ENTRE LAS SOMBRAS

Contenido sexual explícito para mayores de 18

MELODY

—¡Lo conseguí! —Dije chillando. —Volveré al mobbs, mañana es mi primer día.

Dominic quien no parecía muy feliz me miraba desde el sofá, había llegado recién de sus asuntos secretos y no parecía muy feliz, supongo que algo le salió mal.

—Deberías estar feliz por mi. —Le dije, al ver que no había obtenido ninguna respuesta, él suspiró.

—Es porque no estoy de acuerdo, Melody.

Oh vaya, me llamo Melody... está molesto.

Dominic normalmente me llama Melly o bonita, pero jamás por mi nombre, por lo que supongo -y porque me lo acaba de decir- no está contento con la decisión que estoy tomando.

— No puedes decidir por mí.

— Lo sé, pero no me pone muy feliz imaginarte bailando frente a otros hombres.

—Hable con Julia, el show solo serán dos canciones y no estaré más en las mesas. —Insistí. —Puedes ir a verme cuando quieras.

—No es eso, Melody. —Alce la ceja.

—¿Entonces que es? Porque sospecho que quieres controlar mi vida y hasta hace unos meses que te conocí, podía manejármelas sola.

—Solo estoy tratando de no arruinarlo y quiero el bienestar de ambos, de nuestra relación.

—¿Relación? —Pregunté.

Él se levantó del sofá y acortó la distancia entre nosotros, me tomo de la forma que tanto me gusta, puso sus brazos en mis caderas y mi pecho pegó contra el suyo, se puso a mi altura y depósito un suave beso en mis labios.

—Quiero estar contigo. —Murmuro sobre mis labios. —Me gustas más de lo que quisiera admitir, quiero que seas mía.

Me quede mirándolo, en sus ojos pude notar un brillo especial, ese que siempre tiene cuando estamos juntos, parecía sincero. En mi pecho golpeaban cientos de palabras por decir pero por más que lo intenté mi garganta no cedió.

—Déjame cuidarte y estar para ti toda la vida. —Siguió. —Eres tan jodidamente perfecta, Melly, que el imaginarte con un monstruo como yo, me destroza, pero no puedo evitarlo, te necesito más que al aire que respiro.

Él respiraba pesado y su aliento golpeaba mi cara, era una mezcla de tabaco y menta, delicioso.

—Yo también te necesito. —Le dije bajando la mirada, subió una mano a mi barbilla y levantó mi cara para mirarlo, me relamí los labios. —Quiero estar contigo, en todos los sentidos.

—¿En todos? —Dijo. Su voz era áspera, rasposa, pesada. —Pedirte que seas mi novia es muy cliché, así que diré... ¿Quieres que estemos juntos toda la vida?

Espere unos segundos mientras procesaba todo lo que acababa de decirme, me gusta, Dominic me gusta muchísimo.

—Quiero que el mundo sepa lo que significas para mí y que tú nunca lo olvides. —Murmure, esa no era mi voz, no la reconozco. —Así que sí, quiero estar contigo toda la vida.

Dominic no espero más y pego sus labios con los míos, era un beso salvaje, profundo pero agradable, ambos movimos nuestros labios a nuestro antojo, parecían danzar.

Me movió levemente hasta pegarme a la pared y levanto mis brazos atrapándome en su agarré, beso lentamente mi cuello e hizo un camino hasta que llegó al arco de mis senos, di gracias a Dios a que ese día llevará puesto un crop top sin tirantes porque con sus dientes lo bajo dejándolo sobre mi vientre, dejándome al descubierto.

—Eres perfecta. —Murmuro pesadamente antes de abalanzarse sobre mis senos, succionándolos con su boca. —Jodidamente perfecta.

Jadee, no había algo más en el mundo que me excitará que me besaran los senos y no es que haya tenido mucho conocimiento sobre relaciones sexuales, solo con mi primer novio, cuando tuve diecinueve años. Hace algunos años de eso.

