AURORA: LA PERDICIÓN DEL SR. ALEMÁN

AURORA.

Bastian se acerca a mí, su cuerpo presionando contra el mío. Puedo sentir su calor, su fuerza, y su deseo, sus manos recorren mis piernas. Me siento envuelta en una nube de fuego abrasador, incapaz de pensar en nada más que en el momento presente el cual quiero disfrutar al máximo, quiero que su imagen d3snuda se quede grabada en mi retina, que sus gruñidos varoniles sea la música que se grabada en mi mente, que su olor se quede impregnado en mi piel.

Dos de sus dedos se pierden en mi centro, se siente un poco de incomodidad, pero me gusta todo lo que me hace, los mueve a su antojo y yo me retuerzo debajo de él.

Siento nervios, no lo niego, no soy del todo virgen, pues desde que lo conocí mi curiosidad creció y comencé a tocarme yo misma, a comprar juguetes s3xual3s con los cuales exploré un poco mi cuerpo, pero nunca fui más allá, ahora mismo deseo ser como mi madre, un día me contó que cuando ella perdió su virginid4d, no sangró, y yo deseo ser como ella.

Su boca se desliza por mi cuello, dejando pequeños mordiscos que me hacen g3mir muy alto y desear tenerlo adentro lo más pronto posible, sus dientes pasan al lóbulo de mi oreja y suelto un gritito cuando me muerde, pero luego me lame. Su mano sigue explorando mi cuerpo, tocando cada centímetro de mí. Me siento estremecer bajo su toque, mi cuerpo se arquea hacia él, buscando más, beso su cuello y también lo muerdo, me encanta el gruñido que suelta.

De repente, Bastian se detiene, mirándome con una intensidad que me hace estremecer hasta la última célula de mi ser.

_ ¿Qué pasa? _ le pregunto, mi voz apenas un susurro. Hoy me siento orgullosa de haber aprendido a usar diferentes tonos de voz.

_ Voy a poseerte _ me responde, su voz baja y ronca. _ Quiero invadirte completamente. ¿Estás preparada?

Me siento un escalofrío recorrer mi espalda, pero no me acobardo, quisiera decirle que estoy lista para él desde que lo conocí.

_ Clava tu bestia en mí _ esa sonrisa ladeada que me da, lo hace ver cómo un ángel caído.

Toma su bestia en su mano y la frota contra mi centro de arriba hacia abajo, y oh, Dios, siento que voy a convulsionar cuando empieza a enterarse en mi, se siente demasiado grande, demasiado grueso, demasiado rico.

Su boca se desliza por la mía, y su lengua se introduce en mi boca, explorando cada rincón. Me siento estremecer bajo su toque, mi cuerpo se arquea hacia buscando más profundidad, me trago el grito de dolor cuando me la deja toda adentro de un solo empuje, o eso creo yo.

_ Oh, que apretada, pareces virginal.

Suelto una carcajada traviesa para despistarlo.

_ Mi virginidad la perdí hace cinco años, señor alemán _ se queda quieto un par de segundos para que me adapte a su tamaño, sus ojos bicolores se centran en los míos como si me analizara, pero no voy a dejar que me descubra, no todavía, sonríe perversa mente y luego me da varias arremetidas que me hacen voltear los ojos.

_ Muy apretada... _ gruñe como un animal _ muy deliciosa, perdición.

_ No he tenido muchos amantes, además de que me hice una reconstrucción de himen hace poco.

_ Que bueno... _ embiste _ Es como si me estuviera adueñando de tu primera vez, sin ser así.

_ Ah, algo así ...

Bastian me levanta las piernas, y las envuelve alrededor de su cintura. Siento su mi3mbro duro dentro de mi, presionando muy adentro, lo saca y vuelve a rozarlo por mi perla roja. Me tomo un momento para respirar, para prepararme para lo que va a suceder nuevamente.

Y luego, sin previo aviso, Bastian se introduce en mí, llenándome completamente. Siento un dolor momentáneo, pero luego se convierte en placer, en fuego, en combustión. Me siento estremecer bajo su toque, mi cuerpo se arquea hacia él, buscando más fricción, más fuego ardiente.

Bastian comienza a moverse dentro de mí, con un ritmo lento y sensual. Me siento envuelta en una nube de pasión, incapaz de pensar en nada más que en él dentro de mi, en él besando mi cuello, en él deslizando sus manos por mi piel, en él chupando mis montañas.

_ Ohhh, que rico, más, más, así, así, señor alemán.

_ Ese señor alemán, nunca había sonado tan lujurioso en la boca de alguien... Me la ponen muy dura esas dos palabras.

Sigue embistiendo mi coñ0 ahora con más fuerza, me susurra palabras crudas en un alemán perfecto en mi oído y con eso llega mi quinta liberación acompañada de un squ*rt el cual siento que quiere mandarme para el otro mundo.

_ El número cinco, _ me muerde el hombro _ has llegado a la mitad de la meta, perdición.

Sale de mí y abro los ojos como plato cuando su lengua vuelve a devorarme completa, me cambia de posición y vuelve a perderse dentro de mi, poniéndome a g3mir como gata en celo.

_ ¡Maldición, señor alemán, sí, así, siga así!

_ ¿Te gusta? Pregunta enterrandose más adentro.

_ No, no me gusta, me encanta, señor alemán.

El dolor desapareció y ahora solo queda un gozo infinito que me ha e desear estar así con él por toda la eternidad, que me hace pedir más y más, si antes mamá a este hombre, ahora lo hago más, con más impetu.

La noche se va entre, mordiscos, emb3stidas, jad3os, gruñidos, derrames y liberaciones, no sé ni cuántos c0nd0n3s hemos usado, pero lo que si sé es que este hombre es el dios del s3x0, me hizo alcanzar diez org4smos acompañados de cuatro squ*rt.

_ Le pediré tu número de cuenta a Cedric para depositarte tu pago, lo hiciste muy bien, perdición, perfecto _ el corazón se me contrae con esas palabras, pero recuerdo que esto es solo parte de un plan, así que sonrío y me quedo acostada a su lado esperando a que se duerma para irme.