EL PRINCIPE Y LA RUBIA...

...María Ángel caminó por los pasillos de la gran mansión y se dirigió al jardín. El frío de la noche solo intensificó la soledad que en ese momento su corazón sentía....

...— ¡Qué tonta, fuiste María Ángel! Un hombre como ese es solo un sueño. Una mera ilusión, alguien inalcanzable, para una mujer con un pasado tan oscuro. Lo de Berni es únicamente deseo por mí, como lo dijo, desea mi cuerpo, no mi alma y mucho menos mi corazón. Él sabe que no es bueno para mí porque está comprometido, porque en su corazón está esa chica Anna. No sé si ella es muy afortunada o muy desafortunada....

...María Ángel sentía que sus ojos picaban con ganas de llorar, pero ¿por qué llorar? Debería estar agradecida de que por lo menos el rubio había sido sincero y no la utilizaría. Solo para calmar su calentura. Aunque en el fondo sabía que si él la quisiera utilizar ella lo permitiría porque lo deseaba de la misma manera....

...El gruñido de su estómago reclamando alimento, la hizo volver a su realidad. Camino hacia la cocina chocando con Candy, otra de las empleadas....

...— Señorita María Ángel, la estaba buscando. La cena está lista, el pequeño Theo la está esperando para cenar — dijo Candy con una sonrisa....

...— Gracias, Candy. Muero de hambre — respondió María Ángel....

...Al llegar al comedor, Bernardo se encontraba sentado a la cabeza de la gran mesa, como el príncipe imponente y atractivo que era. Tenía una sonrisa tentadora en sus labios, pues tenía una interesante y divertida conversación con el pequeño de cinco años....

...— Hermanita, quería preguntarte... ¿Si puedo aceptarle un regalo al señor Bernardo antes de irnos? — preguntó Theo....

...María Ángel miró a Bernardo y él se apresuró a explicar de qué se trataba el regalo....

...— No te preocupes, no le daré nada peligroso ni dañino. Theo me dijo que siempre ha querido coleccionar aviones de diferentes tipos y yo quiero cumplir su sueño — explicó Bernardo....

...— Entiendo — respondió ella de manera fría y distante —. Si Theo lo quiere aceptar, yo no me opondré....

...Ella dio por concluida la conversación y le sirvió a Theo y luego se sirvió ella y empezó a comer. Aunque tenía apetito, no le encontró sabor a la comida. La tensión entre ella y el príncipe era palpable, lo único que suavizaba un poco la situación era la risa y las curiosas preguntas que Theo le hacía a Bernardo acerca de los aviones. Al parecer, el mafioso era un hombre extremadamente culto, con un basto y amplio conocimiento en varias áreas....

...— Theo, termina de cenar. Te espero en la habitación para que te laves los dientes y te vayas a la cama — dijo María Ángel....

...— Permiso — dijo ella y se retiró rápidamente de la mesa....

...— No me gusta ver a mi hermanita así — dijo Theo al verla irse....

...El comentario del pequeño le causó curiosidad a Bernardo, quien interrogó con sutileza al pequeño....

...— ¿Así como? ¿A qué te refieres? — preguntó Bernardo....

...— Así, preocupada. Mi hermana cree que porque soy chiquito no se de sus sentimientos y sus emociones, pero yo sé muy bien cuando está triste, cuando está feliz y cuando está preocupada, y ahora lo está — explicó Theo....

...— ¿Y sabes qué le preocupa? — preguntó Bernardo con cautela....

...— No estoy seguro, pero creo que tiene miedo de que él monstruo nos encuentre y nos vuelva a separar — dijo Theo....

...— ¿A quién te refieres con el monstruo? — preguntó Bernardo, aunque ya sabía a quién se refería....

...— A Santino, ese hombre es muy malo. A mi hermano y a mí nos alejó por mucho tiempo de mi hermanita. Ella lloró y nosotros también. Todos suplicamos que no lo hiciera, pero ese monstruo no nos escuchó y se la llevó a la fuerza y la lastimó. Antes de que mi hermano muriera, él nos dejó ir a verla y ella tenía golpes en su rostro, en su cuello y sus manos. Ella siempre ocultaba lo que ese monstruo le hacía, pero nosotros lo descubríamos porque la bruja Genia y el ojos de gato hablaban sobre eso — explicó Theo....

...María Ángel decidió que aprovecharía los últimos días que le quedaban en esa mansión y disfrutaría de todo lo que pudiera sin cohibirse, pues no sabía cuál era el destino que la esperaba al salir de ahí. Por eso, decidió ponerse un bikini de dos piezas de esos que venían en la ropa que la princesa rusa le compró. Se cubrió con un bata de pareo y caminó rumbo a la piscina....

...Ella llegó hasta la piscina admirando la noche y el cielo estrellado. Varios de los escoltas que se encontraban haciendo su ronda dirigieron su mirada a la rubia de curvas perfectas, piernas largas y torneadas. Incapaces de decías su atención....

...Bernardo estaba revisando las cámaras de seguridad de la mansión, como lo hacía cada noche, inspeccionando personalmente la seguridad de su casa....

...Verla despertó su curiosidad por saber cómo lucía en bikini ese cuerpo perfecto que él había visto. Bernardo la observo detenidamente, tragando saliva con dificultad al verla lucir tan apetecible y sensual....

