Una Segunda Oportunidad

Su madre cayó accidentalmente por las escaleras, se rompió un tobillo, un brazo y tuvo una contusión, lleva dos semanas en el hospital y por fin hoy le dan el alta, lo sé porque Joseph me mantiene al tanto de todo.

Desde mi conversación con Jared, no ha vuelto a llamar, está cumpliendo su promesa de respetar mi espacio, firmó el divorcio, lo sé porque mi abogado me lo notificó unos días después de su regreso a New York.

¿Estoy destrozada? Sí.

Justo en el momento que decidí decirle todo y darme una nueva oportunidad, pasó todo esto, a eso sumándole que él por fin decidió no saber nada de mí, cada vez pinta peor mi situación.

- Buenas tardes\, Irina –Theo entra a mi oficina- Hora de irnos\, te llevaré a cenar pizza.

- Oh Dios mío\, se me hace agua la boca solo de pensar en una pizza.

- Pues vamos.

Salimos a comer, pasar el tiempo con Theo me hace bien, nos divertimos bastante, ahora sé que Theo es un poco mayor que Jared, que se volvió director por deseos de su padre, que tiene una hermana menor que decidió estudiar diseño de modas en contra de la voluntad de su padre, y que su madre es una ex reina de belleza y modelo de los sesenta.

Theo es un hombre bueno al que parece que el amor ha estado ignorando deliberadamente, o tal vez no, decido preguntar.

- ¿No te has casado o enamorado locamente? –llevo un tercer pedazo de pizza a mi boca y le doy un mordisco.

- Estuve comprometido –dice dudando por un momento antes de seguir- Ella era todo lo que yo no soy.

- Dicen que los opuestos se atraen –digo sonriéndole.

- Claro\, no cuando tu opuesto es un celoso controlador que ni siquiera soporta que trabajes –dice dándole un trago largo a su refresco.

- Lo siento.

- No\, la verdad es más que eso\, todo al principio era normal\, como cualquier relación\, estábamos muy enamorados\, ella me parecía la mujer más fascinante del mundo\, tuvimos una relación de un año y creí que estábamos listos para dar el siguiente paso\, nos comprometimos\, y allí fue cuando todo cambió\, se obsesionó con la boda\, quería que fuera rápida\, se enojaba cuando le planteaba algo a largo plazo\, quería que viviéramos juntos\, lo acepté\, compre una casa\, nos fuimos\, comenzó a querer manejar mi tiempo\, discutía si tenía que trabajar hasta tarde\, si me salía algún viaje de negocios era fin de mundo\, días de peleas\, celos de toda mujer que me hablara\, no importaba el motivo\, ella siempre estaba celosa\, desconfiando de todas\, de mí.

- Es más que complicado –digo pensando en Theo como pareja de alguien- Eres bastante encantador\, quizás le asustaba demasiado perderte… de cualquier manera no es sano.

- Yo cuando me enamoré de ella\, no tenía ojos para nadie más\, no soy hombre de perdonar traiciones\, así que tampoco soy de traicionar\, su error fue no entenderlo –dice sonriendo melancólico- Te sorprendería saber que cuando decidí terminar la relación\, el más lastimado fui yo.

- Créeme\, entiendo perfectamente de que hablas –digo pensando en Jared.

- Creo que\, si fuera otra ocasión y en otras circunstancias\, te tomaría de las manos\, te besaría y me permitiría enamorarme de ti ciega y perdidamente –me ahogo un poco con mi refresco y él sonríe mientras me tiende una servilleta- Pero ambos sabemos que eso me convertiría en un masoquista\, en un pobre diablo enamorado de una mujer ajena\, no nací para ser un mártir.

Me sonrojo por completo y él suelta una carcajada que me hace sonrojar aún más, si es que es posible.

- No digas cosas como esas.

- Vamos Irina\, no seas modesta\, eres una mujer exitosa\, hermosa\, inteligente\, divertida…

- Embarazada.

- Premio doble –dice haciéndome reír- Lo que me detiene no es tu embarazo\, sino lo enamorada que estás de Jared\, y sé que van a resolverlo\, tengo fe en que sean muy felices juntos.

- Gracias\, Theo\, eres un buen hombre.

- Y apenas te das cuenta –ríe y se levanta- Voy al baño\, no vayas a fugarte.

Me termino mi pizza y pienso un poco en las palabras de Theo acerca de Jared y de mí, él tiene razón, estoy completamente enamorada de Jared, así ha sido desde hace demasiado tiempo, si todo lo que Jared dijo es cierto, entonces él es quien debe decidir si quiere estar con nosotras, si quiere que su hija forme parte de su vida, no tengo el deber y mucho menos el derecho de decidir por él.

Marco el número de Joseph, contesta enseguida.

- Joseph\, voy a decirle todo a tu hermano –se escucha silencio del otro lado del teléfono- Tienes razón\, él debe saberlo.

- ¿Saber qué? –quedo paralizada.

- Jared…

- ¿Qué es lo que debo saber? –pregunta de nuevo y no sé qué responder.

- ¿Irina\, todo está bien? –pregunta Theo volviendo del baño- ¿Pasa algo?

- No Theo\, todo está bien\, ya terminé la cena\, discúlpame un momento.

Vuelvo mi atención al móvil.

- Jared solo… escucha\, necesito hablar contigo.

- Estás cenando con él… Debe ir en serio contigo\, ya entiendo\, eres libre Irina.

- Jared\, no es así.

- Si es eso lo que debías decirme\, pues no te preocupes\, me doy por enterado –cuelga el teléfono y quedo muda.

Todo siempre está borroso entre nosotros, como si deseáramos entendernos, pero habláramos un idioma completamente distinto, siempre algún problema, siempre alguna confusión o alguna maldita excusa interponiéndose entre nosotros.

Guardo mi móvil y decido que es mejor viajar para poder hablar con él.

Vuelvo con Theo y él me lleva a casa, para por fin relajarme y pensar las cosas, tengo un par de pendientes que resolver, pero no pospongo demasiado el viaje, por el contrario, me compro un pasaje a New York que salé en dos días y por primera vez en semanas soy capaz de dormir tranquila con la decisión que he tomado, las cosas se van a resolver cara a cara, no puede ser de otra forma.