Gleen Fernando siempre parece alegre, pero en su corazón guarda profundas cicatrices. Desde pequeño, nunca conoció la felicidad, pues fue víctima de un secuestro cuando era un bebé, y todos pensaron que había muerto.
Al crecer, se convirtió en un maestro del engaño, usando su atractivo para estafar a sus víctimas. Sin embargo, su vida dio un giro cuando se unió a un detective para resolver múltiples casos.
Durante una de sus investigaciones encubiertas, un inesperado incidente lo llevó a reencontrarse con su verdadera familia.
Nadie imaginaba que él era el heredero perdido que había regresado. Ahora, está decidido a destruir a todos los involucrados en su secuestro y en el asesinato de su madre.
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Capítulo 23
Tras el velatorio de Milea, Felicia decidió ir directamente a la oficina, ya que era mediodía, un proceso bastante largo desde la autopsia hasta el entierro de Milea.
En este momento, Felicia está en el asiento trasero del coche, sintiéndose un poco somnolienta, ya que últimamente no ha tenido mucho tiempo para descansar, tal vez por estar pensando en el destino de su amiga. Tiene mucha curiosidad por saber qué quería decirle Milea, hasta el punto de que la mujer le pidió que no le contara a nadie que se iban a encontrar.
Felicia mira a la asistente Ana, que conduce el coche. "Sigo sin poder creer que Milea se suicidara."
"¿Le gustaría contratar a un detective privado para que investigue la muerte de la señorita Milea?"
Felicia se lo piensa un momento. "He oído hablar de The Darkness, más conocido como el detective Al. Intenta contactar con ellos".
"Lo siento, señorita, pero tengo mis dudas sobre su capacidad. Al principio pensé que The Darkness era tan bueno como la gente dice, pero incluso para encontrar su paradero fracasaron. Cuando usted desapareció, el señor Arsen me pidió que contratara a un detective para encontrarla, pero gracias a Dios usted estaba bien y a salvo."
Al oír la palabra "a salvo", Felicia traga saliva, avergonzada, ya que en realidad no regresó a salvo; había perdido su virginidad con un hombre despreciable e infiel como Gleen Fernando, una noche realmente desafortunada en aquel momento.
Quería enfadarse, pero no se sentía con derecho a enfadarse con Gleen, porque recuerda claramente que fue ella la que se lo pidió e insistió. Felicia sólo espera no volver a ver ni a tener que tratar nunca más con Gleen.
"Ya le he pagado un millón. No es posible que ese hombre despreciable vuelva a molestarme", pensó Felicia para sí misma.
A Felicia le gustaría reírse de sí misma, sintiéndose perjudicada por haber perdido su virginidad, porque ¿por qué iba a pagarle a ese hombre tan despreciable?
Drrrrtt!
Drrrrtt!
Drrrrtt!
El móvil de Felicia vibra, recibe un mensaje de un número desconocido. Felicia lee el mensaje.
[Hola Felicia, soy Gleen Fernando, creo que tenemos que tener una conversación importante sobre aquella noche].
Felicia pone los ojos en blanco, cree que el hombre está realmente loco. ¿Por qué iba a ponerse en contacto con ella? ¿Es que el dinero que le dio a Gleen no era suficiente?
Prefiriendo evitar cualquier molestia, especialmente porque estaba a punto de casarse con Alvin, no podía dejar que nadie supiera que ella y Gleen se habían acostado. Así que Felicia bloquea inmediatamente el número de Gleen.
"Toma ya, Gleen Fernando, te he bloqueado", Felicia sonríe satisfecha.
...***************...
Gleen sonríe maliciosamente al darse cuenta de que Felicia ha bloqueado su número.
"¿Crees que esto termina aquí sólo porque has bloqueado mi número, Felicia?"
En este momento, Gleen está en la puerta principal de la oficina del Grupo Gerrard, vestido con un uniforme de conserje azul, idéntico al de los conserjes de la empresa.
Entró en la oficina tratando de mantener la cabeza baja para no ser reconocido, especialmente porque su rostro ya había sido expuesto, aunque sólo Felicia y la asistente Ana sabían del robo de datos.
Entonces, Gleen entra en la sala de café, escuchando la conversación de dos conserjes que están allí.
"Será mejor que le lleves esto al CEO", dice un conserje.
Sin embargo, el otro conserje se niega. "Llévalo tú, tengo miedo del arrebato de la señorita Felicia otra vez".
"Ve tú".
"Ve tú".
Ninguno de los dos cedía, probablemente porque no querían enfrentarse a Felicia, teniendo en cuenta lo arrogante que podía llegar a ser. Era como si estuvieran ante una tigresa.
Gleen coge rápidamente la bandeja con un vaso de chocolate helado de manos de uno de los conserjes. "Dejad que lo lleve yo."
"¿Quién eres tú?", preguntan los dos conserjes casi al unísono.
"Soy el nuevo conserje", responde Gleen con calma, y luego lleva la bebida a la oficina de Felicia.
Los dos conserjes de la sala de café no se oponen, ya que es habitual que haya rotación de conserjes en el edificio y ambos son relativamente nuevos en el trabajo.
Gleen pasa por delante del despacho del subdirector, donde hay un hombre al que le gustaría destruir, pero tiene que controlarse. Nadie puede acceder a la habitación, ya que Robert tiene sus propias cámaras de seguridad. Este hombre no es un adversario fácil.
"Nos veremos, Robert. Seguro que te doy una sorpresa", murmura Gleen con una sonrisa amarga, mientras continúa su camino hasta llegar a la puerta del despacho del CEO.
La primera razón por la que Gleen estaba allí era para exigirle responsabilidades a Felicia, ya que Felicia le había quitado la virginidad.
Y la segunda razón, porque leyó los mensajes entre Felicia y Milea, al principio detestaba leer los mensajes entre mujeres, ya que a menudo el contenido le parecía irrelevante, como hablar de sus actores o novelas favoritas.
Pero, por casualidad, al leer sus mensajes, Gleen cree que Milea no se suicidó. La información importante que Milea quería contarle a Felicia era la razón principal por la que Milea acabó siendo asesinada.
Gleen llama entonces a la puerta del despacho del CEO.
¡Toc!
¡Toc!
¡Toc!
Felicia, desde dentro, le pide que entre.
"¡Adelante!"
Gleen entra entonces en el despacho del CEO, observando a Felicia ocupada con su portátil, sin querer mirar al conserje que le trae su bebida.
Gleen se queda maravillado con el despacho del CEO, tan amplio y elegante, haciéndole soñar, imaginando que si él mismo fuera un CEO como Felicia, seguro que parecería muy guay.
"Deja la bebida en la mesa", ordena Felicia, todavía concentrada en su portátil.
Gleen sonríe al ver a Felicia tan ocupada y arrogante, la bella mujer parece tan audaz y arrogante, pero de alguna manera eso la hace parecer interesante.
Gleen deja entonces un vaso de chocolate helado en la mesa de Felicia.
Quizás por estar agotada, Felicia bebe inmediatamente la bebida mientras mira al conserje, indicándole que salga de su despacho.
"¡Pprffftt!" De repente, Felicia escupe la bebida al ver claramente el rostro de Gleen.
Un hombre al que Felicia esperaba no volver a ver nunca más, ¿por qué estaba de repente delante de ella?