...Al quitarse el pareo, Bernardo hizo zoom a la cámara para poder apreciarla mejor. Las ganas de hacerle compañía lo invadieron y encontró la excusa perfecta para hacerlo....

...Ver cómo los tres escoltas la observaban nadar con destreza, admirados por su belleza, despertó sus celos y decidió ir a ponerlos en su lugar....

...Al bajar, tomó el radio y habló:...

...— Ustedes tres que están en la zona de la piscina, vengan inmediatamente a la entrada de la mansión. Les ordenó con autoridad....

...Sí señor, enseguida vamos — respondió uno de los escoltas....

...Bernardo, al igual que sus antecesores, era un hombre posesivo, con la mujer que le interesaba. Y aunque se negara a aceptarlo, la rubia ya se había clavado en lo más profundo de su ser y no dejaría que nadie más tuviera los pensamientos indecentes que él tenía con solo verla....

...Al bajar a la entrada de la mansión, los tres escoltas estaban de pie esperando a su jefe. Un escalofrío de pies a cabeza los recorrió al ver la mirada oscura y furiosa de su jefe....

...— Siempre les he dicho que las mujeres de esta casa no se observan con lujuria — dijo arqueando una ceja....

...— Señor, nosotros no... — intentaron explicarse los escoltas....

...— ¡Silencio! No he dicho que hablen — espetó Bernardo con enojo —. Quiero que sus malditos ojos no vuelvan a mirar a mi rubia. Si vuelvo a descubrirlos mirándola con deseo, considérense ciegos porque les arrancaré los ojos....

...— Ahora, ¡largo de aquí! Pidan relevos para cuidar la piscina después que mi rubia termine de nadar — ordenó Bernardo....

...La palabra de Bernardo era ley, así que ninguno dijo absolutamente nada, solo se limitaron a obedecer....

...Bernardo entró a la casa de nuevo, se sirvió una copa de vodka y la bebió de golpe, intentando ignorar lo que su cuerpo y su mente deseaban....

...El príncipe Thompson no pudo ignorar sus propios deseos y, sin meditarlo un segundo, caminó directo a la piscina. Ella nadaba con gracia y elegancia, sus movimientos al nadar eran hábiles. María Ángel estaba disfrutando la sensación de libertad y bienestar que le brindaba el poder nadar y disfrutar del agua después de mucho tiempo....

...Su cabello rubio flotaba en el agua, como una aureola de oro. Su piel brillaba bajo la luz de la luna, y su bikini de dos piezas resaltaba sus curvas perfectas. Bernardo se sintió atraído hacia ella, como un imán....

...De pronto, María Ángel sintió una mirada intensa clavada en su espalda mientras ella nadaba cruzando la piscina. Se detuvo en el agua y se dio la vuelta, buscando quién la observaba....

...Volvió a encontrarse con esa mirada oscura, llena de misterio y seducción, esa mirada que calentaba su piel de una manera única. Sus ojos conectaron con los de él e instintivamente se humedeció los labios. Al ver lo atractivo que se veía iluminado bajo la luz de la luna, María Ángel no entendía qué era lo que le pasaba con ese rubio que lograba desestabilizarla con tanta facilidad....

...— Disculpa por usar tu piscina — dijo María Ángel....

...— No tienes que disculparte — respondió Bernardo —. Puedes usarla cuando quieras. Vine porque tres de mis hombres estaban encantados admirando cómo nadabas, y soy muy egoísta porque no voy a permitir que nadie más te mire con deseo. Y por si eso ya no fuera una razón suficiente, suelo ser muy posesivo con las mujeres que me atraen como tú lo haces....

...Su voz fue baja y ronca, sus palabras fueron sinceras y eso hizo que el calor se extendiera por todo el cuerpo de María Ángel....

...— Al diablo con mis malditas prevenciones — pensó María Ángel —. Este hombre me enloquece y muero por probar qué se siente estar entre sus brazos y ser solo suya. Finalmente, pronto me iré y no quiero estar lamentándome por lo que hubiera pasado si me dejé llevar....

...María Ángel no supo cómo, cuándo ni de dónde obtuvo el valor para decir lo que dijo....

...— Me encantaría que me demostraras qué tan egoísta y posesivo eres conmigo — dijo María Ángel con una sonrisa provocativa....

...Sus palabras más que un desafío, fueron un reto certero, uno que lo hizo olvidar los límites que horas antes se había repetido que debía mantener con la hermosa rubia....

...Sin apartar su mirada de ella, se puso en pie, caminó a pasos decididos hasta el borde de la piscina y, sin decir nada, empezó a despojarse de su ropa....

...La rubia abrió sus ojos incrédula de lo que veía. Bernardo se desvistió con una lentitud deliberada, como si disfrutara del efecto que causaba en María Ángel. Su cuerpo era fuerte y musculoso, con hombros anchos y un pecho bien definido. Su piel era tentadora y suave, y su cabello rubio oscuro caía sobre su frente de manera desenfadada....

...María Ángel se sintió atraída hacia él, como por una fuerza irresistible. Su corazón latía con rapidez y su respiración se volvió agitada....

...— ¿Qué estás haciendo? — preguntó María Ángel, tratando de mantener la calma....

...— Te estoy mostrando qué tan egoísta y posesivo puedo ser — respondió Bernardo con una sonrisa seductora....

...Ella tragó saliva, incapaz de controlar su respiración y el fuego que se había encendido en su cuerpo, pese a estar aún dentro del agua......