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HERENCIA DEL SILENCIO

HERENCIA DEL SILENCIO

Status: Terminada
Genre:Romance / Comedia / Malentendidos / Amor-odio / Atracción entre enemigos / Grumpyxsunshine / Completas
Popularitas:17.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Yazz García

Manuelle Moretti acaba de mudarse a Milán para comenzar la universidad, creyendo que por fin tendrá algo de paz. Pero entre un compañero de cuarto demasiado relajado, una arquitecta activista que lo saca de quicio, fiestas inesperadas, besos robados y un pasado que nunca descansa… su vida está a punto de volverse mucho más complicada.

NovelToon tiene autorización de Yazz García para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Impostores

*⚠️Advertencia de contenido⚠️*:

Este capítulo contiene temáticas sensibles que pueden resultar incómodas para algunos lectores, incluyendo escenas subidas de tono, lenguaje obsceno, salud mental, autolesiones y violencia. Se recomienda discreción. 🔞

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...M A N U E L L E...

...🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤...

Me conecté.

Las líneas de código bailaban frente a mis ojos como viejos enemigos que uno conoce demasiado bien. No tardé más de cuatro minutos en entrar. Tenían mejores protocolos, pero no lo suficiente para alguien que aprendió a romper claves antes de aprender a manejar.

Empecé a revisar los archivos marcados con prioridad “clasificado”. Aquellos que usualmente están llenos de nombres que huelen a problemas.

Ahí estaban.

Moretti.

Otra vez. Como una maldita plaga genética.

Abrí el expediente y lo que vi me dejó frío.

Una investigación federal abierta desde hace algunas semanas. Vinculaciones directas con operaciones de tráfico de armas en Europa del Este, lavado de activos en Suiza, sobornos de funcionarios públicos italianos para obtener favores, impunidad o protección, universidades siendo utilizadas como pantalla o tapadera para actividades ilícitas, nombres en clave. Fotografías de reuniones. Grabaciones de llamadas. Un informe entero sobre “movimientos sospechosos recientes” que incluía la explosión en la universidad. Y lo peor…

…querían vincular el atentado, el intento de homicidio contra la hija del fiscal Villanova.

Aina.

La cabeza me empezó a latir con fuerza. El sudor me bajó por la sien. El cursor titilaba como una burla. ¿Mi padre había estado metido en esto, todo este tiempo? ¿Otra vez? ¿Después de haberme jurado que lo había dejado? ¿Después de haberselo prometido a Camila, a mí, a todos?

Sentí una mezcla de rabia y decepción que me hizo cerrar los puños sobre el teclado.

Y justo entonces, escuché algo afuera. Un crujido seco. Como una bota sobre grava donde no debería haber grava.

Me levanté de inmediato, tomé el arma y le hice a Elio una señal para que no se moviera.

—¿Qué pasa? —susurró, pálido.

No le respondí. Me moví hacia la puerta con el cañón del arma firme. El silencio se volvió tan espeso que se escuchaba nuestras respiraciones. Mi corazón latía en mis oídos.

De repente, la puerta fue forzada con violencia, los pernos volaron como si fueran de papel. Retrocedí un paso, apuntando con precisión.

Y otra figura en la entrada me apuntó también.

Mi dedo estaba por presionar el gatillo cuando…

—¡Merde! —exclamó la voz al otro lado— ¡Manuelle!

Reconocí la voz segundos antes de que el disparo ocurriera.

Era él.

—¡Papá! —grité bajando el arma mientras Gael bajaba la suya también, con el rostro desencajado.

Los dos respiramos con fuerza, como si hubiéramos corrido diez cuadras.

—¡Casi me haces volarte los sesos del susto! —espeté, con el corazón en la garganta. —¿No podías tocar la puerta como alguien normal?

Gael soltó un suspiro largo y cerró lo que quedaba de la puerta, arrastrando una silla para trabarla desde adentro. Enseguida cruzó el cuarto y me abrazó. De esos abrazos que no suelen pasar entre nosotros.

—¿Estás bien? —preguntó en voz baja, aún con el cuerpo tenso—. Acabo de derribar a un tipo afuera. Tenía una pistola con silenciador. Estaba por entrar a tu habitacion cuando lo vi. Alguien te mandó a eliminar.

