Ecos Del Corazon

A la mañana siguiente cuando Sora despierta, todavía siente la emoción de que avía tenido un gran día, sabía bien que hoy tendrían que volver cada uno a su casa, así que Sora se queda esperando a que Mai se despierte.

Cuando Mai abre los ojos, se queda viendo a la ventana, se levanta y camina hacia ella, abriendo las cortinas y viendo como la mañana la recibía con más calidez que antes.

Al salir de su cuarto, ve a Sora sentado en una silla, tomando un café y en la mesa había media luna y mermeladas para poner a gusto.

"¿y todo esto?", preguntó Mai sin apartar la vista de las tostadas con queso.

"Aaaa, buenos días Mai, pensé que como era el último día, podíamos pedir servicio a la habitación", le decía Sora mientras mordía una tostada.

Sora invita a Mai a sentarse, se para y corre la silla de Mai hacia atrás, Mai se sienta, y luego Sora le ofrece prepararle café o si preferiría preparaba un poco de té.

Mientras que desayunaban, se acordaban del día anterior, contándose anécdotas de cosas que le parecieron divertidas y de otras que no pensaban olvidar, se reían y se sonreían como si fueran tórtolos.

"¿No será muy caro todo esto?", interroga Mai a Sora, quien la ve, con ojos tan grandes que Mai se veía reflejada en ellos.

"No te preocupes, traje suficiente para poder pasarla bien contigo", contesta Sora.

Al retirarse del Hotel, caminaron de nuevo al pueblo, él cuál se encontraba casi a una hora y media del pueblo vecino, solo que ambos pueblos eran el mismo, solo estaban divididos por colinas más altas.

El camino se hizo más corto de lo que pensaban, ya que para ellos habían estado caminando por horas, esta vez duraron menos.

Al llegar al pueblo a eso del Medio día, Sora acompaña a Mai a su casa.

"Nos vemos Sora, fue divertido", susurra Mai con una sonrisa en su rostro.

Sora la mira con una sonrisa de total seguridad y alegría," Sí lo fue, hasta pronto Mai"

Mai entra a la casa, y la recibe su madre, quien la abraza y la besa en la frente, "Mai regresaste, ¿cómo te fue?, cuéntame", empieza a lanzarle pregunta tras pregunta.

"Prepararé algo para poder comer, seguramente vienes con hambre, además tu padre llegará pronto", le dice yui.

"Sí, me ducharé y bajaré pronto mamá, te contaré todo", responde Mai.

Mientras tanto Sora estaba llegando a su casa, mientras que subía la colina, ve a su madre barrer la entrada de la casa, y al señor Hiroshi entregando un paquete a su abuela.

"Mira a ya viene Sora", grita Eri con gran alegría, su abuela mira y ve a Sora subir la colina mientras que las saludaba desde lejos.

"aah, pero si él es tu nieto, ¿verdad Yuka?", pregunta el Señor Hiroshi, "si así es, ¿ya se conocían?.

"Buenos días, ya llegué", dice Sora mientras casaba la caja qué el señor Hiroshi le entregaba a su abuela. "Buenos días señor Hiroshi", saludaba Sora.

"A si es ya nos habíamos conocido, si él siempre va por las mañanas y compra algunas cosas en mi tienda. Pero no Sabía que era tu nieto", Menciona Hiroshi.

"Dime la pasaste bien con mi hija Mai, ¿no te dio ningún problema", Comenta el señor Hiroshi.

"Para nada señor, su hija es una buena chica, la pasé muy bien", argumenta Sora.

"Ja, ja, ja, pero que muchacho, tiene que venir un día a comer en casa, yo te invito, así nos cuentas más sobre ti ja, ja, ja, ja.", ríe el señor Hiroshi mientras abraza a Sora por el cuello con una mano en su hombro.

"Bueno será mejor que me vaya, que tengan un Buen día", agrega el señor Hiroshi y procede a retirarse.

"Sora no nos vas a contar nada, Soraa", llamaba Eri, con voz animada y dudosa.

"Siii, después de bañarme", agrego Sora, mientras corría hacia adentro de la casa, apoya la caja en la mesa, y luego sube las escaleras.

Eri se queda viéndolo, y Yuka se acerca a ella y apoya una mano sobre su hombro.

