Cecilia no nació para servir, pero la vida la encadenó al rincón más oscuro de la ciudad: un burdel decrépito donde los sueños mueren con cada amanecer. Sin padres, sin futuro, solo le queda una razón para seguir respirando: salvar a su abuela del abismo de la enfermedad.
Una noche de fuego y persecución, un acto de coraje cambia su destino. Al defender a una joven de unos agresores, sin saberlo, Cecilia protege a una princesa oculta... y así, sin pedirlo, es arrojada a la élite del imperio, al Palacio imperial: un lugar tan bello como letal, donde las apariencias reinan y la verdad se esconde tras coronas y cuchillos.
En ese mundo de intrigas imperiales, envidias silenciosas y secretos malditos, Cecilia ya no lucha solo por sobrevivir: lucha por reclamar un lugar que nunca le ofrecieron… y que ahora arderán por haberle negado.
NovelToon tiene autorización de Cecilia... para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cp 012
(Alfonso) - Si no puedes cuidarte por ti misma, deja de ser una molestia.
Exclamó Alfonso mientras se levantaba del suelo.
(Cecilia) - ¡!.
Cecilia al ver que se levantó hizo lo mismo enseguida.
(Cecilia) - ¿Te puedo hacer una pregunta?.
(Alfonso) - ....
Alfonso la ignoro por completo, sin embargo, Cecilia tomó su silencio como un sí.
(Cecilia) - ¿Porque me pediste que suplicará?.
(Alfonso) - ¿No te dije que dejaras de ser una molestia?.
(Cecilia) - .....
( Alfonso) - Deja de seguirme.
(Cecilia) - Es que...me dijiste que gritara tu nombre, ¿pero como podría si no me lo has dicho?.
En ese momento, Alfonso la acorraló contra la pared.
(Cecilia) - _Se_sonroja_ - ¡!.
(Alfonso) - ¿ Qué buscas?.
(Cecilia) - Dime tu nombre.
(Alfonso) - No es de tu incumbencia.
(Cecilia) - Si lo es, me gustas, y, por lo tanto, quiero saber al menos tu nombre.
(Alfonso) - No sabes lo que dices.
(Cecilia)) - Quiero conocerte.
(Alfonso) - Me temo que eso no es posible.
(Cecilia) - Lo haré posible.
En ese momento, Alfonso se acercó más a ella.
(Alfonso) - Dime algo...
(Cecilia) - ¿?.
(Alfonso) -... Si me acuesto contigo, ¿dejaras de ser una molestia?.
( Cecilia) - ....
( Cecilia) - Sinceramente no me opondría, pero me temo para tu desgracia que podría terminar enamorándome de tí.
(Alfonso) - ....
Alfonso al ver que no podría ganarle, se alejó de ella y susurró.
(Alfonso) - Que molestia.
Pero en ese instante Cecilia se quejo.
(Cecilia) - ¡Ay!.
El voltio a verla y se percató de que tenía una venda en su rodilla y un color rojizo sobresalía de ella.
(Alfonso) - Ven conmigo.
La agarro de la mano y la llevo a sentarse.
Ya sentada, Alfonso buscó algo para curar su herida y se arrodilló al frente de ella.
(Cecilia) - ¡!.
Esa acción hizo que Cecilia se ilusionara más de lo que ya estaba.
(Alfonso) - No hay duda de que eres una inútil.
(Cecilia) - ¿Porque me dices cosas así, si todavía no me conoces?, solo nos hemos visto dos veces, pero ya te atreves a juzgarme.
(Alfonso) - ¿Acaso estoy equivocado?, ayer cuando te vi solo tenías una herida, pero ahora que te veo tienes más de una, parece que te gusta ponerte en peligro.
(Cecilia) - {Se percató de todo eso... } - ¿Estás preocupado por mí?.
(Alfonso) - Esto no se trata de si estoy preocupado por ti o no, se trata de que debes de quererte y cuidarte, no ponerte en peligro, nadie te va a querer más de lo que tú misma te quieres.
( Cecilia) - ...
(Alfonso) - Cuando entiendas eso, ya nadie podrá herirte.
Cecilia se le quedó viendo.
(Cecilia) - Dime tu nombre, ¿quien eres?, ¿eres un caballero?.
(Alfonso) - No es algo que tengas que saber.
(Cecilia) - ¿Té amas tanto que eres tan egoísta y le impides a los demás quererte?.
(Alfonso) - Exactamente.
Cecilia al oír eso sonrió.
(Cecilia) - Eso es bueno.
(Alfonso) - ¿?.
(Cecilia) - Que te quieras, me alegra que sea tu prioridad.
Alfonso que estaba cambiando la venda de su herida, al oírla se detuvo por unos segundos.
(Alfonso) - ...
Para después seguir.
(Cecilia) - Pero no te preocupes, no me rindo tan fácil.
( Alfonso) - Acabé.
Alfonso se levantó.