Elio dio un salto detrás de mí, todavía con la boca abierta como si estuviera viendo una película de acción en 4D.

—¿Alguien… qué? —soltó en un chillido.

Gael me miró serio, los ojos oscuros como tormenta.

—Necesitamos hablar. Y no queda mucho tiempo.

Me separé de él, aún con el pulso acelerado.

—¿Hablar? ¿Hablar de qué? ¿Del expediente de la fiscalía? ¿De cómo dijiste que estabas fuera? ¿De cómo le mentiste a Camila, a mí? ¿O de que soy tu maldito hijo y casi me matan por algo que ni siquiera elegí? —me altere.

Mi voz temblaba más de lo que quería admitir.

Gael bajó la cabeza.

—Sí. De todo eso.

—Lo vi todo —dije, bajando la voz mientras me volvía hacia mi escritorio. El cursor de la laptop aún parpadeaba sobre la ventana del sistema de la fiscalía. Miré de reojo a Elio, que seguía sentado en la cama, con la cara blanca como una sábana y los ojos tan abiertos que parecía una estatua de susto.

Mi padre frunció el ceño.

—¿Viste qué?—me miró serio, con esa expresión que tiene cada vez que me va a regañar y que de alguna forma me causa terror. 

Me crucé de brazos. No iba a retroceder ahora.

—Hackeé la base de datos de la fiscalía. Lo hice hace un par de minutos.

—¡Manuelle Alessio! —espetó con un tono grave, ese que rara vez usaba conmigo pero que sabía disparar directo al pecho—. ¿Estás jodido de la cabeza? ¡Te dije que no volvieras a hacer eso! ¡Te dije que era peligroso!

—¿Peligroso como que me explote un carro a metros de distancia? ¿O como tener a un tipo con silenciador esperándome en la puerta? Porque adivina qué, viejo, ya estamos ahí —repliqué, con la voz dura. Mi corazón latía como un tambor de guerra, pero no desvié la mirada—. No me digas que lo que hice me pone en peligro cuando tú estás haciendo cosas mil veces peores… y me las estás ocultando.

Gael me sostuvo la mirada. Por un segundo, pensé que iba a gritar. Pero solo suspiró, como si el peso del mundo le acabara de caer en los hombros.

—Estás equivocado —dijo, más tranquilo—. Yo no estoy detrás de eso. Los Moretti tampoco.

—¿Entonces por qué carajos los nombres están ahí? ¿Por qué están usando el sello de la familia en las operaciones? ¿Por qué hay evidencia de llamadas, registros, transferencias con nombres vinculados a ti?

—Porque alguien nos está usando —respondió sin vacilar—. Desde hace semanas, alguien está moviendo cosas a nuestro nombre. Al principio parecía un imitador torpe, pero ahora… están demasiado organizados. Están infiltrando estructuras, falsificando códigos, usando nuestras viejas rutas. Pero no somos nosotros, Manuelle.

Me quedé callado. No sabía si creerle. O si quería hacerlo.

—¿Y por qué no me lo dijiste? —pregunté, con un tono más bajo.

—Porque eras feliz. Porque estabas lejos. Porque ya te había arrastrado suficiente al barro, hijo.

No pude evitar mirar a Elio. El pobre parecía estar preguntándose si estaba soñando. Yo también, en parte.

—¿Y qué hay de Camila? ¿Ella lo sabe?

Gael apartó la mirada por primera vez.

—No todo. Solo que la familia está siendo amenazada de nuevo. Y que había riesgos si me involucraba. Ella me pidió que no lo hiciera. Pero después del atentado… ya no podía quedarme quieto.

—Entonces esto es real. Hay alguien ahí fuera con el poder de suplantar a los Moretti, mover piezas y tratar de asesinar a la hija del fiscal. ¿Y tú viniste aquí solo?

Gael me miró con una sonrisa torcida, triste.

—Nunca estoy solo, Manuelle. Pero sí vine como padre.

Me dolió. Porque lo decía en serio. Porque lo vi en su rostro.

Entonces el silencio se volvió denso por un segundo.

Elio alzó la mano, tímido como un estudiante en clase.

—¿Me pueden explicar cómo mierda terminé yo en una película de espías?

No pude evitar soltar una pequeña carcajada, áspera.