Cuando el señor Hiroshi llega a su casa, ve que Yui y Mai se encuentran preparando la mesa para poder comer, lo reciben ambas con atención y Mai estaba más alegre que nunca.

"Sabes hija, el chico con el que saliste, resulta ser el nieto de Yuka", Comenta Hiroshi.

Mai distraída, mientras Ponía el último Plato, no escucho a su padre, quien la estaba hablando, "Mai, ¿Mai me escuchas?", Preguntó el papá.

"aah perdón papá, decías?", Mai estaba distraída metida por completo en el ayer y sus recuerdos.

El señor Hiroshi la mira, y ve en Mai una mirada que él había creído perdida, la sonrisa de Mai era más cálida y mucho más brillante, pensó que como padre debía advertirle sobre Salir con chicos.

A pesar de su responsabilidad como tal, sabía que su hija no era alguien que apresure las cosas, por lo que borro toda lógica y dejo que hablara su corazón," Te decía, que podríamos invitar al nieto de doña Yuka a la casa un día de estos", le dice a Mai.

Yui ve a su marido, y lo abraza desde atrás y besa su cabeza," que gran padre eres", le dice, mientras que ven a Mai darle de comer a su gato.

"Por su puesto", responde Mai con un gran sonrisa en su rostro.

Los días volaban poco a poco, se sentían lentos y a veces rápidos, Mai seguía en el súper con su papá, por las mañanas Sora iba a comprar y las charlas se hacían largas y duraderas.

Otras veces, Kaito también se encontraba allí, entre los tres las pláticas eran divertidas. Sora por la mañana compraba cosas que su abuela le pedía, y por la tarde él iba por su propia voluntad.

Hablaba con Mai, otras veces Ayudaba al señor Hiroshi, y cuando Kaito descansaba se sentaba con él al borde de la vereda y tomaban un refresco juntos.

Mai al verlos recordó su pasado, Cuando solía hacer lo mismo con Emily y los demás, un sentimiento de melancolía la invadió, cuando mira a Kaito sentado hablando con Sora, por un breve momento pudo ver a Emily, Cecili y Sato, sentados allí también.

Sora voltea hacia donde ella se encontraba y sonríe, mientras que Kaito se empinaba la botella saboreando las últimas gotas que le quedaban.

"Muchas gracias Sora", le dice kaito mientras que juega con la botella.

"¿Gracias? ¿Por qué?", preguntó Sora con una mirada confundida.

"Por qué gracias a ti Mai vuelve a sonreír, nunca había visto a Mai hacerlo de nuevo", kaito voltea hacia atrás viendo a Mai.

Sora quería preguntar, aunque había algo que no lo dejaba hacerlo, sabía que sería un error tratar de meterse en sus relaciones.

"¿Te gusta?", Pregunta Sora a Kaito mientras lo ve fijamente de lado.

"¿Qué? ¿quién?" Kaito intenta disimular, pero quería decirlo, soltarlo todo con alguien, solo que sabía perfectamente que él ya había sido rechazado sin intentarlo.

"¿Mai?, no claro que no, ella y yo solo somos amigos ja, ja, ja", Kaito muestra una risa a Sora que parecía ocultarlo todo.

Kaito se levanta de la acera, y tira la botella a la basura, se dirige hacia adentro del súper, pero antes de entrar se detiene, "Sora ¿crees que es posible cambiar el pasado?", pregunta Kaito.

Sora no sabía lo que Kaito intentaba preguntarle, ya que había muchas cosas que él no sabía, en tan solo un segundo miles de recuerdos le llegaron a la mente, golpeándolo con tal fuerza que no lo dejo reaccionar.

Kaito al ver que Sora no le responde, da un paso, pero antes de poder dar el siguiente Sora le contesta. "Creo, que lo mejor que podemos hacer es intentar no cometer los mismos errores en el futuro", le responde Sora mientras ve hacia el suelo.

Kaito entra al súper, "¿de qué hablaban?", preguntó Mai, "aah de nada", responde Kaito.

Sora entra al súper, y le dice a Mai que él ya tenía que irse, pero antes compra un poco de pan, y un maple de huevos para llevar. El señor Hiroshi le dice a Kaito que por hoy ya había terminado su turno y que podía retirarse.

Kaito le detiene a Sora y le dice que caminen juntos a sus casas, "Bueno ayúdame a cargar con esto", le dice Sora entregándole la bolsa de pan.

