Después de haber sufrido a manos de su padre, Cyra cayó bajo los engaños del dios Daotan, lastimando a miles de inocentes, pero sobre todo, lastimando a las únicas personas que en verdad la amaban y que ella amaba, ahora el dios Kaayo le dio una nueva oportunidad, pero ¿Qué pasa si Cyra no puede dejar atrás su pasado?
Cyra se siente indigna de esa segunda oportunidad, pero nuevas personas en su vida le harán ver que la única manera de vencer a aquellos que le hicieron tanto daño es ser feliz.
Esta historia está relacionada con la tetralogía de los 4 Guerrero de los Elementos, la cual está compuesta por:
1. El Guerrero de la Tierra
2. La Guerrera del Aire
3. La Guerrera del Agua y
4. El Guerrero del Fuego
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Capítulo 12
Si bien César quería pedirle a Cyra ser su novia lo más pronto posible, junto a André tardaron poco más de un mes en tener todo listo, entre la universidad y algunos otros pendientes, habían demorado más de lo planeado, pero al fin todo había quedado para este gran día.
Durante ese tiempo César seguía en su plan de cortejo con Cyra, y es que no quería descuidar esa parte y que Cyra malinterpretara la situación, y pensara que había perdido el interés, debido a eso, André había sido de mucha ayuda, ya que él se encargaba de seguir con los avances de la sorpresa cuando César no podía.
Hoy era viernes, y le pediría a Cyra ser su novia mañana, pero deseaba que la chica se quedará a dormir con él ese día, y así poder despertar a su lado, es por eso que le había pedido a su amigo que le dejará el apartamento libre durante todo el fin de semana, algo que André acepto con gusto, por lo que se iría a pasar ese fin de semana con su padre.
El señor Diego vivía un poco lejos de donde ellos vivían actualmente, y es que si bien él y André buscaron universidades cercanas al taller del padre del rubio, una universidad más lejos, que era en donde estudiaban, les había ofrecido ser parte de su programa de becas debido a sus excelentes calificaciones, y como no podía dejar pasar esa oportunidad ambos la aceptaron y se mudaron juntos, por lo que para cumplir su promesa, André se iría el viernes por la tarde y así dejarle el apartamento libre a su amigo.
En estos momentos César estaba frente al negocio de los padres de Cyra y es que quería hablar con ellos para que le permitieran a Cyra quedarse en su apartamento por una noche, además de que les haría saber sus intenciones con Cyra, al fin y al cabo ellos se habían portado muy bien con él, y sentía que lo correcto era ponerlos al tanto de sus intenciones con su hija, es por eso que se había saltado un par de clases para hablar con ellos, ya se pondría al corriente el lunes, César era un buen estudiante y no le costaría trabajo.
- César, qué sorpresa, ¿qué te trae por aquí? – le dice el señor Raúl al verlos entrar, ya que este se encuentra en el mostrador.
- Quería hablar con usted y su esposa, ¿se puede?, porque si no es así, puedo volver en otro momento – le dice César, quien siente cómo sus manos sudan de los nervios.
- Podemos hablar contigo ahora, ven, hablaremos en mi oficina – le dice Raúl al chico, mientras deja a uno de sus trabajadores a cargo del mostrador, y el mismo va a buscar a su esposa, mientras César lo espera.
- César, es bueno verte – le dice Mara, mientras lo abraza.
- Lo mismo digo – le contesta César y los tres pasan a la oficina de Raúl.
- Bueno, y ¿qué querías decirnos? – le pregunta Raúl a César, una vez ha cerrado la puerta.
- Pues verán, quería pedirle a Cyra que fuera mi novia, y por eso quería invitarla a salir mañana – comienza a hablar César, pero es interrumpido por Mara.
- Ya era hora – dice la mujer, quien había visto en aquella comida, lo mucho que César y su hija se gustaban, y el hecho de que haya pasado más de un mes sin ningún avance la frustraba un poco, ya que parecía que ni su hija, ni el chico frente a ella harían algo, y le alegraba saber que al fin uno estaba dispuesto a dar un paso hacia adelante.
- Mara, no interrumpas al muchacho, él nos quería decir algo más – le dice Raúl a su esposa – adelante, continúa – le dice Raúl, esta vez a César.
- Bueno, como les decía, pensaba en pedirle a Cyra ser mi novia este sábado, y tenía la esperanza de que ella se quedara conmigo en mi apartamento hasta el domingo, y bueno, quería pedir su permiso – termina de hablar César.
- Si Cyra acepta, nosotros no nos opondremos, pero de una vez te lo digo, sin importar lo mucho que me agrades, y lastimas a mi bebe, te las verás conmigo, y no quieres conocerme molesto – lo amenaza Raúl.
- Si llego a lastimarla, yo me daré el primer golpe – le dice César, causando una sonrisa en Raúl.
- Ya decía yo que por algo me agradabas – le dice Raúl, mientras le da una palmada en la espalda.
Ya con la aprobación de sus futuros seguros, César sale de la pastelería con una sonrisa y se dirige a ultimar los últimos detalles de su sorpresa, la cual debía de ser perfecta, ya que Cyra no merecía menos.
El viernes por la noche, Cyra recibe un mensaje de César, en donde este la invita a salir mañana, algo que hace que una enorme sonrisa se forme en el rostro de la joven, quien el mensaje de César era como un bálsamo para ella, y es que en estos últimos días sus pesadillas, y las agresiones que se tenía hacia sí misma habían empeorado, a tal punto que a veces lograba desatarse y si no fuera por los guantes ya estaría totalmente marcada, en este punto ya le era muy difícil ignorar sus sueños, pero aun así ponía todo su empeño para hacerlo.
Emocionada con la idea de ver a César mañana Cyra comienza a buscar que ponerse, y es que debido a los estudios de ambos, no habían podido verse mucho esa semana, y es que solamente se habían visto el lunes y el miércoles, y ambos fueron momentos muy cortos y deseaba pasar más tiempo con él, la buena noticia es que había acabado sus deberes y nada le impediría darle todo su tiempo y atención a César.