—Bienvenido a mi caos familiar, bro —le dije, sin humor.

Nos quedamos en silencio. Solo el sonido de nuestras respiraciones de fondo rompía la tensión. Mi corazón empezó a acelerarse, como si ya supiera lo que venía.

—Están metidos hasta el fondo, viejo. —continué —Esto no es solo un grupo suplantando identidades. Esto parece una jodida red paralela con acceso a gobiernos, universidades y empresas.

—Y ahora tú estás en medio —dijo él, sin rastro de humor.

Lo miré. Él me sostuvo la mirada.

—¿Vas a parar? —preguntó.

—¿Y dejar que usen mi cara para matar gente? Ni loco.

Gael sonrió. Apenas una curvatura mínima en la comisura de su boca, pero suficiente para entender que, aunque nunca lo diría en voz alta, estaba orgulloso.

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Carmen Cañongo
MUCHAS bendiciones para ti autora sí sufrimos a lo grande sobretodo por Aina qué sé convirtió en una mujer sin piedad pero cómo siempre triunfó él amor, y sí té decides a escribir una nueva historia porque no la dé los hijos dé Manuelle
Carmen Cañongo
Clarissa tu sí qué supistes ganarte a toda la familia Moretti, eres tu sin duda la indicada pará un final feliz
Carmen Cañongo
ay sí declárate a Clarissa antes qué la pierdas, lánzate sin miedo por algo eres un Moretti
Anonymous
Muchas felicidades escritora! Leí la primera parte y ahora esta, realmente las dos están buenísimas, pero creo que está saco más mis sentimientos, en la parte final, me hizo pensar y pensar que todos podemos tener un final feliz! De verdad te felicito mil gracias y porque no más delante la historia de las gemelas, muchas gracias
Carolina Nuñez
muy bueno
Linilda Tibisay Aguilera Romero
me facino muy bonita todo un caos Pero me encantó
Linilda Tibisay Aguilera Romero
que bellos me encantó esta historia todo un caos Pero muy bonita
Linilda Tibisay Aguilera Romero
me encanta como es Clari con ellos disfruta de esos momentos no como era la estirada y perfecta Aina
Linilda Tibisay Aguilera Romero
me encanta que tomarás cartas en el asunto para que Aina no te jodiera la vida, Pero ahora toma acción en tu relación es hora del siguiente paso
Denys Aular
yo creo q ese hijo no es Manuelle porq sino van a caer en mismo círculo vicioso y q de una vez la desenmascare a la fina ella siempre le tuvo envidia a clarisa y no es secreto q es caprichosa así q se le quite de una vez el papel de víctima y en realidad se muestre lo q realmente es igualita al padre de manipuladora y poner todo a su favor y en cuanto a clarisa Manuelle ellos se quieren realmente q qde juntos y ya
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Aina está muy mal necesita ayuda ella siempre lo que ha sentido es un capricho ella solo quiso estás con Manuelle porque era lo contrario a lonqoe quería el papá para ella y por qué Clarissa era feliz con el siempre fue puro capricho
Carmen Cañongo
bravo por fin sé dan otra oportunidad no la cagues Manuelle defiende ése amor y manda a Aina al carajo
Linilda Tibisay Aguilera Romero
tienes una segunda oportunidad con Clari por favor no dejes que Aina lo arruiné
Linilda Tibisay Aguilera Romero
busca ayuda psicológica para Aina
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Aina tu necesitas psicólogo
Linilda Tibisay Aguilera Romero
al fin Manuelle dijiste lo que tenías que haber dicho hace tiempo no era el momento pero Aina con su forma de ser te llevo al límite dándose golpes de pecho y haciéndose la víctima pero ella también fallo
Linilda Tibisay Aguilera Romero
jajajajajajaja me encantó este capitulo me rei mucho un papá y hermano súper celosos y tóxicos jajajaja
Dark
Esta vez Manuelle no la cagues y dale el mugar de Reina que se merece en tu corazón, y sobre todo respeto. Respeta la cono mujer y pon límites con la otra,q fue siempre un envidiosa.
Carmen Cañongo
provoca taparle la boca uyy qué cansona Aina
Carmen Cañongo
y todavía tienes el descaro dé reclamar Aina no jodas
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