Mientras caminaban a sus casas, se encuentran con los dos señores que siempre suelen tomar café y jugar ajedrez en la cafetería del pueblo, "Buenas tardes, chicos, ¿cómo estás Kaito?, hace tiempo no van a jugar, ¿están todos bien?, pregunta uno de ellos.

"Buenas tardes, si todo bien, es solo que ahora se nos complica un poco, pero le aseguro que iremos", responde kaito.

Ambos se despiden y siguen su camino, "¿quiénes son?, pregunta Sora, "ellos, son el señor Kirishima y el señor Kuro, solíamos ir a jugar ajedrez cuando estábamos los cinco juntos", Dice Kaito.

"¿y qué fue lo que paso?, ahora que recuerdo, Mai se fue ese día en la playa, ¿por qué habrá sido?, pregunta Sora.

Kaito suspira fuertemente, se detiene y da un giro mirando hacia el lago, el cielo se reflejaba en él volviéndolo como el color del fuego, y podían ver al otro lado del lago, como las personas entraban y salían de la iglesia.

"No soy yo, quien debe contarte sobre Mai, eso te lo contará ella en algún momento. Sora quiero que entiendas que si ella no se aparta de ti, es porque tiene confianza en ti, no la lastimes por favor", dice Kaito.

Sora mira a Kaito y puede ver en el que hay más de lo que él creía, "jamás lo haría, ¿pero qué paso con ustedes?, ¿no eran buenos amigos?, pregunta Sora nuevamente.

"Hace un año, antes de que llegaras, solíamos ser amigos, hubo un malentendido entre nosotros y no supimos arreglarlo"

"Mai se apartó de nosotros, y por más que quisimos disculparnos, nada volvió a ser igual, y todo fue mi culpa por abandonarla"

"Intente arreglar las cosas, así que me disculpe con cada un de ellos, aunque Emily aún no me perdona por lo que hice"

"Junte a todos de nuevo, aquel día en la playa, con la intención de disculparnos con ella, pero cuando ella vio a los chicos salió corriendo"

"Discúlpame Sora ese día te metí a ti en esto, porque creí que sería una buena oportunidad, para que los chicos se disculparan", le cuenta Kaito a Sora, quien estaba paralizado con todo lo había oído.

"No te culpo Kaito, eso me demuestra que eres un gran amigo", "puedo ayudarte si lo quieres, pero no esperes mucho ¿he?", responde Sora.

kaito mira a Sora, y le da un buen brazo rodeando su cuello, "Hay he los huevos", grita Sora, que tenía en sus manos el maple, "Ja, ja, ja, ja, ja", Kaito se ríe y siguen caminando mientras juegan.

"Bueno nos vemos", dice kaito, mientras saluda a Sora abriendo el portón de su casa.

"Nos vemos", Sora casa la bolsa del pan y sigue su camino colina arriba, el atardecer en el pueblo volvía a caer una vez más, el murmullo de la persona caminando, el sonido que producían los pequeños riachuelos que corrían por los costados de las calles, y el cantar de las aves, le daban una sensación a Sora de estar soñando.

Todos estaban en sus casas, pasando el día a día como mejor podían, otros con pesar en sus Corazones, otros aburridos y pensativos, algunos ayudando como podían, o estudiando.

Emily se encontraba en su habitación, pintándose y arreglando sus uñas, Cecili se la pasaba en con su guitarra en la casa, componiendo sus canciones, o viendo algún que otro video en el celular, Sato jugaba sus juegos y de vez en cuando ayudaba a su madre a limpiar la casa o su padre en la huerta.

Y Kaito quien no podía mantener su sonrisa, intentaba seguir adelante sin preocupar a nadie, Mientras que Mai, cuando estaba en su habitación, se sentaba en el borde de la cama mirando hacia la ventana, preguntándose si algún día podrán cambiar las cosas.

Sora se encontraba compartiendo como siempre una cena en familia, con su abuela y su madre, todo parecía un sueño, tanto para Eri como para Sora, reír sin ningún problema o preocupación, era algo que habían olvidado.

Así llega la noche, envolviendo a todos con su manto de soledad, de vacío y de luces al final del camino, aferrandoce a lo único que tenían para poder creer, "Fe".