Luego de una decepción amorosa Lila viaja a Londres buscando la contención de su padre pero en el camino encuentra algo más que solo amor y contención familia. Una nueva historia da comienzo en medio de toda su crisis sentimental.
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capítulo 14
La noche apenas comenzaba a envolver la ciudad con su manto de luces y murmullos lejanos. Lila se quedó unos minutos sentada junto a la ventana después de que Dimitri se marchara. Aquel pequeño encuentro, aunque tenso y emotivo, había sido un paso. Uno pequeño, pero sólido. Su hermano no la había convencido de volver a casa, pero por primera vez en años, no sentía que estaban en bandos opuestos. Al menos no del todo.
Suspiró y se levantó. Pensó en prepararse una taza de té, cuando el teléfono vibró sobre la mesita. Era Carla, su amiga del alma y cómplice de más de una locura.
—¿Aló? —dijo Lila al contestar.
—¡Al fin! —exclamó Carla del otro lado—. ¿Dónde estabas metida? Te escribí como cinco veces.
—Tuve una tarde… intensa. Pero dime, ¿cómo estás?
Carla no perdió tiempo.
—Pues justo te llamo por eso. Escucharte me confirma que mi propuesta te va a encantar.
—¿Qué propuesta? —preguntó Lila con recelo y una ceja arqueada.
—¿Te acuerdas que te mencioné la campaña de maquillajes con Euphoria Glam? Bueno, se asociaron con una marca de ropa urbana y harán un evento promocional. Un desfile, presentaciones en vivo, mucha prensa. Y... —Carla hizo una pausa dramática— quieren que participes.
—¿Yo? ¿En un desfile? ¿Ahora?
—Sí. Tu nombre está en boca de todos, y no precisamente por tus escándalos, sino por cómo los enfrentas. Tu vida amorosa te está dando más publicidad que cualquier influencer pagado.
Lila se dejó caer sobre la cama, incrédula.
—Así que “afortunada en los negocios, desafortunada en el amor”, ¿no?
—¡Exactamente! Aunque la frase no es así, pero te queda como anillo al dedo.
—No sé, Carla… Estoy agotada. Emocionalmente drenada.
—Vamos, amiga. Richie es íntimo amigo mío. Cuando le dije que estabas aquí, casi se desmaya de la emoción. Además, ¿qué más tienes que hacer esta noche? ¿Mirar el techo y pensar en lo desgraciados que son los hombres?
—Eso no suena tan mal...
—Lila… —su tono se volvió suplicante—. Es una oportunidad. Es algo tuyo, algo para ti. Sin tu hermano, sin Erick. Solo tú brillando por lo que eres.
Hubo un silencio breve, y Lila cerró los ojos.
—Está bien… ¿Dónde es? ¿Y cuándo?
—No me mates… —dijo Carla, con voz traviesa—. Es en un par de horas. Ya estoy llegando a tu hotel.
—¡¿Carla, estás loca?! —gritó Lila, levantándose—. ¡Mira la hora!
—Báñate. Te espero abajo. No demores.
—¿Y si te decía que no?
—Sabía que dirías que sí.
La llamada se cortó y Lila negó con la cabeza, divertida y resignada.
—Esto no puede estar pasando… —murmuró antes de dirigirse al baño.
***
Una media hora más tarde, Carla la esperaba en el vestíbulo con un vestido corto de lentejuelas negras, botas altas y una sonrisa que podía iluminar el edificio entero.
—¡Diosa! —exclamó al ver a Lila salir del ascensor—. Pensé que vendrías con una excusa, no con ese rostro de portada.
Lila llevaba el cabello suelto, ligeramente ondulado. Su maquillaje era sobrio pero resaltaba sus ojos oscuros. Vestía un conjunto negro de pantalón palazzo y crop top con transparencias sutiles, y un abrigo beige encima.
—No me mires mucho que estoy considerando devolverte el favor y cancelarte a último minuto.
—Demasiado tarde —rió Carla mientras la tomaba del brazo y salían—. Te cuento en el camino.
Mientras el taxi las llevaba por las calles iluminadas hacia el centro de convenciones donde se celebraría el evento, Carla compartió más detalles.
