Matrimonio Ficticio.

(Nicolás)

Veo a mi amigo salir de su habitación, con las dos maletas, que hace un momento le ayudé a preparar, pues me lo pidió.

En una, con su ropa de uso diario,

Y otra maleta pequeña, con cosas de uso personal, sus dos portarretratos y varios medicamentos.

Se sienta en el mismo sillón donde me confesó, que pronto morirá.

Me mira, tan profundamente y tanta calidez, que esa sola mirada hace que mis lágrimas empiecen a salir.

Tengo una hora para ti amigo mío.

Quiero que me escuches, no me digas nada, no quiero que hables...

Lo primero que tengo que decirte es...

Te quiero...

Te quiero como el hermano que jamás tuve, te quiero como mi único y gran amigo.

Te quiero... porque aunque eras un niño cuando nos conocimos, te portaste mejor que nadie de las personas que me rodeaban.

Te importé... Y lo demostraste.

Tú solo tenías 14 años, y me aconsejaste, y a pesar de que sabes que no le hice caso a tu consejo, no te enojaste, pues me dijiste que yo sabía lo que necesitaba y que siempre estarías para apoyarme.

Aún no entiendo por qué decidiste darme tu amistad, no entiendo que te hizo identificarte conmigo, que te hizo quererme, pero te convertiste en una de las 3 personas que amo.

Gracias a ti, conocí una de las tres clases de amor que existe.

Conocí el amor incondicional de un amigo verdadero.

Por allí leí, que el que tiene a alguien como tú, tiene un tesoro.

Yo lo he comprobado, hemos reído, hemos llorado juntos.

Gracias por eso.

Contigo nunca me dio pena llorar, quizá porque desde el día que me viste la primera vez me viste llorando.

Ese día, me dijiste fue, que no perdiera mi tiempo deshidratándome por una mujer, pues ellas no merecían mis lágrimas.

Y que lo único que lograría es quedar deshidratado.

Pero cuando te dije lo que yo sentía, me diste la mejor solución, porque te importaba verme sufrir, cosa que no hizo ni mi propia Madre.

Eres el mejor amigo que alguien puede tener, y me voy muy feliz por el tiempo que hemos compartido, por haber sido parte de algunas de tus locuras, como cuando me llevaste a escalar y pude poner mi nombre el de Marlén y el de Alessandra en una roca, en la sima de la montaña que para mí fue la más alta.

Y me dijiste allí, que le gritara al mundo desde esa montaña, que soy de Ellas.

Me dijiste, "grítale al mundo que las amas"...

Lo hice, grite fuerte...muy fuerte.

No te imaginas lo que eso significó, no te imaginas lo bien que me hizo.

Esa y más cosas que hicimos, cada que me veías mal, porque no podía divorciarme y sacar a la luz a mi verdadera familia.

Gracias Nicolás, te llevo en mi alma.

Y no quiero oírte, no digas nada.

Solo quiero agradecerte, también por lo que vas a hacer.

Por cuidar de mi mujer y sobre todo de mi hija.

Gracias porque sé que puedo irme tranquilo.

Desde que te conozco jamás te he visto faltar a tu palabra.

Y cualquiera pudiera decir que eres un hombre duro, frío y arrogante, pero yo doy fe, de que no es asi.

La gente se confunde, por la determinación y temple con el que te conduces en la vida, y porque nadie puede hacerte cambiar de opinión cuando ya has decidido algo, pero conozco a quien si podrá hacerte cambiar de opinión, y cuando la conozcas Tú, te acordarás de mi.

Por el momento, Yo soy la única persona que te ha hecho cambiar alguna decisión ya tomada.

Creo también ser, la única persona que de verdad te conoce, y te digo con total certeza, que eres el hombre más noble y más justo que he conocido, pero lo ocultas muy bien, bajo ese disfraz de hombre rudo y frío.

Por todo eso, puedo dejarte lo más valioso que tengo y sentirme así de tranquilo

Y no te dejo bienes materiales, tú no necesitas ni un dólar mío, tienes tanto dinero como lo tengo Yo.

Y cabe mencionar que hemos comprobado, que ni con la más grande fortuna puedo alargar mis días.

El dinero no sirve para dar vida, ni felicidad.

Solo es una herramienta de subsistencia y dependiendo de cada quien, hace bien y hasta puede hacer mal.

Pero en fin no tejo nada material, pero dejo a mi tesoro más grande en tus manos, y no quisiera que sonará así, porque si alguien más me oyera, pudiera pensar que estoy tratando como una cosa común, o regalandote a mi hija

Pero no es así, es solo que creo que tu puedes cuidarla... hasta que Ella sepa de la maldad de la gente que la puede llegar a rodear.

Hasta que sepa de la existencia de Antonio Negrete, el padre de la mujer que ha jurado destruir a mi pequeña y que me llevó a tomar la decisión de esconderla del mundo.

