El Cachorro Del Rey

Frank llegó de nuevo a la sala con el acta genealógica de Astrid, era un pergamino gastado, que había pasado de generación en generación, se lo entregó a Gamma Oscar y tomó asiento al lado de Aurora, ambos se tomaron de las manos.

Oscar abrió el pergamino y empezó a leer, todo parecía normal hasta llegar a la una sección que estaba demasiado gastada por el tiempo, pero logro leer el nombre de uno de los familiares de Astrid.

- ¿Chandra Cameron? – Levantó la mirada hacia Frank. Él asintió.

- Si\, la misma – Respondió.

Oscar recostó su espada en el sofá.

- Ay mierda\, ¿Ella es descendiente de la sacerdotisa de la Luna? – Volvió a preguntar.

Frank asintió, aquel era un secreto que habían guardado desde hace muchos años, por órdenes de la sacerdotisa Chandra.

- Solo las mujeres de la familia Cameron se consideran descendientes directas de Chandra\, pero\, desde ella no hubo ni una sola mujer\, hasta que nació Astrid – Explico Frank.

Oscar asintió y volvió a mirar el acta genealógica, era verdad, solo había dos mujeres Cameron, Chandra y Astrid. Se levantó de su asiento y miro a la pareja.

- Necesito quedarme con esto – Dijo señalando el acta.

Frank miro preocupado, aquella acta había estado resguardada por mucho tiempo, ni siquiera fue necesaria cuando Astrid iba a unirse a Leandro, por lo que ahora lo preocupaba por lo que el Rey Lycan tenía pensado hacer con ella y con su hija.

- Descuiden\, el Rey Lycan no hará nada para dañar a Astrid\, al contrario\, la va a proteger – Dijo con una leve sonrisa\, aun no podía revelar que Astrid era la destinada del Rey\, pues eso no le correspondía a él\, mucho menos ahora al saber el linaje oculto de Astrid.

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Astrid terminaba de arreglar a su pequeño, aunque él seguía desanimado por la ausencia de Loki, sabía que entendía lo que Kaelen dijo. Acaricio su rostro con cariño.

- ¿quieres chocolate? – Preguntó Astrid.

Alain la miro con sorpresa, sus ojitos azules brillaron ante esa propuesta.

- Pero dijiste que no debo tomar chocolate – Dijo jugando con sus dedos\, aunque si quería tomar.

- Si\, bueno hoy te daré permiso ¿Sí? – Comentó\, no le gustaba ver a su pequeño desanimado\, además darle chocolate algunas veces no estaba mal\, después de todo era un niño no podía impedirle probar algo tan delicioso.

- Te amo\, mami- Alain la abrazo\, emocionado.

- Y yo a ti mi cachorrito- Astrid le dio un par de besos en sus rojas mejillas y lo cargo para bajar a desayunar\, donde sabía que él estaría esperándolos.

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Kaelen estaba en un enlace con Oscar, él le decía que tenía información de importancia sobre el linaje de Astrid y que eso podría ser la solución a lo que el consejo de ancianos planeaba.

- ¡Papi! – La voz de Alain se escucho entre aquel enlace.

Astrid lo miró podía entender que estaba en un enlace, ya lo había visto en Leandro en el pasado, aunque era algo diferente, pues Leandro normalmente quedaba inmóvil, según él necesitaba total concentración para mantener el enlace, pero Kaelen, al escuchar la voz de Alain se giró hacía a ellos.

Kaelen cortó el enlace y camino hacia a ellos, cargo al pequeño Alain en brazos, parecía estar más animado que hace unos momentos.

- Papi\, mami dijo que puedo tomar chocolate – Dijo emocionado ya en brazos de Kaelen- ¿Me puedes invitar del mismo de ayer? – Pregunto y se tapo la boca al darse cuenta que había revelado su pequeño secreto en frente de su madre\, se giró a ella.

- ¿Tomaste chocolate ayer? – Preguntó cruzando los brazos - ¿Le diste chocolate? – Se giro hacia Kaelen.

Kaelen sonrió con nervios y retrocedió unos pasos ante aquella mirada de Astrid.

- Es un chocolate especial\, así que no le afectara – Respondió abrazando a su cachorro quien igual estaba abrazando a su padre sin dejar de mirar a su mamá.

- No puedo creer que ya se guarden secreto entre ustedes – Soltó Astrid y suspiró\, miro a su pequeño aferrado a su padre y sonrió\, su cachorro en serio se parecía a su papá y eso le agradaba mucho.

- No te pongas celosa\, mi vida – Kaelen se acercó a ella y colocó una mano sobre su cintura\, atrayéndola a él – Tu y yo también podemos guardar secretos – Le guiño el ojo y Astrid se sonrojo recordando la noche anterior e incluso lo aquella mañana en la recamara.

- Mami\, te pusiste roja – Alain coloco una mano sobre la frente de su madre- ¿Estás enferma? – Preguntó preocupado.

Kaelen empezó a reír con fuerza.

- No mi amor – Astrid tomo la mano de su pequeño y le dio un tierno beso – Solo que tu papá quiere verme enojada – Sonrió y miro a Kaelen.