—Una de las modelos se reportó enferma esta mañana, y como era un ensayo general con puesta final, Richie casi se desmaya.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
—Que ese hueco lo vas a llenar tú, por supuesto.
—¿Qué? ¡Yo no estuve en el ensayo!
—Tranquila, mujer. Solo cerrarás el desfile caminando, no bailando. No hay coreografía para ti. Serás el broche de oro, literalmente.
Lila abrió la boca para protestar, pero Carla levantó una mano.
—Nada de peros. Eres la más fotogénica del grupo, y Richie confía en ti. Además, te diseñaron un vestido solo por si aceptabas. ¡Vamos! Es tu momento de brillar.
***
El lugar era un hervidero de luces, música electrónica suave y gente vestida de negro corriendo de un lado a otro con listas, walkie-talkies y pinceles de maquillaje. Apenas entraron, Richie se acercó corriendo.
—¡Lila, mi musa! —exclamó, con un abrigo plateado y gafas de sol, a pesar de ser de noche—. Pensé que Carla me había mentido otra vez, pero no. Estás aquí. ¡Estás divina!
—Hola, Richie —sonrió Lila, saludándolo con un beso en la mejilla.
—No tenemos mucho tiempo. Te llevaré al backstage para que te prepares. Tu vestido está listo, los estilistas también. Solo falta… tu magia.
El camerino era una nube de olor a spray, laca, perfume y telas lujosas. Lila se dejó llevar por el frenesí del equipo. Mientras la maquillaban con tonos ahumados y labios color cereza, una asistente le mostraba el vestido: un diseño futurista plateado con destellos azules y una falda vaporosa que flotaba al caminar.
—Esto es una locura —dijo Lila mientras le ajustaban la cintura—. ¿Y si me caigo? ¿O si se me rompe algo?
—Entonces viralizas por eso —rió Carla—. Win-win.
Al cabo de media hora, Lila estaba lista. Alguien la tomó de la mano y la llevó al pasillo oscuro detrás de la pasarela. Desde ahí, podía ver el escenario iluminado, el logo proyectado en una pantalla inmensa, y el murmullo del público mezclado con flashes.
—Cinco minutos para tu salida —dijo Richie—. Eres la última. Hazlo tuyo.
La música comenzó a sonar. Una melodía electrónica con toques de cuerda. Las modelos comenzaron a desfilar, una a una, con pasos seguros. Y Lila, tras bastidores, sintió cómo su corazón latía en sus oídos.
“No es por tu hermano. No es por Erick. Esto es por ti.”
Entonces escuchó su señal.
—¡Ahora!
Lila salió.
El mundo pareció detenerse. Cada paso era firme. Su vestido flotaba detrás de ella como si caminara entre nubes. La luz la envolvía. El público se quedó en silencio por un segundo, y luego estalló en aplausos.
Cámaras. Flashes. Miradas.
Lila llegó al final de la pasarela. Se detuvo. Posó. Sonrió. Y por primera vez en mucho tiempo… se sintió libre.
***
Al terminar, Richie y Carla la abrazaron entre gritos y risas.
—¡Fue perfecto! ¡Eres una estrella! —decía Richie emocionado—. Quiero que seas imagen de nuestra campaña de invierno. ¿Aceptas?
Lila, aún sin creerlo, miró a Carla. Ella asintió con orgullo.
—Acepto.
Y esa noche, Lila no pensó en los hombres que la habían herido.
Esa noche, pensó en ella.
Y sonrió.
dañó a su familia por un desliz que ni siquiera fue seguro.
Su madre se merecía eso por dañar todo.
Pero Lila no
Básicamente ellos dañaron la relación de sus hijos.
TODO.
Ella traicionó a su familia, y luego hizo escoger a sus hijos, más que nada el hecho de que el otro se enteró de la peor forma, no fue capaz de nada.
le segunda el padre al no ser fuerte y dejarla a tiempo, que dañó a sus hijos.
y para colmo ella se descarga con su hermano que no tiene culpa, no es obligación querer hablar con su madre
Que fastidio cuando dices algo y no cumplen, yo me largaba de ahí 🙄🙄
dos hermanos y ahora con quién. dioooooos que dilema