Por ese maldito nunca pude divorciarme, porque me amenazó con asesinar a mi hija.

Sabes que desde niña, ha tenido guardaespaldas vestidos de gente comun.

En el colegio estaba el ordenanza y el sustituto del profesor de deporte, ellos aparentemente eran trabajadores, pero lo que hacían era cuidar a mi hija.

En las calles estaba el chofer quien la llevava y traía a todos lados y en la casa el jardinero, son guardaespaldas muy profesionales y capacitados que ahora estarán bajo tus ordenes.

Todo eso, aunque eso no quisiera mencionarlo pero es importante.

Porque mi hija no sabe, cuanto la odian.

Yo estoy seguro que al saber que estoy muerto, y más cuando se lea mi testamento, Negrete la va a buscar por complacer a la caprichosa de su hija.

Pero ya tú vas a estar en control de todo.

Ahora te diré lo que va a pasar en estas tres semanas, iré con mis bellas.

Y aunque le había pedido a Marlen separarme, ya lo pensé mejor, le diré una pequeña verdad, que no puedo vivir sin Ella.

Trataré de ocultar lo más que pueda la enfermedad que padezco, trataré de vivirlas al máximo, dejaré a Alessandra instalada y me regresaré con Marlen, la dejaré en nuestro hogar y de allí partiré al hospital, de donde solo saldrá mi cuerpo.

Moriré solo y recordando lo feliz que Ellas me hicieron.

Cuando ya me haya ido de este mundo, te hablarán del hospital central, te llamaran a ti, Mandaras al chofer a traer a Alessandra y Tú les darás la noticia.

Harás los trámites, pero no quiero un velorio.

Me sacaras directo en un ataúd que ya escogí, y enterraran mi cuerpo en un lugar especial que compre.

No quiero más gente que tú y mis dos grandes amores.

Los tres juntos, pues son las personas que amo y me aman.

Te dejo un sobre sobre la cama, con los detalles, y también alli dejo dos cartas para Marlen y Alessandra, se las entregarás en el parque memorial el dia de mi despedida, en esas cartas les explicaré y pedire mi ultima voluntad.

Después de despedirme, tú llevarás un cofre, con cualquier ceniza o polvo que se te ocurra, a la casa Sandoval y se la entregarás a mi Madre con los diagnósticos médicos.

A Ella no le dejo una carta de despedida, pues lo que no hizo en vida, no se puede hacer después de la muerte.

Pero dejo un video con el notario que leerá mi testamento, donde tú como representante legal de Alessandra estarás presente.

El lunes pasado, le pedí a mi princesa que firmara los documentos, mi niña inocente no los leyó, porque confía en mi, así que tú ya la representas.

Y solo le pido a la vida, poder disfrutar estas 3 semanas a lado de mis mujeres, después me iré solo al hospital.

Allí, ocuparé mi cerebro para pensar en Ellas, en ti y en todo lo bueno que ustedes me dieron, también le escribiré todo lo que pueda a mi hija.

No quiero que esté ninguno de ustedes a mi lado, para que me recuerden sano, y feliz.

Ahora me voy amigo, y sé que te pedí no hablar, pues lo que vas a decirme es cuanto me amas y cuanto me vas a extrañar, y eso ya lo sé... me lo has demostrado con hechos, y de esta vida, uno se lleva los hechos no las palabras.

Esta será nuestra última vez juntos.—Finaliza mi amigo, poniéndose de pie abriendo sus brazos para darme un abrazo que no sé si pueda resistir.

Da dos pasos y allí nos damos el abrazo más doloroso que jamás imaginé.

Lloramos juntos abrazados en la sala de mi apartamento, este donde venía a pasar el tiempo de lunes a viernes, hasta que se hiciera tarde, pues no soportaba estár en la casa Sandoval.

Despues de varios minutos, que yo deseaba fueran eternos, mi amigo toma las maletas y empieza a caminar hasta la puerta.

Aún con mi corazón hecho pedazos, recuerdo que hay algo que decirle.

—Alessandro, sé que me pediste no hablar, pero es con respecto al apartamento, quiero decirte que tengo cosas allí y también que sepas que hace unos años, mandé a poner vigilancia, hay cámaras ocultas en la entrada, en la sala y la cocina; llamé a un empleado pero es fin de semana, puede ir a retirarlas el lunes, te aviso para que sepas que van a llegár.

—Déjalas, no las quites, así en el tiempo que mi hija está en la Universidad, ese lugar estará vigilado.—Me dice Alessandro.

—Pero tú hija se puede sentir invadida y violentada su privacidad.—Le digo con honestidad.

—Si, pero prefiero que seas tú quien la vea, porque lo harás por cuidarla y no que le vaya a pasar algo malo.

Además, no será ningún sacrificio para Ti, mirar a mi hija.

Y Ya te dije, prefiero que seas Tú.

Solo cuídala, cuídala por siempre...

Adiós amigo mío...

Adiós.