(Alfonso) - Tu herida estará bien, te golpeaste la rodilla al caer y por esa razón empezó a sangrar, Pero no es nada grave, aún así, por más que sea un simple rasguño debes limpiarla cada tanto hasta que curé.
(Cecilia) - Si vengo, ¿ vendrías hacerme ese favor?.
(Alfonso) - Por supuesto que no, lo mejor será no volver a vernos.
( Cecilia) - Bien, en ese caso, si nos volvemos a ver, lo tomaré cómo una señal del destino.
(Alfonso) - ...
Alfonso volvió a ignorarla, se dio la vuelta y empezó a alejarse, Pero en ese momento Cecilia le gritó de atrás.
(Cecilia) - ¡Cecilia!.
En lo que el se detuvo.
( Cecilia) - ¡ Mi nombre es Cecilia!.
...~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~...
^^^Pasillos del palacio^^^
Tap, tap...
Cecilia caminaba de regreso a su habitación, cuando de repente una criada salió de la misma habitación del día anterior.
(Cecilia) - Hola.
La criada se sorprendió.
(Criada) - Señorita, ¿ qué hace por aquí?, ¿ necesita ayuda para algo?.
(Cecilia) - No, no, tranquila, solo pasaba por aquí.
(Criada) - Entiendo, bueno si me disculpa...
Cecilia se percató de que la criada llevaba en sus manos una bandeja con un plato de sopa prácticamente intacto.
(Cecilia) - Ese plato era para el hombre de ayer, ¿verdad?.
(Criada) - Así es señorita.
(Cecilia) - Pero parece que no probó ni un bocado.
(Criada) - Lo hemos intentado señorita, pero se reusa a comer y ya tiene semanas sin comer ni beber nada.
(Cecilia) - {No lo conozco, pero ayer cuando lo vi... estaba tan demacrado. } - Qué lástima, está prácticamente en los huesos.
(Criada) - Tiene toda la razón, yo también estoy preocupada, he sido su criada personal desde que era un niño, lo he visto crecer y convertirse en un gran hombre, verlo ahora en este estado me da pena porque el joven no se lo merece.
(Cecilia) - {No miente, se ve decaída} - Entiendo.
(Criada) - Ah, pero usted no se preocupe, el doctor vendrá dentro de poco a verlo y usted en este momento también es una paciencia así que lo mejor es que solo se preocupe por descansar para que pueda recuperarse pronto.
(Cecilia) - Déjame ayudarte.
( Criada) - ¿ Cómo señorita?.
(Cecilia) - Quiero intentar ayudarte, talvez se reusá a comer porque ve a la misma persona todo el tiempo.
(Criada) - Señorita, pero usted es parte de la familia imperial no puede hacer el trabajo de una criada.
(Cecilia) - { Ni siquiera recuerdo a ninguno de los que se hacen llamar mi familia} - Descuida, es solo un favor, además, nadie me está obligando, soy yo la que te quiere ofrecer mi apoyo.
(Criada) - Aun así...¿no debería bajar para el desayuno?, la deben de estar esperando.
En ese momento Cecilia le quitó la bandeja de la mano.
(Cecilia) - Te aseguro que nadie me está esperando.
¡Creak!...
La puerta de la habitación se abrió.
Y lo primero que vio Cecilia fue a un hombre sentado en la orilla de la cama.
(Cecilia) - ...
Tenía la cobija encima y estaba mirando la ventana con la mirada perdida.
( Cecilia) - Hola, mucho gusto mi nombre es Cecilia.
El hombre la ignoró por completo.
( Criada) - S-señorita.
Ella se acercó a la ventana y exclamó.
(Cecilia) - La mañana está muy linda, ¿no le parece?.
- ....
El no reaccionaba.
(Cecilia) - ¿Sabe que sería buena en una linda mañana cómo está ?...
Cecilia agarro el plato, agarro una cucharada de sopa y la acercó a la boca del hombre.
(Cecilia) -... Comer una rica sopa, ¿qué le parece si prueba un poco?.
Pero el hombre solo le empujó la mano bruscamente con el brazo m, tirando la cuchara al suelo.
(Cecilia) - { ¿ Cómo puede tener tanta fuerza estando prácticamente en los huesos? } - ....
(Criada) - ¿Vio señorita?, le dije que no funcionaría.
( Cecilia) - .....
Cecilia se le acabó la paciencia, puso el plato en la mesa y con sus dos manos agarro la cara del hombre, para mirarlo directamente a los ojos.
(Cecilia) - Dígame, ¿acaso su plan es dejarse morir del hambre?.
Pero el hombre al mirar sus ojos color carmesí, se sorprendió.
- ¡!.
Y enseguida la abrazó rápidamente de la cintura dejando paralizada del asombro a Cecilia.
- ¡Leyla, sabía que aún estabas aquí, no sabes cuánto te extrañe!.
Exclamó el hombre con una voz entrecortada y una lágrima corriendo por su mejilla, mientras, abrazaba cada vez más fuerte a Cecilia.
( Cecilia) - ¿ Qué?.