Tú crees que podré volver a amar algún día? —susurró Esther.
...Beatriz se quedó quieta unos segundos....
^^^—Creo que el amor no se repite —dijo al fin^^^
^^^—Se transforma. Lucas fue tu hogar. Ahora tienes que construir uno nuevo… contigo misma, primero.^^^
—No sé si puedo —confesó Esther.
^^^—Por eso estoy aquí. Para recordártelo los días en que no lo creas.^^^
...Esa noche, antes de irse, Beatriz dejó una nota pegada en el espejo del baño....
...“A veces el corazón se rompe para poder crecer. Estoy contigo en cada pedazo.”...
...Esther la leyó en voz baja. Y aunque aún dolía respirar, esa noche, por primera vez, se sintió un poco menos sola....
...Cuatro meses. Desde que el mundo de Esther se quebró en dos....
...El calendario marcaba junio, y la ciudad comenzaba a vestirse de verano. Pero dentro de ella seguía siendo invierno: un invierno callado, lento, persistente....
...Estaba sentada en el balcón, con una taza de té frío en la mano, cuando Beatriz llegó sin previo aviso, como siempre....
^^^—¿Tienes planes esta tarde? —preguntó, dejando una bolsa de papel sobre la mesa.^^^
...Esther arqueó una ceja....
—¿Desde cuándo necesitas preguntar?
...Beatriz sonrió traviesa y, sin responder, sacó dos pasteles de nata recién horneados....
—Esto huele a casa —murmuró Esther, sin intención de sonar nostálgica.
^^^—Porque es de casa —dijo Beatriz, mirándola con seriedad—. Y justo de eso quiero hablarte.^^^
...Esther bajó la taza, atenta....
^^^—Hablé con tus padres. Me dijeron que les encantaría que fueras. Que te esperan con los brazos abiertos, aunque solo sea por unas semanas. Yo también iré un tiempo… pero tú podrías quedarte más. Respirar. Escapar de todo esto un poco.^^^
—¿Y qué haría allí? —preguntó Esther en voz baja.
^^^—Vivir —respondió Beatriz sin dudar.^^^
^^^—Mirar el mar. Escuchar el fado. Caminar sin que cada esquina te recuerde a Lucas. Reconstruirte. Reencontrarte. Esa es tu casa, Esther. Un hogar donde no duele tanto recordar.^^^
...Esther miró sus propias manos. Sus dedos, delgados y pálidos, temblaban levemente. No había tocado sus zapatillas de ballet en meses. Y, sin embargo, algo en la palabra Lisboa vibraba dentro de ella, como una cuerda olvidada....
—No sé si estoy lista —admitió.
^^^—No tienes que estarlo —dijo Beatriz, tomando su mano con ternura—. Ir no es olvidar. Es darte espacio. Honrar también a Lucas. Él te amaba entera, no rota.^^^
...Un silencio tibio cayó entre ellas. En el balcón, el viento movía las hojas de una planta como un susurro lejano....
—¿Cuándo quieres que me vaya? —susurró Esther, con la mirada perdida en el horizonte.
^^^—Cuando tú quieras. Pero si me preguntas a mí… ya es hora.^^^
...Esther cerró los ojos un instante. Tal vez sí. Tal vez ya era hora de dejar que el sol portugués le tocara la piel. De caminar otras calles. De hablar otro idioma con su propio corazón....
...De recordar que seguía viva....
...De recordar que aún quedaba belleza....