Mi Esposa

¡cálmate Maya! - Brisa trataba de calmar a su amiga - Solo dale la oportunidad que el se explique, si es su hijo o no

- ¿No lo entiendes? ¿Verdad? Tiene un hijo, un hijo Brisa. ¿para que una explicación? Con eso es suficiente. Además los niños no mienten

- Ok, pero no seas escandalosa

- ¿Escandalosa? ¿Me estás diciendo escandalosa?

- Es normal si tuvo una relación antes de ti, ¿cuál es el problema? ¿Acaso tienes celos?

- ¿Celos? ¿yo? No para nada, jamás me darán celos de ese maniático

- ¿Por qué estás así? ¿Eh? Estás como una mujer que acaba de descubrir una infidelidad

- No - Maya negó - Estoy normal, solo que esto no me lo esperaba, ahora entiendo todo el quiere que yo sea su niñera

- Hasta yo quisiera ser su niñera - Bromeo Brisa

- Brisa, es mi esposo así que respeto por favor

- Jajajaja - Brisa solto una carcajada - Maya estás enamorada hasta los huesos y aún no lo quieres aceptar

- Claro que no

- Si

- No

- Si

- No Brisa y es punto final. Y deja de estar fijandote en hombres casados.

- Jajaja estás celosa, Maya está celosa

- Olvídalo, hablar contigo es como hablar con Hugo

- Jajajaja - Brisa no paraba de reír

- Te escribo mas tarde, la señora Moore me está esperando para desayunar

- Señora Moore no, suegra

- Ajá como sea

Después de colgar la llamada, Maya se miró en el espejo y la imagen de Hugo llegó a su mente, su sangre hirvio al pensar que le estaba ocultando un hijo, no les molestaba que no tuviera, pero si que no le contará ese detalle tan importante.

- Buenos días Maya - Saludo Gilda -

- Buenos días señora Moore

- Niña deja el formalismo, somos familia. Llámame por mi nombre

- Ok Gilda

- ¿Cómo les fue en su viaje?

- bien -

- ¿Te encuentras bien? - pregunto Gilda al verla tan seria

- Si estoy bien, ¿Hugo?

- Cuando llegamos ya no estaba, salió temprano fue lo que nos comentó Aura, pero tranquila estoy segura que vendrá a almorzar con nosotras.

- No creo que pueda acompañarlos en el almuerzo, tengo que ir a mi trabajo

- Entiendo - Gilda sonrió - Vamos al jardín y desayunamos ahí

- Bien

Al llegar al jardín, Maya noto que ya la mesa estaba arreglada, y estaban sentados Matías y Jonás junto al pequeño Leo

Leo al ver a Maya que venía con su abuela. Se levanto de su asiento

- Tío ¿puedo ir al baño? Quiero hacer pis - Pregunto mirando a Jonás

- ¿Otra vez? - Jonás lo miro con desconfianza - Pequeño Tazmania, ni se te ocurra hacer alguna travesura.

- Yo no he hecho nada tío - Leo puso ojitos como de cordero degollado - Solo estaba explorando la casa, pero es tan grande que me perdí

- ¿Por qué será que no te creo? - Matías entrecerró sus ojos

- Buenos días - Saludo Maya al acercarse

Leo se acercó más a Jonás y le susurro

- Tío, no aguanto me hago pis, tengo muchas ganas de hacer pis

- Buenos días - saludo Jonás

- Buen día, cuñada - dijo Matías

- Que bueno es desayunar como familia - Comento Gilda - Siéntate por favor Maya.

- Anda y no tardes - Le dijo Jonás a Leo después que todos estaban sentados

Leo sonrió y se levantó sin mirar a Maya.

- Leo ¿a dónde vas? - Gilda lo interrogó

- Mamá va al baño, ya sabes cómo es.

- ¿Ya conoces al tesoro de la familia? - Pregunta Gilda a Maya

- Si, ya lo conozco es un lindo niño

Maya desayunaba con la familia de Hugo y respondía con respuestas simples.

- Hacen una pareja tan hermosa - Exclamó Gilda - Me alegro tanto que aceptarás casarte con él.

- Gracias

- ¿Cómo está el trabajo? - Pregunto Jonas

- Todo bien

- ¿Eres botánica? - Está vez fue Matías - Recuerdo que cuando estábamos en la preparatoria, tenías ese amor por las plantas ya que siempre andabas con una

- Aún lo tengo - Respondió ella - siempre me han gustado todo el mundo de la naturaleza, el mundo de los vegetales

- Ahora entiendo tantas plantas alrededor - Dijo Jonás - Mi hermano en verdad que te ama demasiado

- Pues yo no lo creo, porque si me ama tanto no tuviera secretos conmigo

Los hermanos se miraron confundidos

- ¿A qué te refieres con eso Maya? - Pregunto Gilda

- Olvidenlo

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Hugo cuando llegó a la mansión ya eran las once de la mañana.

