Me Enamoré De Tu Amor

El laberinto había desaparecido, solo estábamos los tres parados de frente con la sangre hirviendo. Quizás éramos los únicos sobrevivientes así que debíamos enfrentarlo para rendir honor a su sacrificio.

Rhett no dejaba de sonreír pero tampoco se movía o lanzaba algún hechizo, lo que me ponía inquieta, el sol ya había asomado sus primeros rayos y los que siguientes empezaron a alumbrar el Cuartz provocando girará hasta detenerse y marcar cero.

-Celeste, Aiden, despidanse porque ahora soy mas poderoso que ustedes dos juntos. -Cada hechizo era más violento que el anterior, sus llamas cubrían el camino de enfrente mientras picos helados nos impedían volver y el no tenía herida alguna.

-Si hubieras sido mi esposa no tendrías que pasará por eso. Estarias tranquila en tu tumba y el sufrimiento no lo estarías contemplando pero elegiste traicionarme así que ahora perece, arrastrate y baña mis manos con tu sangre inútil maga. -Sentia cómo tanto Aiden como yo empezábamos a perder la calma, el enojo estaba aumentado, la ansiedad no se hacía esperar y ocupariamos los recursos que Rhett nos estaba proporcionando, su propia magia sería su fin.

-Espero que te guste tener la cabeza congelada y el cuerpo ardiendo - un ataque combinado servía de distracción para que Aiden pudiera acercarse a Rhett los segundos necesarios y quitarle en sentido.

-Alejate de mi huérfano estupido. No eres un príncipe, no eres nadie así que vete despidiendo. -Seguia lanzando rayos, enredaderas y viento helado. Sus hechizos solo estaban conectados con la naturaleza así que el hechizo reverso aún funcionaría solo debíamos esperar el adecuado.

-Que sentido le quitaste si aún puede ahhh, lastimarnos?

-No pude hacerle nada, estaba viendo el Cuartz mi amor y tengo una idea así que porfavor resiste. -Aiden tenía razón, el Cuartz se estaba volviendo gris y el reloj había comenzado a girar pero está vez solo marcaba una hora.

-Creen que esto es un juego de niños?, me advirtieron siempre de ti Celeste pero jamás te vi como una amenaza, solo eras una niña inútil,tonta,torpe que sentía merecer todo solo porque sus papitos le daban amor pero cuando tú magia brotó y todos te felicitaban en vez de a mi supe que debía quitarte de mi camino pero como? cómo sacas de en medio a una mocosa engreída a la que vigilan cada segundo del día? Yo te lo diré, fingiendo suicidio como vas a hacerlo ahora. -Lianas me perseguían,Aiden no podía ayudar, enredadera venenosa le cortaba la circulación de la pierna.

-Asi quieres jugar, bien juguemos Rhett porque jamás vas a tener ni la mitad de la magia que tenía tu padre ya que siempre careciste de ella,no podías ni mover una roca cuando tenías 7 años así que el inútil aquí eres tú. -congele las lianas y comencé a enviarle las espinas de sangre que forme en el jardín pero estás contenían paralizante así que podría aturdirlo mientras liberaba a Aiden.

-Celeste mi amor, vete y encuentra a tu madre yo voy a enfrentarlo. Fuiste lo mejor que la vida me dio y me gustaría

-Calla de una vez, no vine para dejarte solo y verte morir. Somos uno, recuérdalo. Pase lo que pase hoy no te abandonaré. Me diste cariño, me enseñaste a confiar en alguien a quien jamás le había visto el rostro y aún así me enamoraste. No te rindas ahora, ninguno de nuestro aliados lo hizo así que arriba y quitemosle esa horrenda sonrisa. -Aiden beso mis helados labios y lo abrace pensando no volverlo a ver. Una vez más los tres estábamos de pie dispuestos a acabar con el otro y no nos detendríamos hasta que el Cuartz se hubiera consumido.