Dominic soltó mis brazos y me giro rápidamente quedando de espaldas hacia él, podía sentirlo, estaba duro como una roca, su miembro pedía a gritos que lo sacará de su pantalón. Este no pareció en inmutarse y dirigió sus manos a mi trasero dándole un leve apretujón, gemí. Beso pesadamente mi cuello, suspiré. Me volvió hacia él y atrapó mis labios en un beso y le concedí el acceso a mi lengua.

Me tomo de la mano y me guío por el pequeño pasillo hasta llegar a mi habitación, en medio de un beso me llevó hasta la cama y nos recostamos ahí, su mano viajo hasta mi pantalón y lo desabotono, con mi ayuda logro quitarlo y lo tiró por algún lado de la habitación, junto a eso mi crop top que aún descansaba en mi vientre y su camisa, con su saliva lubrico su dedo y este viajo hasta mi feminidad, acariciándola, me estaba volviendo loca.

Con temor y vergüenza baje mi mano hasta llegar a su miembro, era grande, muy grande, este jadeo. Desabotone el pantalón y el se lo quito, ambos estábamos desesperados, comencé a masturbarlo.

—Dom, por-por favor... —Dije jadeando. El río lentamente.

—Arrodíllate. —Me dijo. Lo miré sin entender. —Arrodíllate, mi amor.

Me acaba de llamar mi amor... Esperen, ¡me llamo mi amor! *procede a correr en círculos en su mente*

Obedecí, me puse de rodillas en el suelo de la habitación y miré hacia arriba encontrándome con su cara, la luz estaba apagada, la única luz que nos alumbraba era la de la luna, podía verlo perfectamente sonriéndome pero no era una sonrisa cualquiera, era perversa y no sé porque pero me excita aún más.

Me acerco su miembro y abrí mi boca instantáneamente, me tomo del cabello sin llegar a lastimarme y comenzó a moverme, mi boca en su miembro lo era todo, no sabía que me encantaba hacer eso, porque realmente es la primera vez que lo hago. El ritmo aumentó, levanté mi mirada para verlo y nuestras miradas sé encontraron, él jadeaba y podía ver en sus músculos una ligera capa de sudor. Jugué con mi lengua en su miembro y pareció encantarle.

Me levanto del suelo con suavidad y me envolvió en un beso más, me recostó sobre la cama y comenzó a trazar un camino de pequeños y mojados besos que paso por mi boca, barbilla, cuello, senos, estómago y hasta que llegó a mi feminidad, gemí.

Dios, no puedo más...

Su lengua viajó por toda mi feminidad sin fervor, me retorcí en la cama de excitación, podía sentirlo rodeando mi clítoris, esta es la mejor sensación que he tenido en mi vida.

Momentos después se levantó, acercó su miembro a mi feminidad y comenzó a acariciarla con él, respire pesadamente. De su pantalóentróo una bolsita y hasta que lo ví, lo supe. Un condón. Se lo puso rápidamente.

Su miembro entro lento en mi, gemí una vez más y él también, nos miramos.

—Estás jodidamente apretada, bonita. —Dijo.

Comenzó con embestidas lentas y poco a poco fue subiendo el ritmo, yo gemía sin parar y él jadeaba, me tomo de la cintura para apoyarse y llevar un buen ritmo. No sé cuánto tiempo paso hasta que lo sentí, un escalofrío recorrió mi cuerpo, había tenido mi primer orgasmo, con él.

—¡Ah! -Grite al sentirlo. El me sonrió al saber lo que significaba.

—Mierda. —Dijo subiendo aún más el ritmo.

En realidad no se cuánto tiempo estuvimos en esa posición, era agradable para mí me sentía muy mojada, unos momentos despues paro de golpe. Había eyaculado. Se quitó el condón y lo dejo en el bote de basura que estaba ahí, se dejó caer a mi lado y quitó los cabellos que se me habían quedado pegados en la cara a causa del sudor.

—Te quiero, bonita. —Subió su cabeza hasta mi frente y depósito un beso húmedo. —Ahora estamos juntos para toda la vida.

—Yo también te quiero y si, para toda la vida.

Era verdad, estaba queriendo tanto a este hombre que me asustaba.