- Hola madre

- Querido hijo ¿cómo te fue?

- Todo bien, ¿Maya dónde está?

- Se fue al trabajo, dijo que almorzaría por allá

- En un momento me reúno con ustedes, voy a atender un asunto en el despacho.

- Tamara te está esperando, tiene bastante tiempo que llegó

Hugo se dirigió a su despacho

- Tamara ¿cómo estás?

- Muy bien amigo - Tamara sonrió - Te hace bien el matrimonio ¿Eh?

- ¿Cómo están las cosas? - Pregunto Hugo ignorando su pregunta

- De maravillas, pero con esa niñita hay que tener cuidado

- ¿Por qué lo dices? -

- Se cree que es muy valiente, quisiera darle unas cuantas palizas para ver si es cierto. Estoy segura de que la uña se le quebrará en el primer intento

- Pero eso no es lo que te preocupa ¿cierto?

- No, sé que ella no hará nada por su propia cuenta. Ni siquiera resiste un golpe mío. Solo debemos tener cuidado de que se busque un socio.

- ¿Quién se podría unir con ella?

- Manolo Ruiz - Soltó Tamara - Aún no hay pruebas contra ese viejo baboso, pero he escuchado que Ava Smith está enredada con el magnate de las pasarelas

Hugo no respondió, apretó sus manos en puños

- ¿Quiere que siga en la policía?

- No, después que sean liberadas serás la guardaespaldas de Maya

- Está bien. Me retiro porque tengo un trabajo aún pendiente en la comisaría antes que esas locas estén libres.

- Cuídate y cualquier eventualidad me lo haces saber

Tamara estaba saliendo cuando tropezó con Matías Moore

- Lo siento - se disculpo sin ver aún al hombre que tenía enfrente ya que estaba recogiendo su celular

- ¿Tamara? - Matías quedó sorprendido al ver a la joven - ¿Eres tú?

- Hola Matías, tiempo sin verte

- Uf bastante, estás más hermosa ¿Qué haces por aquí?

- Trabajo para tu hermano

- ¿En serio? ¿Por qué no estaba enterado?

- Me tengo que ir, adiós

- ¿Me puedes dar tu número? - pregunto antes que la joven desapareciera de su vista

- Aquí lo tienes - Ella le pasó una tarjeta donde ya previamente tenía su número anotado

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Maya llegó a la mansión, le había comentado a Adele sobre el pequeño que conoció como el hijo de Hugo y sus palabras resonaban en su mente.

*Es mejor que hables con él, pero calmada sin alterarse Maya*

Pero ella sentía que era algo que no podría hacer, su ira invadía su ser y no se creía capaz de mantenerse serena.

Al llegar al dormitorio, Hugo estaba saliendo del baño. Solo tenía una toalla envuelta en su cintura, a la vez que las gotas corrían por todo su cuerpo musculoso.

- ¡Eres un cretino! - Espetó Maya al verlo

Hugo quedó paralizado, porque no entendía su reacción

- ¿Ahora que hice? -

- ¿Cómo puedes ocultar que tienes un hijo? Es lo más bajo que has hecho, no te quiero cerca de mí, si niegas a un niño que es inocente de todo, harás cosas peores.

- ¡Qué diablos! - Exclamó Hugo algo molesto - ¿Qué hijo estás hablando?

- No me tomes como tonta, Hugo porque ya me enteré que dejaste a la madre de ese niño para casarte conmigo y así lo niegas. Es tu hijo - reclamo ella

- Yo no tengo hijos, apenas estoy casado y hasta donde se tu no estás esperando un hijo, porque no hemos consumado el matrimonio aún. No sé de dónde sacas esas ideas. Al menos que quieras que hagamos uno, por mi no hay problema

- Que descaro tienes, ¿cómo puedes decir que Leo no es tu hijo? - La ira la tenía a mil

Al escuchar el nombre de Leo, Hugo entendió todo y la imagen de su sobrino llegó a su mente como un relámpago.

- ¿Te refieres al niño que andaba con mis hermanos y mi madre? -

- Si, ahora sí sabes de quién hablo, de tu hijo

- No es mi hijo - La mirada de Hugo se oscureció - dame un momento que me vista y te explico todo

- No tienes nada que explicarme, eres un patán que niegas a tu hijo. ¡Quien sabe que mentira me dirás!

Hugo se llevó las manos al puente de la nariz y suspiro

*Dios, dame paciencia con esta mujer*