"UN AMOR PROHIBIDO QUE NO MUERE
Kostas conoce a Athina, la hijastra de su hermana, en una boda. Es amor a primera vista, pero la edad y la relación familiar lo convierten en un tabú.
Cinco años después, Athina es secuestrada y Kostas se convierte en su héroe. El amor sigue vivo, pero el pasado y los prejuicios amenazan con separarlos.
¿Podrán superar las barreras y luchar por su amor?
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Capítulo Dieciséis
—Papá, ¿qué haces? ¿Por qué le vas a pegar a Consta? —Athina se despertó asustada por el ruido. Estaba aterrada viendo a su papá atacando a Constantin. ¿Como se enteró de que tuvo el bebé? Pensó nerviosa.
—¡Eso, defiéndalo! Claro, como es el papá de tu bebé. —Athina estaba en shock. —Ya no lo nieguen, estoy decepcionado de ustedes. Me enteré de la peor forma de que soy abuelo y que el papá es nada más y nada menos que mi hijastro.
—¿Que cosas dices? ¡Constantin no es el papá del bebé! —Athina trataba de explicar y con el alboroto Andreas se despertó llorando inconsolable.
—Sí, yo soy el papá —Constantin se echó la culpa y Athina trataba de calmar a su bebé que tomó de la cuna. Todo era un caos en esa habitación.
—¡Consta, no! Papá, no le creas, él no es...
—Ya, Athina, para qué negarlo más. Sí, Athanasiau, yo soy el papá de Andreas. —Constantin no la dejó hablar. Era evidente la confusión que Athanasiau tenía pensando que él era el papá de Andreas, pero si de esa manera salvaba a Athina, no lo iba a negar.
—Ay, Dios mío. Me va a dar algo. Me voy a infartar así como se infartó hoy Kostas. —Athanasiau se sentó a tomar aire y Athina no podía creer lo que había escuchado. El amor de su vida; se pudo morir mientras ella traía a la vida su hijo. «¿Eso era una señal?» Pensó.
—¿Mi tío Kostas? Pero, ¿está bien? —Constantin preguntó preocupado, y Athina ni siquiera era capaz de hablar.
—Está delicado. Algo le causó una angina de pecho y están estudiando las causas. Ni él ni Alondra se pueden enterar de esto —Athanasiau recordó que estaba enojado con ambos irresponsables —¿Pero qué carajos estaban pensando ustedes? Y tú, Athina, ¿esa es la confianza que me dices tener? Me has decepcionado mucho. —Athina lloraba abrazando a su bebé. Jamás había visto a su papá mirándola así. La estaba viendo con decepción.
—Perdóname, papá, por favor. Más bien, ven a conocer a Andreas, tu nieto. —Athanasiau se acercó a la cama donde estaba Athina y tomó al bebé en sus brazos.
Lo detalló bien, miró sus rasgos, su cabello negro, su piel blanca, su hermosa nariz y se le pareció a... Aunque el bebé estaba muy pequeño para parecerse a alguien, esos rasgos son característicos de los Papadakis.
Constantin también es un Papadakis, pero él se parece mucho a su difunto padre. ¿Será que? ¡No! Athanasiau alejó rápidamente esos pensamientos y la calma lograda en la habitación fue nuevamente rota por la llegada de Ivet.
—Amor, compré los girasoles que querías para Athina. —Ivet entró a la habitación con un gran ramo de la flor favorita de Athina y no se fijó que habían visitas.
—Amor? ¿Cómo así que amor? —Athanasiau casi suelta al gordito que tenía en sus brazos, al escuchar a Ivet dirigirse a Constantin como: “amor”.
—Ah, hola, señor Silas. Sí, Constantin y yo somos novios hace dos meses. —Ivet no entendía por qué todos la miraban de una manera extraña. Ahí entendió por qué el ambiente en la habitación estaba tenso: si el papá de Athina está ahí es porque se enteró de que es abuelo y no parece que haya sido de la mejor manera.
