Ella descubrió que su marido la engaño siempre, al ir a llevar un pedido a un domicilio, la realidad le golpeó en la cara, él estaba ahí con su amante y una hija de la misma edad de su hijo mayor. No pudo enfrentarlo al sentir el dolor consumir su cuerpo, pero un joven la ayudo a entregar el pedido y se convertiría en su salvación, por más que ella era mayor que él, la edad no fue un impedimento, aunque tenían en claro que no podían soñar con un futuro, solo vivir el presente.
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XV La custodia de los bebes
#HOMERO
Cómo un idiota corro cada vez que me llama Norali, no aprendo más, no sé que tiene, que me hace, para que este atrás de ella a pesar de todo. Me la volvió a hacer, me llamo afligida, con su voz quebrada, ese tono que me parte el alma y derrumba todos los muros.
"Yo sola no puedo"
"Se puso mal nuevamente"
Salen sus palabras entre quejidos y llorizqueos que escucho a traves del teléfono.
"¿Qué pasa con Celso? Corriste atrás de él asegurando que no soy nada para ti"
Le reclamo.
"Te estoy hablando a ti ahora, te estoy hablando solo a ti" Es su respuesta.
"Si no puedes o no quieres lo entiendo, pero Luna necesita ir al doctor, yo soy muy débil, esto me parte el corazón " Termina por decir y antes que corte al sentir ese silencio al final de la línea, sedo, nuevamente ante ella.
"Espera, ya voy" Respondo resignado.
La acompañe, estuve con ella hasta que el doctor nos dió los analisis que debe hacerse la beba. Al llegar al laboratorio, me sorprendió encontrarme con Ella, que buscaba lo que necesitaba para el análisis de nuestros hijos.
Al verla no puedo evitar descargar mi frustración con ella, lo que me sorprendió que no se calló, está vez me dijo lo que pensaba, otras veces siempre escuchaba todo lo que decía y de ese modo me sentía aliviado al poder soltar todo lo que me abrumaba.
Para sumar más tensión apareció Celso, había sido que Norali lo llamo también, él creyó que llegue con Ella, pero enseguida ella descartó esa posibilidad al asegurar ante Celso que estaba con Norali.
-¿A QUÉ JUEGAS NORALI? ¿USAS A LUNA PARA TENERME CONTIGO? Le reclama Celso molesto.
-No, no es así, de casualidad me encontré con Homero. Asegura con esa voz que usa para hacernos sentir pena por ella.
-DIME HOMERO, AL MENOS POR RESPETO A LA AMISTAD QUE TENÍAMOS. ¿ELLA TE LLAMO? Me preguntó Homero.
Estaba entre la espada y la pared, debía responder al hombre con el que tenemos o ya no una amistad de años, y la mujer que me moviliza la tararira, pero al escuchar como ella siempre prefiere a Celso ante todo, solo digo la verdad.
-NORALI ME LLAMO. Fue mi frase corta y contundente.
-SE MERECEN LOS DOS. Dijo con los dientes apretados y se fue.
-¡¡ERES UN IDIOT@!!
Grito furiosa Norali, se le fue la actitud dulce y penosa que tenía hace un momento.
-TU MENTISTE. ME HACES QUEDAR COMO UN PENDEJO SIEMPRE. Y NO ME AYUDASTE CON MI DIVORCIO. Le digo.
- POR ESO ME QUIERES CAGAR LA VIDA. CON CELSO PUEDO SER YO. DEJAME SER YO CON ÉL. ENTRE NOSOTROS NO HAY NADA. SOLO FUE MECANICO. TU MISMO LO DECIAS UNA Y OTRA VEZ. SOLO FUISTE UN DONADOR. Me recuerda.
- MUY BIEN QUE TE GUSTO REPETIR. Y ME TUVISTE A TU ANTOJO, CUMPLIENDO TODO LO QUE NO HACÍAS CON CELSO. Le refresco la memoria.
-¡¡¡VETE A LA MIERD@!!!
Grita alejándose con Luna.
De la bronca me voy a un bar a beber, donde me encuentro con Celso que también está bebiendo, estamos en extremos diferentes de la barra tomando la bebida alcohólica que solicitamos en ese momento, siempre pido una espumosa como él, después de unas cuantas copas nos arrimamos.
-¿CÓMO LLEGAMOS HASTA AQUÍ? Me pregunta
-LA CULPABLE ES ELLA QUE NOS SABE MANIPULAR. Le digo.
Él suspira hondo, asiente tomando otro trago.
-ME SALISTE EN CONTRA EN EL JUICIO, ESO ME TOMO POR SORPRESA. Le digo.
-TE LO MERECÍAS. Me responde en seco.
-ESTAMOS A MANO. Le consulto.
-SEGUIRÉ MI CAMINO, YA TENGO TODO LO NECESARIO PARA EL DIVORCIO. ESTE NORALI DE ACUERDO O NO. TU SABRÁS QUE HACER. Me dice serio.
-CLARO. Respondo pensativo.
