EL DESPERTAR DE LA HEREDERA

"Mi lugar favorito es contigo".

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La noche estaba despejada, y la luna llena brillaba como un farol inmenso en el cielo. El bosque parecía detenido, en el tiempo, como si la naturaleza misma quisiera presenciar lo que estaba a punto de suceder.

Ella se había alejado un poco del campamento, buscando espacio para entrenar en soledad. Pero no estaba sola: lo sintió antes de escucharlo. Su presencia siempre era así, un calor que le recorría la piel, una tensión que encendía algo en lo más profundo de su ser.

* ¿Otra vez siguiéndome? preguntó sin girarse, aunque la sonrisa traviesa se dibujaba en sus labios. ¿No te cansas?

Tal vez, respondió él, su voz grave cargada de ese orgullo imposible de disimular. O tal vez vine a comprobar que no te sobrevaloras.

Ella rió suavemente, girándose hacia él con los ojos brillando como estrellas.

¿Quieres probarme? le susurro con voz juguetona

El desafío quedó suspendido entre ambos. Un paso, luego otro, hasta que la distancia desapareció. Ella sintió su respiración rozando la suya, el calor de su cuerpo tan cerca que resultaba imposible ignorarlo.

Su loba lo reclamaba, la incitaba a probarlo, a marcarlo, ella no entendía el porqué, solo seguía su instinto, ese hombre era suyo

* No eres como las demás, murmuró él, con una mezcla de rabia y deseo. Me irrita no poder apartarte de mi mente.

Ella arqueó una ceja, disfrutando cada palabra.

*Quizá porque sabes que no me necesitas… pero yo tampoco a ti.

Él también la deseaba su lobo la pedía a gritos, quería marcarla, clavar sus colmillos en ese hermoso cuello, quería que todos supieran que era suya y de nadie mas

gruñó suavemente, como si esas palabras encendieran una chispa peligrosa. Sin pensar, tomó su rostro entre las manos y la besó con fuerza, un beso cargado de todo lo que había estado conteniendo: pasión, frustración, atracción.

Ella no se rindió. Respondió con la misma intensidad, dejando claro que no era una muñeca frágil, sino fuego puro, igual o más salvaje que él.

Cuando al fin se separaron, ambos respiraban agitados, mirándose como si hubieran cruzado un umbral del que ya no había regreso.

Eres un desastre para mi cordura confesó él en voz baja, tocando su frente contra la de ella.

Ella sonrió, acariciando suavemente su pecho antes de apartarse con elegancia.

Y tú eres demasiado orgulloso para admitir que ya no puedes escapar de mí.

Él la miró, deseoso, casi dolido, mientras ella se daba la vuelta y caminaba hacia el claro, con la seguridad de quien sabe que ahora él la seguirá donde sea.

Y en lo alto, la luna fue testigo de un vínculo que, aunque recién nacido, ya era imposible de romper.

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Ella no es sumisa, sino que juega de igual a igual.

Él comienza a aceptar (a regañadientes) lo inevitable: no puede vivir sin ella.

Ahora la tensión emocional sube justo antes de la llegada del emisario, que tendrá un blanco mucho más difícil de separar.

⚔️🌙 Duelos y promesas

El amanecer tiñó el bosque de tonos dorados y escarlatas. La bruma se deslizaba entre los árboles como un velo, creando un escenario perfecto para lo que estaba por venir.

Ella ajustó sus brazaletes de cuero y lo miró con una sonrisa desafiante.

¿Listo para perder?

Él arqueó una ceja, con esa arrogancia que lo caracterizaba.

Yo no pierdo.

* Ya veremos replicó ella, adoptando posición de combate.

Habían pasado dos días desde su último encuentro, la tensión entre ellos era palpable, las ramas de los árboles susurraban en cada encuentro de ellos

sabían que eran enemigos, que lo que sentían estaba mal, pero en verdad estaba mal, ¿porque sus dioses habían decidido unirlos si estaba mal?.

necesitan respuestas a esas preguntas.

Atka se movía agitada, dando vueltas en su mente, quería mostrarse, pero aún no era tiempo

El choque fue inmediato. Ella se lanzó con velocidad, sus movimientos afilados como dagas; él bloqueó con facilidad, sorprendido por la fuerza que cada día se volvía más evidente en ella. La pelea se convirtió en un baile: golpes, esquivas, giros, risas contenidas y gruñidos de frustración.

En un momento, ella liberó un destello de energía, su poder híbrido vibrando en el aire. Él se tambaleó apenas un segundo antes de responder con su propia fuerza, un rugido de su lobo resonando en el claro.

La tierra tembló bajo sus pies.

* ¡Qué diablos fue eso!

Controla ese poder ordenó él, mientras la sujetaba por la muñeca, respirando con esfuerzo.

No, dijo ella, liberándose con un giro. Sus ojos brillaban, intensos, como si la luna misma los hubiera encendido.

Volvieron a enfrentarse, pero esta vez no como enemigos, sino como aliados poniéndose a prueba. Él descubrió que su fuerza se potenciaba con la de ella; ella entendió que su control se afinaba al sentir la estabilidad que él le transmitía.

El combate terminó con ambos en el suelo, jadeando, riendo entre la hierba.

* Tal vez no seas tan malo después de todo, bromeó ella, rodando para mirarlo de frente.

Él sonrió, un gesto raro en su rostro serio, y le apartó un mechón de cabello de la frente.

Y tú… eres mucho más de lo que jamás imaginé.

Hubo un instante suspendido, donde el mundo pareció desaparecer. Solo estaban ellos, latiendo al mismo ritmo.

Entonces, sin pensarlo demasiado, él murmuró:

Si seguimos entrenando juntos… seremos invencibles.

Ella lo sostuvo con la mirada, y por primera vez no se burló ni lo desafió. Solo asintió, solemne.

* Lo seremos.

¿Ya no me consideras una simple humana?

* Nunca me pareciste simple, solo tenía miedo de lo que me hacías sentir

Aquí sellaban un pacto silencioso, la pregunta era ¿Qué tanto arriesgarían por amor? 💘

Lo que ninguno de los dos sabía era que, desde la distancia, ojos ocultos los observaban. El emisario ya había llegado… y la calma que habían construido estaba a punto de quebrarse.

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🤗 Hola mis querid@s lector@s 🤗

Espero que este día este cargado de muchas bendiciones para tod@s ustedes y sus familias 👪 🙏 🙌 💕