Antonieta, una joven noble de catorce años, vive atrapada entre las estrictas reglas de la alta sociedad y su pasión secreta: volar en un caballero móvil. Mientras se prepara para cumplir con su rol como dama y conocer a su prometido, entrena en secreto para dominar la tecnología que le permitirá surcar los cielos. Pero no todos están dispuestos a aceptar su sueño, y Antonieta deberá decidir si seguir las normas o romperlas para volar libre.
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Capítulo 18: príncipes y Richard
[Interior – Dormitorio de Richard – Tarde]
Richard había terminado de acomodar sus pertenencias mientras buscaba una cuerda. La encontró, pero algo comenzó a vibrar en su saco. Sacó una esfera rosa.
Voz misteriosa (desde la esfera):
—Richard, ¿me copias?
Richard (bostezando):
—Sí, te escucho.
Voz misteriosa:
—Estamos siguiendo una pista importante: espías rebeldes. Necesito que estés atento. Posiblemente necesitemos tu ayuda.
Richard:
—Claro.
Guardó la esfera en su saco y, tras tomar la cuerda, salió del salón, buscando personas que intentaran detener la novatada. Ahí se encontró con Minerva y el resto… ya se sabe cómo terminó eso
[Interior – Zona Este – Tarde]
Narrador:
En una parte abandonada de la academia, caminan dos figuras encapuchadas mientras se oyen murmullos en la distancia. Tras unos pasos, se encuentran con cinco jóvenes que los estaban esperando.
Encapuchado #1:
—¿Tienen lo que solicité?
Joven 1:
—Claro. Los registros de alumnos de Helior.
Encapuchado #2:
—¿Algún nombre interesante?
Joven 3:
—No mucho... pero lo más destacable es que entraron dos Alcalá de la Alameda.
Encapuchado #1:
—Un Alcalá de la Alameda sería útil para la Cruz Negra. Intenten acercarse a esa persona.
De pronto, se oyen disparos. Uno de los encapuchados saca su revólver.
Joven 4:
—La novatada comenzó.
Joven 5:
—No creo que nos encuentren ahora. Las autoridades escolares están supervisando que los alumnos de grados mayores maten a algún aspirante…
Joven 2:
—Escuché a un docente hablar sobre una reunión de autoridades.
Se escucha otro disparo. Todos se congelan al ver caer a uno de los encapuchados con un agujero en la cabeza. Intentan sacar sus armas, pero otro cae de un disparo por la espalda.
Joven 5 (gritando):
—¡Nos rodean!
Desde las sombras, aparece un joven de ojos rojos intensos, como los de un depredador que ha encontrado a sus presas. No necesita presentación: cabello gris como el humo, cuerpo atlético, sonrisa salvaje… Hannibal, segundo príncipe del reino, apodado el Demonio de Ederi.
Joven 3 (furioso):
—¡Maldita sea!
Dispara, pero Hannibal parece inmune. Tiembla al verlo avanzar. Cuando menos lo espera, recibe un golpe por detrás que lo lanza al suelo.
Joven 3 (casi sin aliento):
—Fue… ¿magia?
Hannibal no responde. Solo baja su espada y le corta la cabeza.
Los otros dos habían huido con anticipación. Sabían que no podían enfrentarse a él. Pero entonces una sombra los cubre: un joven se muestra a propósito.
Joven 5:
—Idiota…Apunta su arma, pero esta vuela de su mano de un disparo.
Lo reconoce: el tercer príncipe del reino, Vasily Emera, uno de los mejores tiradores de los que se tiene registro. Antes de que pueda hablar, cae de un disparo en la cabeza.
El último joven corre hasta ver el pasillo este. Si llega ahí, tal vez logre perderse en la academia. Pero al llegar, alguien lo espera. Un chico le apunta con un revólver: Richard.
Joven:
—¡Amigo! Tienes que ayudarme. Unos sujetos me siguen… dicen que son rebeldes.
Richard:
—¿Rebeldes?
Joven:
—¡Sí!
Se oye un estruendo. Richard dispara, hiriéndolo en el hombro. El joven cae, retorciéndose de dolor.
Richard:
—Los alumnos no van a la zona este.
