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Me Divorcié Del Protagonista Masculino

Me Divorcié Del Protagonista Masculino

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Venganza / Época / Ascenso de clase social / Mundo mágico / Divorcio
Popularitas:764.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: AMZ

¿ Que ya no me amas?... esa es la manera en que justificas tú cobarde deslealtad... Lavender no podía creerlo, su esposo, su amado esposo le había traicionado de la peor forma. Ahora no solo quedaba divorciarse, sino también vengarse.

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Capitulo 23

Violett se sentó en el escritorio de la mansión Lehman, una sonrisa astuta dibujada en sus labios mientras sostenía una pluma entre sus dedos. Su mente bullía de planes y anticipación, y no podía evitar sentir una emoción casi infantil al pensar en lo que estaba a punto de hacer.

—Esto será divertido... —pensó, mientras escribía una carta dirigida al obispo. Sus palabras eran cuidadosamente elegidas, llenas de una falsa cortesía que ocultaba sus verdaderas intenciones. Al terminar, selló el sobre con el sello del Ducado, asegurándose de que su mensaje llegara con la autoridad necesaria para ser tomado en serio.

Al día siguiente, el obispo recibió la carta y la leyó con creciente sorpresa. En ella, se le pedía explícitamente que invitara a Lavender a la celebración religiosa anual. El obispo frunció el ceño, confundido por la petición. Sabía que, en teoría, todos los nobles debían ser invitados a tal evento, pero había considerado omitir a la Condesa de Tarth debido al reciente escándalo que la envolvía. Además, pensó que sería incómodo para el Duque Maxon ver a su ex esposa tan pronto después del divorcio. Sin embargo, la petición provenía directamente del Ducado, y eso cambiaba las cosas.

—Bueno, si es lo que desean... —murmuró el obispo, resignado, mientras preparaba la invitación oficial para Lavender.

Al día siguiente, Lavender recibió dos cartas. La primera era la invitación formal a la celebración religiosa anual, y la segunda era una misiva de Violett. Al abrirla, Lavender no pudo evitar sentir un nudo en el estómago al leer las palabras burlonas de su antigua amiga.

—Querida Lavender, —decía la carta— espero que no faltes a la celebración religiosa anual. Algo muy especial ocurrirá ese día, y quiero que mi querida amiga esté presente para presenciarlo. No te lo perderías por nada del mundo, ¿verdad?.

Lavender arrugó la carta entre sus manos, sintiendo una mezcla de rabia y asco. Le resultaba increíble que la joven inocente y amable que alguna vez había conocido pudiera haberse convertido en alguien tan retorcido y despiadado. Sin embargo, a pesar de la lógica que le decía que no debía asistir, algo dentro de ella se rebeló contra la idea de esconderse.

—Eso es lo que realmente quieren... —pensó Lavender, mientras caminaba por su habitación con determinación—. Que sienta vergüenza y me aísle. Pero yo no hice nada malo. No soy quien tiene que tener vergüenza... ellos son los que deberían sentirla. Y yo les haré sentir esa vergüenza.

Violett se había vestido con sus mejores galas, eligiendo un vestido que resaltaba cada curva de su figura y complementándolo con joyas lujosas que brillaban con cada movimiento. Era una declaración de su nuevo estatus, una forma de dejar claro a todos que ella era ahora la futura Duquesa de Lehman. Su cabello estaba recogido en un elaborado peinado, y su rostro lucía una sonrisa de satisfacción que no podía ocultar.

Maxon, en cambio, parecía rígido y distante. Su traje impecable no lograba disimular la tensión en sus hombros ni la falta de entusiasmo en sus ojos. Aun así, caminaba junto a Violett, ofreciéndole su brazo mientras se dirigían al oficio religioso anual en el templo central.

Al llegar, Violett se sintió orgullosa al ver las miradas de intriga y curiosidad que recibían. Las murmuraciones no tardaron en surgir, pero ella las ignoró, disfrutando de la atención. Sin embargo, mientras recorría la multitud con la mirada, notó que entre todos los presentes, Lavender no estaba.

—Después de todo, no vendrás... —pensó Violett, sosteniendo una sonrisa angelical en su rostro mientras saludaba casualmente a algunos conocidos.

La ceremonia religiosa comenzó, pero toda la atención parecía estar puesta en Violett y Maxon. Cuando el oficio llegó a su fin, se abrió el espacio para que aquellos con anuncios importantes pasaran al frente. Varias personas compartieron sus noticias, pero el momento que todos esperaban llegó cuando Violett y Maxon se levantaron y caminaron hacia el altar.

El silencio en el templo era palpable. Maxon parecía vacilar, pero finalmente habló, con una voz que resonó en el espacio sagrado:

—Quiero anunciar que estoy comprometido con la señorita Violett Wagner.

La revelación impactó a todos. Por un momento, el silencio fue absoluto, pero luego estalló en murmullos y comentarios. Algunos ofrecían felicitaciones, mientras que otros susurraban dudas y especulaciones. Violett, sin embargo, solo podía sentir orgullo. Había logrado lo que quería, y ahora todos tendrían que tratarla con el respeto que merecía.

—Esto es lo que siempre quise —pensó, mientras su mirada recorría la multitud, buscando inconscientemente a Lavender. Quería ver su rostro distorsionado por la humillación, pero su ausencia la dejó con una sensación de vacío.