-ANTES QUE DECIDAS SI TE QUEDAS CON ELLA, DEBES SABER QUE NO ERES EL ÚNICO QUE TIENE, SABíA DE UN COMERCIANTE QUE VIAJA DEL PAÍS VECINO A ESTE. LA VERDAD NUNCA CREÍ QUE TU TAMBIÉN, LA MANERA QUE SIEMPRE HABLO DE TI, NO LO CREÍ POSIBLE. Me cuenta.
-¿QUIÉN? Indagó nervioso.
-TE ACUERDAS DE LA FIESTA DE LA EMPRESA QUE LLEGARON VARIOS SOCIOS POTENCIALES. NORALI HIZO RELACIONES INTERNACIONALES ESA NOCHE, CON EL REPRESENTANTE DE ELLOS, CULPO AL ALCOHOL, ESTUVE A PUNTO DE TERMINAR, PERO AL FINAL LE CREÍ Y SEGUÍ. Me cuenta.
Cierro los puños molesto y tomo mi trago sin respirar.
-FUI UN IDIOTA. Murmuro entre dientes.
En eso me choca uno haciendo que vuelque mi trago.
-¡CUIDADO! Le gritó molesto.
-¡¿A QUIÉN GRITAS?! Indagó al tiempo que me lanzó una piña.
Nos trenzamos a golpes, lo usé como una manera de descargar mi frustración, Celso también se lanzó a golpes con el que acompañaba al que me golpeó, salimos del bar dándonos unos buenos mazazos. Patadas, piñas voladoras, hasta que se escuchó la sirena de la policía y los tipos salieron corriendo.
Con Celso fuimos a su vehículo, muertos de risa, nos recordó a momentos de nuestra juventud.
-AÚN ESTAMOS BIEN. Me dice Celso.
-AÚN, NO PUEDEN GANARNOS. Le respondí.
-Vamos al doctor. Me dice tomándose el pecho, por lo que me puse ante el volante y maneje hasta llegar a un sanatorio.
Llegué presuroso llevándolo colgado de mí hombro, por suerte el médico de urgencias pudo atenderlo y librarlo de un paro.
-ESPERE EN EL PASILLO. Me señaló para que salga.
Estando en el pasillo se me hizo ver a Ella salir del sanatorio.
Me pare presuroso, salí buscando con la mirada hacia donde fue.
"Creo que solo me pareció" pienso, hasta que veo a Ella apoyada contra un auto siendo besada en el cuello por un hombre.
Sentí un sabor amargo al ver esa escena, me estaba por ir a ver quién era el tipo que se atrevia a besarla, cuando escuchó que me llama una enfermera.
-Señor Zorrilla, el doctor requiere su presencia. Me dijo.
Mí cuerpo quería salir disparado para golpear al tipo que tocaba con tanta libertad a Ella, que no se mostraba reacia a sus caricias, tenía una sonrisa y un brillo que hace mucho no veía en ella.
-SEÑOR ZORRILLA. Insiste la enfermera.
-Si, voy. Le respondo masticando bronca.
Al llegar el doctor suspira antes de hablarme.
-Debe pasar la noche aquí, así lo controlamos, no sea cosa que sufra otro episodio, no está para situaciones agitadas o que le sean de mucha tensión. Quiere hablar con usted. Me comenta el doctor.
-Entiendo. Le digo y paso a la sala.
-Homero, lamento que debas estar en esta situación por mí.
-No te preocupes. ¿Quieres que llame a alguien? Le pregunto al querer ir a ver a Ella si lleva a ese a su casa o donde va, aún tengo una aplicación que podía saber dónde ella estaba, cuando andaba con Norali, así me aseguraba dónde podía localizarla.
- Quiero pedirte que no le digas a nadie, en especial a mí madre, y si puedes hacerme compañía. Me pide Celso.
-Mierda. Masculino entre dientes, se ve que Ella reseteo su celular o algo le hizo no puedo saber dónde está.
-Me lo debes después de meterte con mí mujer. Escuchó que me dice Celso.
-Si me voy a quedar, no es por lo que me pides. Es que vi a Ella besándose con otro fuera del sanatorio. Le cuento, molesto.
-Estas perseguido, como tu se lo hiciste crees que ella lo hará. Me responde Celso.
-No, se que era ella. Le digo.
-Pensa un poco, ¿Cómo va a conocer a alguien?. Está siempre con los bebés o trabajando. ¿Cuándo lo hará?. Si está con los problemas del divorcio. Me dice Celso para que reflexione.
Su argumento no era errado, pero estoy seguro que era ella, aunque no había tanta iluminación. Debía sacarme las dudas, enfrentarla, que me diga en la cara, se cuando ella miente.
-Se lo voy a preguntar. Digo en voz alta.
-Te gusta meterte en problemas. Escuchó que dice Celso.