Richard se acerca, aún apuntándole. Pero pronto nota que el joven convulsiona y le sale espuma por la boca.
Al ver que no se mueve, Richard comienza a arrastrar su cuerpo sin vida de vuelta a la zona este. Allí lo espera una figura de ojos amarillos claros y cabello castaño ondulado, que oculta su boca con vendas.
Richard (relajado):
—Príncipe Vasily.
Vasily:
—¿Cómo supiste que era un espía?
Richard:
—No lo sabía. Pensé que era un rebelde que se les escapó.
Vasily:
—Tenía un mecanismo con cianuro.
Richard:
—Sí.
Aparece Hannibal, cargando a uno de los espías aún con vida, mientras mira una tableta mágica.
Hannibal:
—Por suerte, este sigue vivo.
Lo lanza al suelo. El espía tiene pocos dientes y está brutalmente golpeado.
Hannibal:
—Supuse que, al ser espía, tendría una forma de silenciarse si algo salía mal.
Richard (mirando el cadáver con espuma):
—Tienes razón.
Vasily:
—¿Adivino? Tenía un sello mágico en un diente.
Hannibal:
—Era una prótesis con un mecanismo. Presionaba con los dientes y liberaba el veneno.
(Le entrega el diente a Vasily, luego mira a Richard)
—Por cierto, tu hermana está siendo apaleada.
Richard (mirando el combate):
—¿Cómo sabes que esa que está en el Rusty, sin un brazo, es mi hermana?
Hannibal:
—Fácil. Es la única rubia en un Rusty.
Richard:
—¿Qué quieres a cambio?
Hannibal:
—No sé, Richard… luego lo discutimos. Por ahora, ella está en problemas.
Richard:
—Adelante.
Hannibal (gritando):
—¡Ronn, derriba al ganador! Necesito un favor de Richard.
Desde la distancia, el Caballero Móvil oxidado que estaba ganando contra Antonieta cae de un disparo.
Richard (sorprendido):
—Increíble que prestaras tu Caballero Móvil.
Hannibal (con sonrisa burlona):
—La verdad, quería participar. Y con tu hermana… tal vez la habría ayudado a ganar.
Vasily (incómodo mientras examina el cadáver):
—¿Pueden concentrarse? En especial porque no eran rebeldes…
Richard (mirando la pantalla):
—Cruz Negra.
Vasily (mostrando una insignia):
—Sí. Al parecer estaban infiltrados desde hace mucho.
Hannibal:
—¿Crees que sean los únicos?
Vasily:
—Lo dudo.
Richard:
—Entonces debemos movernos con cuidado, especialmente mañana.
Vasily:
—Posiblemente intenten algo cuando los aspirantes hagan las pruebas.
Los tres se miran. Vasily se lleva al espía sobreviviente.
Vasily (mientras carga al espía):
—Deberían descansar.
Hannibal (revisando su saco):
—Deberían revisar al tipo. Le encontré esto.
(Saca papeles con runas y garabatos)
Richard:
—Sellos explosivos.
Vasily:
—Lo tendré en cuenta.
Hannibal:
—Por cierto, Richard… ¿me ayudas a limpiar la escena?
Narrador:
Richard suspira. Después de cargar el cuerpo sin vida, solo pregunta dónde los ocultarán hasta que lleguen los de limpieza.
[Interior – Dormitorio de Richard – Noche]
Después de ayudar a Hannibal, Richard está exhausto. Solo quiere dormir. Pero al abrir la puerta, ve a Antonieta con una taza en la mano. A su lado están Esteban, Minerva y Alison, mientras Lemon y Valeria están de rodillas con los brazos levantados.
Richard:
—Al parecer te fue bien.
Alison (enojada):
—¡Richard, maldito hi…
Richard (interrumpiéndola):
—Ok, ok… entiendo. No quieres que diga nada…
Lemon (adolorida):
—¡Me debes al menos saber dónde fuiste!
Richard:
—A venderle un favor mío a alguien que tenía control del Cazador de Novatos.
Minerva:
—¿Qué hiciste?
Richard:
—Además de evitar que te disparen… logré convencerlo de que te salvaran a último segundo.
Antonieta:
—Dolió, Richard…
Richard:
—A mí también me dolió mi novatada.