- No papi\, no es bueno ver a mami enojada\, ya te dije que hasta Loki se asusta – Dijo el pequeño colocando su mano sobre la mejilla de su padre.

Kaelen asintió ante la advertencia de su pequeño, pero el deseo de ver a Astrid enojada crecía en su interior, quería verla, saber porqué incluso el licántropo de su pequeño le tenía miedo a su hermosa mate.

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Después del desayuno, Kaelen se dirigió a la oficina, ahí esperaría a Oscar con la información que había obtenido en la manada Cascada azul.

- ¿Llegó Oscar? – Preguntó mientras se quitaba su saco y tomaba asiento detrás de su escritorio\, en su lujosa y cómoda silla.

- Si\, ya estaba en el estacionamiento – Respondió Danilo revisando la agenda - ¿todo bien? – Preguntó al ver la sonrisa en su rey.

- De maravilla\, Astrid me aceptó como su pareja – Respondió mientras encendía su laptop.

- Eso es bueno\, porque la reunión de los ancianos tiene como fin que escojas a una de sus candidatas como su pareja – Extendió la tablet a su Rey.

Kaelen la tomó y frunció el ceño al ver las imágenes de las mujeres que los ancianos habían elegido para él.

- Los voy a matar- Siseo dejando la tablet en el escritorio

- Sabes que no aceptaran a Astrid como reina al menos que venga de un linaje más alto que el de todas esas mujeres – Dijo Danilo.

- Me importa una mierda eso\, Astrid es mi destinada y por lo tanto también la Reina de Greven – Gruño dando un golpe en el escritorio.

Oscar entró en ese momento y dio un pequeño salto del susto.

- Ay mierda\, ¿no descargaste toda tu frustración con Astrid? – Dijo caminando hacia al escritorio y sentándose al lado de Danilo.

- Te voy a golpear Oscar – Lo amenazó.

- No es momento de jugar mi rey – Dijo extendiendo el pergamino que los Cameron le dieron – Es el acta genealógica de Astrid. - Sonrió.

Kaelen tomó el acta, era extraño que fuera un pergamino, normalmente las familias lo actualizaban en temporadas, para que no se perdiera nada sobre los antepasados.

- ¿Chandra Cameron? – Leyó el nombre sorprendido y levantó la mirada.

- ¿La sacerdotisa de la Luna? – Preguntó Danilo\, pues aquel nombre era muy reconocido a pesar del tiempo\, estaba en los libros de historia del Reino.

- Tu pareja destinada es la sucesora de la única Sacerdotisa de la Luna Chandra Cameron – Dijo con emoción Oscar.

- Déjate de bromas – Danilo le dio un golpe en el hombro.

- No es broma – Contesto Oscar tallándose el hombro- Frank Cameron lo confirmo. Si te das cuenta en la familia Cameron la única mujer después de Chandra\, es Astrid. Así que eso la convierte en su sucesora – Explicó.

Kaelen analizo aquel pergamino, Oscar tenía toda la razón, y tenía sentido por qué ella empezaba a comunicarse con su loba, su linaje sobrepasaba incluso el de él.

- Si el consejo de ancianos se entera de esto…no dudaran en aceptar a Astrid como reina – Dijo Danilo mirándolo.

- Pero también será peligroso si se filtra la información con mis enemigos – Comento Kaelen- Sin olvidar lo que dijo Loki\, que vienen por mi cachorro – Agregó.

Oscar y Danilo se quedaron pensativos, la solución a la reunión de ancianos era revelar el linaje de Astrid, pero eso también la pondría en peligro, tenían que pensar en la mejor solución.

- Podemos hacer la revelación a los ancianos que te han jurado lealtad\, de esa manera se creará una división entre el consejo y nos dará más tiempo para investigar sobre el enemigo que Loki menciono – Propuso Oscar aun tallándose su brazo por el golpe que recibió por Danilo.

- Buena idea – Dijo Danilo y arqueo sus cejas al ver como seguía tallándose su brazo.

- Que así sea – Acepto Kaelen y dirigió su mirada hacia el pergamino.

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Astrid estaba en la recamara con Alain, su cabeza seguía siendo un torbellino y el dolor aumentaba cada vez más.

Alain se sentó a su lado, había dejado de jugar con los juguetes que compraron el día de ayer.

- ¿Mami que tienes? – Preguntó el pequeño con preocupación en su rostro.

- Solo me duele la cabeza\, no es nada mi amor – Beso su frente y sonrió.

Alain asintió, se acomodo bien en la cama.

- Acuéstate en mis piernas mami\, te hare un masaje – Dijo el pequeño.

Astrid asintió ante la propuesta de su pequeño, recostó su cabeza sobre las pequeñas piernas de su cachorro.

Alain con sus pequeñas manos, empezó a darle suaves masajes en la cabeza.

- Todo va estar bien\, aquí estaré contigo hasta que te sientas mejor\, mami – Dijo con ternura aquellas palabras.

Astrid suspiró y cerró sus ojos, dejándose llevar por las tiernas palabras y masajes de su cachorro.