La Tercera Es La Vencida

Mientras llegan los resultados no pude esperar más, me muero por ver a las dos mujeres que me roban el aliento, me arreglé lo mejor posible y también lo hice con Franco, tomé mi pañalera y me dirigí al jardín de niños a la hora de la salida. Quería darles una sorpresa. Llegué muy temprano, así que nos tocó esperar en el auto, de lejos vi llegar a Sonia. Me bajé de inmediato y corrí hacia ella, sorprendida me preguntó que hacía ahí, pero antes de responder, le robé un apasionado beso, después le presenté a Franco y tomé su mano, la noté incómoda por si nos veían las otras madres, pero la miré a los ojos y le dije, no te soltare jamás, mientras caminábamos a la puerta le dije que ya era libre, ahora soy un papá soltero, y ella abrió los ojos con sorpresa, pero con un brillo de alegría que jamás olvidaré, tomó en sus brazos a mi hijo y el se acurrucó en ella como si de su madre se tratara, en eso sale Claudia, quien al notar mi presencia, corre a mis brazos ignorando incluso a su mamá, yo la cargo y le doy muchos besos, y ella me dice que me ha extrañado mucho, comienzo a caminar al auto y entonces ella busca a Sonia, al ver que viene detrás de nosotros con el bebé, la saluda y pregunta si es mi hijo, yo le digo que si, y ya en el auto, los acomodo a los dos en la parte trasera, y Sonia sube a mi lado, vamos a comer? Les pregunto, y las dos contestan en coro que si, pero la pequeña dice de inmediato a donde quiere ir, yo obedezco, solo con estar con ellas soy feliz. Obviamente, fuimos a un restaurante de hamburguesas y comida rápida, de esos donde hay juegos y venden unas cajitas con la comida y un juguete, hicimos el pedido y nos sentamos a comer, yo me senté con Claudia, que no soltaba mi mano y no paraba de platicarme cosas de la escuela, así que Sonia se sentó con Franco para alimentarlo mientras comía. Por un momento contemplé nuestro reflejo en el cristal de la ventana y me encanto lo que vi, una familia feliz, así debió ser desde un principio, pero ahora podía ser realidad. Ella se dio cuenta de lo que veía y sonrió. Seguro piensa lo mismo que yo.

Después de comer Sonia llevo a jugar un rato a Claudia a los juegos, pero ella no quiso estar mucho tiempo ahí, lo que quería era estar conmigo y con mi bebé, mejor vamos a casa, sugirió mi sirena, y la pequeña estuvo de acuerdo, quería mostrarme su cuarto y al bebé sus juguetes.

Una vez ahí pusimos a Franco en la cama, para que descansara, y ahí la princesa le mostraba todos los juguetes. Nosotros nos sentamos en el borde, cuidándolos y aprovechaba mis cuando la niña salía a, buscar alguna cosa para besarnos. Yo ya no quería parar, pero tuve que resistir y antes de que no pudiera, más, me despedí diciéndole al amor de mi vida que teníamos que hablar a solas, ella me guiño un ojo y me dijo que ya lo había pensado. Entonces quedamos en vernos la noche siguiente.

No pude dormir de tanta dicha, también de ganas de que pasara rápido el tiempo para estar con Sonia, esta vez no se me iba a escapar, sería mía si o si, y después de tantos años de soñar con eso, me entregaría a la mujer que he amado siempre.

Narra Sonia.

Menos mal que se fueron, yo estaba por caerle encima, tanto tiempo soñando con tenerlo y ahora que no se interpone nada por los niños tuvimos que aplazarlo. Dormí poco, pero soñé con el momento de tenerlo en mi cama, solo para mi.

Me levanté feliz, faltaba poco para nuestra cita, pero las horas se hacían largas y así paso el día, en una dulce tortura por la espera, recogí a la niña y la llevé con mi mamá, le dije que tenía una cita pero no con quien, y me fui a arreglarme, no me reconocía, me puse lo más atrevido que pude encontrar y me maquille, al final me gustó lo que vi en el espejo.

Él fue por mi, tenía la intención de ir a cenar fuera, pero yo ya no quería esperar, así que le pedí que pasara, el se sentó y me dijo que tenía mucho que platicarme, pero me senté sobre él y le susurre al oído, y que tal si mejor me lo pláticas en el desayuno, lo besé y ya no pudimos controlarnos, me cargó hasta la cama, y nos desnudamos con prisa, nos tocamos con urgencia y nos besamos todo el cuerpo, sentía tanto placer que no aguanté y le pedí que me penetrara, el obedeció y de una estocada entró en mi, yo grité, hacía tanto tiempo que no estaba con nadie que estaba muy estrecha, pero esto solo lo éxito más, intensificó sus movimientos haciéndome tocar el cielo, pero no paró, y yo tampoco quería que parara, seguimos hasta que no pudimos más y terminamos juntos, me abrazó y me cubrió de besos, al fin nuestros cuerpos se reconocieron y nuestras almas se juntaron para darnos la felicidad que por años nos fue negada, hicimos el amor no sé cuantas veces, y al final nos quedamos dormidos exhaustos pero plenos.

Nos despertamos y repetimos, no podría cansarme de sentirlo dentro, me derretía bajo sus manos y él parecía disfrutarlo igual o más que yo.

Nos duchamos y salimos a desayunar, y entonces al fin me platicó todo lo que pasó con la mamá de Franco y lo de la prueba de adn, no dije nada, pero mi corazón me decía que ese niño era de él, porque en cuanto lo vi, reconocí un pedacito del único hombre que he amado en esta vida.

Se fue a ver a su hijo y yo a trabajar, ya había pedido permiso de llegar tarde, así que quedamos de vernos nuevamente por la tarde, con los niños en el departamento, era nuestro nido de amor, pero si queríamos hacer las cosas bien, teníamos que hablar primero con Claudia.