Cómo Si Fuéramos Novios

Después de luchar contra el Cáncer por meses, mamá tuvo una mejoría considerable, todos sus hijos estábamos muy contentos, Helen se entusiasmó mucho con la llegada de un bebé a la casa, usó la mayor parte de su sueldo para comprar ropa, pañales y todo lo que necesitaría el nuevo integrante de la familia.

 Un sábado al mediodía almorzábamos todos en la mesa, mamá le dio unas recetas de cocina a Helen, a Lisa no le gustaba cocinar, era más de comer comida chatarra. 

—Te quedo muy deliciosa la comida princesa—Le dije a Helen 

—Gracias, mamá me dio unas clases de cocina—Contesto con una sonrisa Helen

 —Hija, tengo algo que te pertenece, me gustaría volver a verte tocar—Saco su viejo violín. 

Helen se llenó de nostalgia, "gracias por guardarlo, sí, será un gusto". Quedamos sumergidos en la música y la comida quedo en segundo plano, se veía tan hermosa tocando su instrumento.

—Bravo que bello tocas hija, si valió la pena todas esas horas de prácticas—Exclamo Mamá. 

—Gracias madre. 

—Si cierto, aun tocas hermosas 

Intervino en la conversación Mi Hermana Menor ¨Un día de estos tienes que enseñarme¨. 

—Si claro con gusto—Respondió Helen. 

—Mamá quiero hacerte una pregunta, porque escogiste a Boston para vivir—Pregunte por curiosidad. 

—Es que en esta ciudad conocí a su padre, les cuento: salía con un chico muy aficionado al béisbol, jugaban Medias Rojas contra los Yanquis, todo un clásico, como a la cuarta entrada fui al baño sola, de regreso me perdí, el estadio estaba lleno y no sabía por dónde llegar a mi asiento, me tropecé con él, fue un flechazo a primera vista, comenzamos a hablar, entonces me ayudo a regresar a mi puesto, hasta que por fin lo logramos, el chico con el cual salía, coqueteaba con otra y salimos de allí, Adam y yo. 

—Quieres decir que a pesar de su traición aun lo quieres—Pregunto Lisa. 

—Sí, el verdadero amor es para siempre, por eso entendí a Helen ya Davis.

Te gustaría ir al estadio—le pregunto Helen. 

—Sí, sería ir un placer ir con mis hijos. 

—Está bien compraré las entradas—Afirmo Helen.

 —Sabes que no soy muy aficionado a los deportes, pero será una salida familiar 

—No entiendo el béisbol (con una sonrisa) pero si iré al estadio—Aseguro Lisa.

 Todos fuimos al estadio como una familia unidad, jugaban los Medias Rojas, mamá la paso muy bien, comimos hotdogs, y palomitas de maíz, entre risas y bromas pasaron las 9 entradas del juego, al final ganaron los Medias Rojas, desde aquella ocasión empecé interesarme más por el deporte.

Ya con 9 meses de embarazo, Lisa estaba a la espera de dar a luz a un barón, le preguntábamos por el nombre para él bebe y no demostraba interés en el tema, así que Helen tomo la iniciativa y dio una propuesta. 

—Ya tengo el nombre, Lían Dan—Expuso Helen. 

—Suena bien, a ver, Lían por Lina de mamá y Dan es como Adam de papá sin la A al principio—Di mi punto de vista. 

—Si cierto.

—A mí me gusta, que dices Lisa—Dijo Mamá.

—Bueno será—Acepto Lisa con poco interés.

 Llego el momento del nacimiento de Lían, llegamos al hospital, Lisa tenía fuertes contracciones de parto, era el lugar de trabajo de Helen, pidió atender a su hermana y así fue, sin mayores complicaciones y de forma natural nuestra hermana dio a luz un bebe muy adorable. 

En un primer instante Lisa no negocio su desagrado por el pequeño Lían.

 —Hermana tienes que amamantarlo, nadie puede hacer eso por ti—Insistió Helen. 

—No quiero, deja de insistir—Renegando Lisa. 

Llegamos a la casa y Lisa no quería atender a su hijo, a Helen no le importo y desde el primer día de la vida de su sobrino, le dio todo su amor, Y ha tendió como si fuera salido de sus entrañas. 

—Qué te pasa Lisa, tienes que atender a tu hijo—Demando Mamá. 

—Yo no pedí ser madre.

—Pero te toco, ahora te aguantas. 

—No quiero hacerlo, por favor déjenme en paz. 

—Déjala Mamá, ya se le pasará—Comentó Helen.

Pasaron los días y en Helen surgió un sentido maternal, solicita vacaciones laborales, para estar más tiempo con él bebe, una noche lloraba el recién nacido, se levantó de la cama de forma voluntaria y fue a calmarlo a su cuna, al ver que no regreso rápido, también me levanté y fui a donde estaba, me sorprendió lo que vi, simulaba amamantarlo con sus pechos. 

—Que haces, no eres su madre—Le exprese con desagrado. 

—Solo trato de calmarlo—Se excusó Helen 

—Sí, pero sabes que de esa forma no puedes darle leche. 