—¿Qué es este absurdo? —Athanasiau rápidamente le pasó el bebé a su hija. —Embarazas a mi hija, ¡pero eres novio de su mejor amiga!
—No, papá, las cosas no son así —Athina aun trataba de explicar, pero Constantin no la dejaba.
—Es que Andreas es mi hijo, pero Athina es la mamá de mi bebé e Ivet es mi novia. Pero tranquilo, Athanasiau, que al gordito no le va a faltar nada; yo voy a responder por mis actos. —Plaf. Un golpe directo en la cara recibió Constantin y cayó en el piso cuán largo es, acompañado del grito de las dos mujeres y el llanto de nuevo del bebé.
—¡Papá! —le reprochó Athina
—Te salvas de morir, porque eres el hijo de la mujer que amo. Pero ganas no me faltan de convertirme en un asesino. —Ivet sujeta a un iracundo Athanasius que le daba puntapiés a Constantin tirado en el piso. Hasta que el personal de seguridad de la clínica entró a la habitación y sacó a rastras a Athanasiau.
—¿Por que mientes? ¿Estás loco? Qué lío el que armaste. —Athina está en un manojo de nervios, pero intenta calmarse por su bebé.
—Hermanita, es lo mejor. Athanasiau no se puede enterar de que el papá de Andreas es el tío Kostas. —Athina miró inmediatamente a Ivet.
—¿Tú le contaste? —Ivet negaba y rápidamente Constantin la salvó.
—No, Athina, Ivet no me ha contado nada a pesar de que somos novios; ella es más fiel a ti y eso está bien. Yo me enteré atando cabos, y ahora que conozco a Andreas, estoy más que seguro. Además, con tu reacción me lo confirmaste. Athina, mi tío tiene derecho a saber que tiene un hijo. No sabes lo que él ha soñado con esto y no ha podido. Alicia es estéril. —Athina se sorprende con ese dato, pero inmediatamente le responde:
—No, Kostas no se puede enterar de que quede en embarazo. Él me trató de lo peor, me culpó de que lo drogara para tener sexo con él, me amenazó de que si me volvía a cruzar por su camino, me tenía que atener a las consecuencias. ¿Qué crees que va a hacer si se entera que tenemos un bebé? Hay dos opciones: o lo va a negar o me lo va a quitar. Por favor, Constantin, no le digas nada. —Constantin no estaba muy conforme, pero no iba a ir en contra de la voluntad de Athina. Además, quedó pensativo de la reacción de su tío. ¿Cómo puede pensar que Athina lo drogó para que tuviera sexo con él? eso no le cabe en la cabeza.
—¿Será que yo puedo opinar? ¿O ni a eso tengo derecho? —Ivet estaba ofendida, la miraron y asintieron para que hablara—. Lo mejor es que le digas parte de la verdad a tu papá. Que Kostas es el papá, pero que no supo que estuvo contigo porque los drogaron y que tú no quieres que él sepa. O, ¿crees que lo mejor es que piense que estuviste con tu hermanastro y que yo soy la tercera en discordia o que tenemos una relación poligámica? Guácala. Quedé como la más zorra de las zorras, qué vergüenza de tu papá. ¿Pensaron cómo me estoy sintiendo?
Ivet dio su opinión y Constantin corrió a consolarla. Athina entendió que lo mejor era decirle una verdad a medias a su papá que seguir en el engaño de que su hermanastro era el papá de su bebé.
—Ivet tiene razón. Voy a hablar con mi papá. —Athina esperaba que su papá le creyera y no fuera a hacerle algún reclamo a Kostas.
Al día siguiente, Athina fue dada de alta junto a Andreas. Al llegar al penthouse, ya estaba su papá esperándola. Debía irse a Londres para estar pendiente de la empresa, ya que Kostas estaba hospitalizado. Pero primero había una conversación pendiente, padre e hija.
Muchas felicidades mi querida autora,