Mis Concubinos

Ambos giramos la cabeza en la dirección de dónde venía la voz y Alexander ya estaba a mi lado mirando de manera fría a Nicolás.

Nicolás: No tienes porque meterte, es un problema entre mi esposa y yo.

Alexander: En eso te equivocas, ahora yo también soy su hombre, lo que me da el derecho de meterme, ahora sueltala.

Nicolás se puso furioso y una vena sobresalía en su frente, me soltó y se giró para quedar de frente con Alexander.

Nicolás: Repite lo que acabas de decir.

Alexander lo miró de manera desafiante, cruzó sus brazos sobre su pecho y con una sonrisa burlona dijo.

Alexander: Ella ahora también es mi mujer, y no voy a permitir que la lastimen.

Nicolás estaba por golpear a Alexander, pero me interpuse entre ellos y extendi los brazos buscando proteger a Alexander.

Victoria: Ni se te ocurra Nicolás.

Nicolás: ¡Victoria!, ¿te pondrás de su lado?, yo soy tu esposo.

Victoria: Él también es mi hombre, no te metas con ellos y no habrá problemas.

Nicolás se puso pálido, parecía pensar en algo, luego se giró y se fue.

Dejé soltar un suspiro de alivio y me giré para ver a Alexander que tenía una sonrisa en su rostro y me miraba atentamente.

Victoria: Perdón por eso, no sé que le ocurre, últimamente está muy raro.

Alexander: No se preocupe su majestad, cuando me necesite sólo digalo, siempre estaré para usted.

Victoria: Gracias Alexander, lo mismo digo, si algún día necesitas mi ayuda sólo dilo, lo que sea.

Él me dio una pequeña sonrisa y asintió.

Me fui directo a la oficina y me tomé el té anticonceptivo de nuevo, según las chicas es muy efectivo y no me hará daño. Me puse a trabajar en todo lo que planeo hacer por la gente. Antes fui testigo de como los gobernantes no hacían bien su trabajo, ahora que estoy aquí quiero ser de ayuda para el pueblo, tal y como lo hacía la verdadera Victoria.

Terminé y a la hora del almuerzo decidí comer en un invernadero que está ubicado en algún lugar del jardín imperial, es un lugar muy hermoso, y necesitaba relajarme por lo que decidí hacerlo ahí. Cuando iba rumbo al invernadero a lo lejos pude ver a Elián entrenar con su espada, él también pertenece a la guardia real, y es normal verlo con la espada, se ve muy atractivo con su cara de concentración y sus armas, como Nicolle jamás hubiese podido ver a un hombre así, pero hoy aquí está, es Elián. Sonreí al ver que Yerik se le acercó con ojos de admiración y le decía algo a Elián, no sé que le dijo, pero ví a Elián negar con la cabeza y seguir con su entrenamiento, ¿qué estará pasando?. Ví que Yerik seguía molestando a Elián, pensé en intervenir pero decidí no hacerlo, ellos viven juntos en el harén, deben solucionar sus propios problemas. Si algo malo sucede entonces si haré algo, pero lo dudo, ambos son buenos chicos.

Seguí mi camino hacía el invernadero, todo estaba listo, comencé a comer tranquila, me puse a recordar a mis padres, ¿cómo estarán?, ¿que estarán haciendo?, y mis fans ¿cómo se habrán tomado la noticia?, eso me lleva a pensar ¿De verdad morí en ese accidente?. Estaba pensando en eso y sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, y las chicas lo notaron.

Dalia: Su majestad ¿se encuentra bien?, ¿por qué está llorando?.

Berta: ¿Se siente mal su majestad?.

Adela: ¿Debo llamar al médico del palacio?.

Victoria: No, no lo hagas, estoy bien chicas, no se preocupen.

Ellas se quedaron preocupadas pero no dijeron más; terminé de comer y me dirigí al Palacio, y allí seguían Elián y Yerik, sólo que ahora Yerik sostenía una espada torpemente y Elián lo estaba guiando.

Victoria: Así que era eso...

Dije sólo para mí, ellos se percataron de mi presencia, Yerik soltó rápidamente la espada y corrió hasta quedar frente a mí, Elián con más calma también se acercó.

Yerik: Su majestad, estoy aprendiendo a usar la espada, Elián me está enseñando.

Solté una pequeña risita, es muy lindo, es cómo un niño.

Victoria: Eso veo Yerik, hazlo bien, tienes un excelente maestro.

Ambos sonrieron satisfechos.

Victoria: Los dejó continuar, los veré después.

Elián: Vaya con cuidado su majestad.

Asentí con la cabeza y seguí mi camino. Me pasé el resto de la tarde trabajando, esto es realmente muy agorador.

Berta: Su majestad está muy estresada, ¿quiere que le preparemos un tratamiento para la piel?, para que se relaje y pueda dormir mejor.

Victoria: ¿Existe algo cómo eso aquí?.

Dalia: Por supuesto, antes todos los días estresantes se los hacía.

Victoria: Muy bien, entonces háganlo por favor.

Y así lo hicieron, hoy decidí quedarme en mi habitación, no iría al harén, serían muchas emociones en una semana.

Las chicas pusieron un montón de aceites y no sé que más cosas en la tina de baño, me metí y a mi cabello también le aplicaron un montón de aceites, en mi rostro pasó lo mismo, aplicaron un montón de cosas que nunca antes había visto pero tengo que admitir que se siente genial, en mis hombros también colocaron aceite y comenzaron a dar un masaje en mis hombros y rostro, esto era maravilloso.

Cuando terminaron me puse mi camisón y cepille mi cabello, despedí a las chicas y me acosté a dormir, llevaba dos noches sin poder dormir bien y hoy el día fue pesado por lo que caí rendida.

Estaba profundamente cuando comencé a escuchar ruidos en el balcón, siempre he tenido el sueño ligero, por lo que no me fue difícil oír los ruidos, me llené de miedo, ya una vez intentaron matar a Victoria y bueno... lo lograron, pero ellos no lo saben, ¿podría ser que quieran volver a lastimarme?.

Trate de pensar en otras cosas, intenté convencerme de que solo era mi imaginación, pero no, no era así, ahora escuché como intentaban abrir la ventana, inconscientemente comencé a llorar, ¿volvería a morir?, tomé fuertemente las sábanas entre mis manos mientras las lágrimas seguían saliendo, no quiero volver a morir, no quiero.

Finalmente escuché las ventanas abrirse.

¡Por favor, que alguien venga a salvarme!.