—Si lo sé, no tienes que ser cruel. 

—Ya es tiempo que Lisa sea responsable. 

—No he pensado que Lían puede ser un complemento para nuestra relación. 

—Ya tienes a tu madre. 

—Una madre es la que cuidada y ama a sus hijos, deberías saber eso tú más que todo—Replico Helen. 

—Si te refieres al ejemplo de mamá con nosotros no es igual, Lían Tiene su madre. 

—Por favor amor entiéndeme, déjame experimentar la maternidad.

—Cómo puedo negarte algo, si tú eres mi vida, ven acá—Con un amoroso beso

 Se llevó entre sus brazos al recién nacido para nuestra habitación y el pequeñito no volvió a llorar más, en la mañana en el desayuno, Lisa aún dormía, comenzó una muy incómoda conversación ¨Hija mía, veo que te has encariñado mucho con tu sobrino¨. 

—Si es verdad, lo quiero mucho—Confirma Helen. 

—Entiendo, pero no puedes permitir que tu hermana abuse de ti, tú aportas la mayor parte del sustento de esta casa y ahora te encargas de su hijo, si no quiere trabajar, por lo menos que se encargue del bebe. 

—Lo cuido porque me gusta, para mí no es problema, pero si es buena idea que ella trabaje. 

Sentí la necesidad de intervenir en la conversación ¨En verdad no sé qué le pasa¨. 

—Es que no les he contado aun, se desmayó un par de veces y la lleve al hospital, al enterrar que estaba en estado, me pidió abortar, pero me negué rotundamente, la amanece con echarla para la calle si lo hacía, la verdad pensaba que 9 meses la harían amar el fruto de su vientre, pero me equivoque—Comento Mamá. 

—Tú no enseñaste, que una madre no solo es la que da a luz, sino la que dedica su vida a criarte, a darte valores

—Cariño y cuando sea necesaria disciplina, déjame ser una mamá para Lían por favor—Argumento Helen.

 —Tú siempre has sido mi orgullo, sé que serás una buena madre para El pequeño Lían—Afirmo Mamá 

Salimos a dar una vuelta para el centro comercial, Lisa ignoraba por completo a su hijo, mientras Helen hacía el papel de madre y yo el de padre, entramos a una tienda, quise comprar unas cosas para él bebe, la vendedora muy simpática nos atendió con una muy buena atención, pidió suerte cargar a Lían que estaba en su coche, teniéndolo en sus brazos, "Que lindo bebe, tienen de tener un hijo tan bello" en ese momento Helen quiso decir algo, pero Lisa dijo "Y yo soy una tía afortunada". 

Termine de pagar la ropa y unos juguetes para bebes, ya eran pasadas las 12 de la tarde Davis "Vamos a comer pizza", lista nuestra orden, comenzamos a hablar sobre las palabras de mi hermana menor.

 —No está bien que niegues a tu hijo—Le reclamo Mamá a Lisa. 

—Ya te dije que no quiero ser madre. 

—No te preocupes hermana, puedes contar conmigo—Aseguro Helen.

—Si no vas a criar a tu hijo, ponte a trabajar o estudiar, haz algo productivo con tu vida—Exigió Mamá. 

—No tienes que decirme que hacer, ya no soy una niña. 

—No tienes que alterarte, tómatelo como un consejo, no has pensado en tu futuro—Le dije a Lisa. 

—Si por supuesto, no me veo cambiando pañales ni siendo una sirvienta de un idiota. 

—Pero no quieres estudiar—Pregunto Helen. 

—No, quiero vivir la vida, viajar, beber, coger. 

—Qué cosas dices, tienes que madurar—Replico Mamá 

—Estando en los Ángeles, viví una vida frenética y te puedo decir que allí no está la Felicidad—Añadí al tema. 

—Creo que la vida es un autodescubrimiento, hay que dejar que Lisa encuéntrese su camino—Comentó Helen. 

—Entonces déjanos ser unos padres para Lían—Le propuse a Lisa. 

—Dime hermana, ¿quieres? 

—Si lo haré, prometo ser la mejor madre posible. 

—Ves mamá caso resuelto. 

—A veces me estresas en verdad—Vocifero Mamá

Con un niño a nuestro cuidado, nuestra relación se volvió más formal, nos presentábamos como esposos, Helen era una madre muy dedicada, con la ayuda de mamá aprendió como criar un recién nacido. 

Lisa consiguió trabajo como camarera y rápidamente comenzó una relación, comenzó a ir a centros nocturnos y pasar hasta 2 días fuera de casa, nos preocupamos mucho por su comportamiento, mamá trato de persuadirla de que cambiara su forma de ser, pero fue inútil. 

Una vez más le rompieron el corazón a Lisa, decepcionada se entregó más a la bebida y a las fiestas, se acostaba con hombres diferentes, sin entablar una relación seria, mientras tanto, mamá sufria por la aptitud de su hija menor, Helen trato de persuadirla, pero terminaron en una árida discusión, pensé en correrla de la casa, pero sabía que podía ser peor.