Me quedé a acompañarlo toda la noche hasta el otro día que lo lleve hasta la casa de sus padres, éramos dos personas adultas que volvían a la casa de sus padres, debido a nuestro fracaso matrimonial, aunque lo de él se debía en parte por mi culpa, solo me quería convencer de que lo hice por ayudarlo, pero la verdad era que quería saber que era estar con Norali. Y después de lo que me contó, Norali era de las que le gustaba tener admiradores, saber que tenía el poder sobre ellos. Fui un idiota al haber caído en su telaraña de mentiras.
Ahora me carcomía la bronca, quería saber si Ella ya tenía a otro, si era reciente o hace tiempo aprovechando mis constantes ausencias, porque me confíe de que solo yo era el hombre de su vida y no imponía mí presencia.
Fui a mí trabajo, presente el certificado de Celso, pero no me concentre, no podía hacer nada, regresaba a mí memoria esa escena de Ella siendo besada por otro y no logré ver bien quien era.
Al salir fui a ver Celso, por suerte se sentía mejor, compartimos un par de tragos en el porche de su casa.
-Aun sigues pensando en lo que viste anoche. Me indaga al ver que solo tomo trago a trago sin decir casi nada.
-Me alegro que estés bien. Le digo, decidido en ir a ver a Ella.
-No vayas a hacer lo que imagino que vas a hacer. Me dice Celso.
-Ahaa. Me incorporo desperezándome. -No te preocupes, todo tranqui. Le respondí.
Realice un par de vueltas, hasta que no aguante más y me fui a dónde antes vivía con Ella, vi luz, pensar que estaba con otro me puso más molesto, por lo que la llamé exigiéndole que salga a atenderme. Ella salió luciendo uno de sus vestidos de algodón fino que usa al salir de bañarse, sabía que no llevaba ropa interior, tenía la costumbre de dormir sin nada abajo, mis latidos se aceleran, pensar que otro la posee, me hace hervir la sangre.
Le dije que alguien me contó que la vio con un hombre, su manera de hablar tan segura me desconcierta, no puedo leer en su rostro si miente o no, cambio, ya no es la callada, insegura que titubeaba ante mí en las discusiones. Es excitante discutir con ella, me hace sentir sensaciones que antes no sentía.
De repente aparece un patrullero con un par de policías, me tuve que ir si no quería amanecer en la sombra nuevamente.
Decidido le solicite a mí abogado que use todo su poder para que pueda obtener la custodia de los bebés, si no podía tener a Ella, la obligaría a que esté conmigo. Estaba seguro que al no querer estar lejos de sus bebés va a ceder en compartir la custodia.
Pasaron los días hasta que por fin conseguí que el juez salga a mí favor, mí abogado es un genio, el abogado de Ella no pudo contra él.
Me aproximé a Ella, una vez que terminó de dictar el veredicto el juez.
-Ella, por nuestros hijos, podemos llegar a un acuerdo. Le dije sintiéndome triunfante.
Veo que toma aire, antes de hablar.
-Mi ciclo contigo terminó.
Y aunque duele, lo digo con la frente en alto y con la voz firme.
Ya no tengo nada más que ofrecerte, salvo reclamos y reproches nacidos del cansancio emocional en el que me dejaste.
-Tu me empujaste a esto.
-No quiero seguir en un lugar que me roba la paz, donde la sonrisa se esconde y la angustia se vuelve rutina.
-Ella, son mis hijos y los quiero conmigo, si quieres hay un lugar para ti.
-Te idealicé. Te soñé. Te puse atributos que nunca tuviste.
Me aferré a los recuerdos bonitos y a una ilusión de futuro que solo existía en mi cabeza.
-Podemos hacerla realidad juntos.
-Le di oportunidades a la relación que teniamos, no porque la merecieras, sino porque yo me negaba a aceptar que ya no eras la persona que me prometió amor.
-No dejemos que un error nos destruya, estamos a tiempo.
-Hoy lo entiendo: el amor no se pide y mucho menos se obliga.
Por eso te dejo ir, cierro este capítulo, y me quedo conmigo. Si quieres a tus hijos, solo te pido que los trates bien, no los uses por venganza.
-Porque me importan que me preocupe en que estén conmigo. ¿Por qué dejas tan fácil todo?
-Porque la relación más importante, la que nunca debo descuidar, es la que tengo conmigo misma. Y a esa, a partir de ahora, le voy a ser fiel.
-Entonces no amas a tus hijos como asegurabas.
-Les di la vida, me dedique cien por cien a ellos. Los amo con locura, por eso pongo fin a esta batalla entre los dos, si los quieres los tienes, aceptaré verlos cuando la justicia considere que deba verlos.
Concluyó con lágrimas en los ojos, se despidió de ellos con besos intensos. Al verla ir, un sabor amargo me invadió.
-LO CONSEGUIMOS, YA NO VEREMOS MAS A ESA CHUPA SANGRE, NO TE SACARA NINGUN PESO. Y SI LOGRAS QUE NO PUEDA VER A LOS BEBES, ESO SERIA GENIAL. Escuché decir a mí madre, en cambio yo no me sentía glorioso.