El momento de entregar las ofrendas llegó, y los nobles se acercaron al altar para dejar sus donaciones y, de paso, felicitar a la pareja. Fue entonces cuando un nuevo silencio cayó sobre el templo. Los nobles comenzaron a abrirse paso desde la entrada, sus miradas llenas de intriga y sorpresa. Violett, curiosa, se preguntó quién podría estar causando tal conmoción.

Hasta que la vio.

Lavender entró al templo con una elegancia serena, su cabello plateado brillando bajo la luz de las velas. Su vestido era sencillo pero impecable, y su expresión era tranquila, como si nada a su alrededor pudiera afectarla. Los comentarios comenzaron a surgir de inmediato.

—¿Cómo se atreve a mostrar su rostro después de lo que hizo? —susurró una mujer, con una risa burlona.

—Sus orígenes la traicionaron —comentó otro noble, con desdén.

—Se mostró como verdaderamente es, una mujer vulgar —añadió una tercera voz.

Lavender ignoró los murmullos y caminó hacia el altar con paso firme. Sus ojos se cruzaron por un instante con los de Maxon, quien parecía preguntarse qué hacía ella allí. Antes de que pudiera dejar su ofrenda, Violett la interrumpió.

—¿Qué haces aquí, Lavender? —preguntó Violett con una voz llena de inocente preocupación, aunque sus ojos brillaban con una mezcla de orgullo y burla.

Lavender se detuvo a medio escalón, su mirada fría y distante posándose en Violett y Maxon.

—Entregando una ofrenda —respondió Lavender, con un tono calmado que no dejaba lugar a dudas sobre sus intenciones.

1
Veronica Orea
"Es mejor ser emperatriz q duquesa", bien lo decía otra lectora.
Alguien q realmente la valore en cuerpo, mente y alma y q esté dispuesto a todo y enfrentarse a todos
Veronica Orea
Espero q las palabras de la princesa, la incomodidad y silencio del servicio así como la escena q miro ahora sí plantean la semilla de la duda en ella por q esa amiguita solo quiere destruirla y ella solo se está entregando en bandeja de plata. De verdad q eres un completo imbécil Maxon
Veronica Orea
No es justo q le sigan viendo la cara de tonta y ella siga en el mismo juego estúpido de "no, no pasa nada solo me lo estoy imaginando" de verdad no quiere aceptar lo q está por suceder, esa fiesta espero sea la q l a despierte de ese sueño tonto
Veronica Orea
Que hipocresía la de este tipo se mete con una y con otra como si nada pues como les dicen a los hombres cuando la cabeza de abajo despierte la de arriba deja de pensar, q Toto eres amigo has cambiado oro por cobre y te va a salir muy caro tu osadía
Veronica Orea
Confirmado no hay peor ciego q el q no quiere ver, ay amiga la sorpresita q te espera, deberías mirar hacia otro lado y dejar q tu intuición te guíe por q de verdad te hace falta
Veronica Orea
Así fue como se le metió al marido fingiendo ser tu amiga y ayudándote. Aunque la culpa no es tuya Lavender, es mucha de tu maridin rienda suelta y zorris de tu Amiguis
Veronica Orea
No por venir de origen humilde van a trapear el piso con ella como lo hicieron al principio pues ahora sí es toda una dama bien educada además de fuerte guerrera, buena administradora, estratega, hogareña y trabajadora, no como ellas q solo quieren jactarse ante los demás de lo bueno q hacen para atraer maridos, jajaja. De verdad ese duque no sabe lo q va a perder mejor q se lo quede tu queque amiga
Veronica Orea
Lamento decirte querida amiga q tu mejor amiga la violezorris está dándole duro contra el muro con tu marido, te van a lastimar ambos pero se ve q eres más fuerte q ellos y te mereces algo mucho mejor
Natalia 💞
Hermosa historia que nos muestra que el amor verdadero no lastima, no traiciona, siempre estará allí para demostrar que cada momento junto a él vale maravillosamente la pena.
Luisa Guerrero
Excelente
Berthabel Tapia
hasta su pregunta es estúpida, que hizo mal??? Casi nada ser una quita maridos. jajajaja
Marga Diverio
fascinante, maravillosa.me encantó.gracias!!!
Silvia Izarie
me gustaría que maxon encuentre una esposa que le dé amor a su hijo, yo se que se portó muy mal,pero ya a llorado y se arrepiente de todo lo sucedido,el no fue malo con lavander en el matrimonio, solo que se dejó enrredar con esa serpiente.
Natalia 💞
Una triste verdad
keila arias
Muy hermosa sin apuros... Felicidades Escritora
Martha Goitia
excelente. me encantó.
Leticia Camacho Sánchez
aquí queda el de amiga date cuenta no mames nadie es tan ciego o tan pendejo 🤔
Silvia Izarie
desquisiada!!!
Silvia Izarie
quiero que se descubra que pasó exactamente en el campo de batalla, me parece que maxon hizo una jugada sucia, sabiendo que el príncipe estaba interesado en lavander.
Silvia Izarie
quien la manda a querer su felicidad a costa de la infelicidad o desgracia de otra persona?
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