En Arendelle se había corrido el rumor de que existía una bruja que se escondía en lo más profundo del bosque, nadie podía afirmarlo pero el rumor estaba ahí y nadie se atrevía a cuestionarlo.
Pero un buen día el Alfa del pueblo decidió ir al bosque a cazar, sin pensar que una trampa para osos lo atraparía estando transformado en licántropo, habiendo escapado de ella fue atacado en el camino y malherido, cansado y a punto de caer inconsciente, vio a lo lejos a una mujer que estaba corriendo hacia él y sin pensarlo fue hacia ella y luego de ello no supo qué sucedió después pero de algo estaba seguro...
Había encontrado a su compañera...
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Capítulo 13
DAMON
La sangre salpicó en todo el piso y en los presentes lo cual hizo que muchos gritaran mientras que otros se quedaron paralizados viendo morir a Scarlett, apenas pude reaccionar y quise ir hacia ella, pero Adler me detuvo y me sujetó con fuerza mientras que Elsa y Anna sometían a la loca que le había disparado a mi Mate.
La Bruja Suprema que también había sido salpicada con la sangre de Scarlett ordenó que sacaran a todos presentes mientras ella trataba de controlar la hemorragia de la herida pero no lo lograba y eso me estaba volviendo loco. Pronto hubo un silencio y eso fue todo. Scarlett me miró con una sonrisa en su rostro y dijo:
—Te amo Damon, nos volveremos a ver, lo prometo—. Dijo aún con sonriendo, pero pronto la luz de sus ojos se apagó y se desvaneció en el banquillo de acusados, en manos de la Bruja Suprema. Scarlett dio un último respiro y finalmente murió.
—¡¡¡NOOOOOOOOOO!!!—Grité soltándome del agarre de Adler. Fui hacia Scarlett y la liberé de los grilletes en los que estaba atada sin importarme el ardor que estaba sintiendo en ese momento. Tomé su cuerpo, me dejé caer al suelo de rodillas con ella y la abracé con fuerza.
Miré a la Bruja Suprema y esta estaba llorando con horror y culpa. Pero de nada le servía llorar en ese momento y aun así tuvo el descaro de culpar a Scarlett de defenderse de un maldito que no merecía ser un hombre, sino un cobarde.
—Lo siento, no quería...
—¡¡¡CÁLLESE!!!—GRITÉ molesto.—Todos ustedes no merecen el perdón de la Diosa, no merecen tener a alguien como Scarlett en su tribu. Son egoístas, crueles, resentidos por las leyes y creencias de mi abuelo y, sin embargo... estas provocaron dolor y desesperación.
Nadie en su tribu... merece ser perdonado y a partir de hoy... Arendelle ya no será más aliado de la Tribu Luna Sangrienta. Ahora son libres de hacer lo que quieran, pero tienen prohibido entrar al territorio de Arendelle y los lugares cercanos a este—. Ordené con la poca fuerza de voluntad que tenía.
—N-No... no puede hacer eso. El tratado dice que las brujas tenemos derecho a ganarnos la vida en cualquier parte de Arendelle y además somos libres de venir.
La ignoré y seguí hablando.
—Desde hoy... habrá una nueva ley—. Todos me miraron con atención.—A partir de hoy... ya no habrá más matrimonios concertados para engendrar a la próxima bruja de Arendelle, ya no más. Y no será de esta Tribu y de ninguna que tenga relación con ella. Aquellos que rompan esta nueva ley. Serán ejecutados—. Dije decidido.
Me fui del lugar con Scarlett en mis brazos con su cuerpo sin vida, con Adler a mi lado evitando que los presentes y la Bruja Suprema se acercaran.
Mientras que Elsa y Anna me miraron con tristeza, pero sobre todo Elsa que sus ojos estaban llorosos y al borde del llanto. No les dije nada, pero fue suficiente como para que ambas se hicieran aún lado.
La tristeza me estaba quemando por dentro y la ira ni se diga. En ese momento juré que nadie en esa Tribu se libraría de su castigo. Miraba a Scarlett mientras caminaba con ella en brazos, estaba tibia. Su cuerpo seguía tibio y su mirada calmada y seria estaban ahí.
La atraje hacia mí y comencé a llorar en silencio. Su cuerpo aún expedía ese olor a sándalo y rosas, pese a que ya estaba muerta su refrescante olor seguía allí.
Nos fuimos de la Tribu y entonces oí a la Bruja Suprema decir:
—¡Espere!—Gritó. Pero yo no quería oír ni una sola palabra de esa bruja.
Entonces Elsa y Anna intervinieron evitando un problema mayor.
—No lo haga, Bruja Suprema—. Le dijo Elsa conteniendo su llanto.—No vale la pena, nosotros provocamos esto y debemos pagar las consecuencias.
La Bruja Suprema no dijo más nada y simplemente Elsa abrió un portal y Adler y yo lo atravesamos yéndonos lejos de ese nido de víboras. No comprendía por qué mi abuelo había sido tan estúpido como para confiar en la Tribu Luna Sangrienta. No lo entendía y realmente no deseaba saberlo. Lo único que me importaba era darle la sepultura adecuada a Scarlett.
